Recordando mi Primer Amor

Capítulo 12

Una mañana, Lucas despertó antes de lo habitual. Se levantó temprano, preparó el desayuno y salió de muy buen ánimo. Ahora, hay un buen motivo para ir a clases.

Isabel estudiará en la escuela, junto a los demás niños del pueblo.

Cuando el carruaje llegó, todos los niños se pegaron a los ventanales. El director les ordenó ir a sus respectivas salas. Isabel busca entre todas esas caritas sonrientes el rostro gracioso de su caballero.

Hubo toda clase de reacciones cuando Isabel se presentó tan educadamente; Risas, suspiros y envidias de otras niñas. Pero Isabel no se siente intimidada, mientras su joven caballero no deje de mirarla.

La profesora destinó un asiento para Isabel, Lucas hizo una mueca, la niña se sentó un puesto más atrás al lado de Nino, un niño demasiado entusiasta.

—¡Hola soy Nino, eres muy linda... seremos mejores amigos! ¡Te he visto en catecismo! ¡Pronto será mi cumpleaños, serás mi invitada especial! ¡Tengo tres gatitos preciosos! ¡Mi mamá horneará un pastel!

—Nino pon atención a la clase, —dice la profesora.

Lucas arrugando el ceño. —Te golpearé, niño, murmura.

Cuando comenzó la clase, al poco rato, la profesora ya ha agotado todos los restos de tiza, por llamar la atención de Lucas, que estuvo todo el tiempo mirando hacia atrás.

A la hora de descanso, Lucas tomó de la mano a Isabel y corrió con ella hasta un costado de la escuela, se sentaron en un escaño, debajo de un cerezo.

—Es muy bonito cuando floreces, dice Nino.

Lucas hace una mueca, el niño no deja de hablar y seguirlos. Isabel sonríe.

Cuando las clases terminaron, Lucas nuevamente agarró de la mano a Isabel, corrieron. Nino grita. —¡Nos vemos mañana!

Recuperaron el aliento de tanto correr, ríen. Isabel, refiriéndose a Nino, es un niño muy lindo y agradable... Lucas, te estoy hablando, ¿qué te pasa?, ¿te duele la barriga?

Lucas a punto de llorar. —¿Te gusta Nino?

...

Isabel niega con la cabeza, para luego mirarlo, tenía las mejillas sonrojadas. —Me gustas tú.

Lucas está feliz, tanto que corre de un lugar a otro... se cae, se para y vuelve a caer... pero ríe.

Isabel también ríe. —Eres gracioso.

Lucas, piensa, ser gracioso es parte del amor.

Se quedan quietos, uno al lado del otro...

—Puedo sentir tu respiración.

—Yo escucho tu estómago hacer ruidos (ríe)

Lucas se toca la barriga. —Tengo hambre.

Busca en los bolsillos, galletas molidas pero deliciosas.

Todas las mañanas el cochero lleva a la pequeña señorita a la escuela. Al costado del camino un caballero siempre la espera. Manuel, el cochero sonríe, es un hombre amable y da la casualidad que es padre del alegre Nino.

Se comenta entre la servidumbre que este cambio del señor Johnson, al dejar a la señorita ir a la escuela, es netamente una estrategia política.

Mientras tanto, el caballero y el ángel construyen bellos recuerdos, que tal vez en el futuro solo sean eso... recuerdos.



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En el texto hay: primer amor

Editado: 08.01.2024

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