Te confieso que tus besos me atraparon un instante, que al acariciarte el rostro pude dibujarlo en mi mente para recordarte si no nos volvemos a ver.
Te confieso que quisiera verte, porque me hacer sonreír, porque nunca fui tan yo... tan real.
Te confieso que me asusta sentirme bien, que no quiero extrañar a nadie y que nadie me extrañe, pero aquel beso en esa noche de los mil momentos, detuvo al tiempo.
Te confieso que nunca fui tan vulnerable, que me sentí niña, me sentí bella, me sentí viva.
Te confieso que hace tanto que no siento que había olvidado que podía sentir...
Te confieso....