Recuérdame

Capítulo 7

     No logré tranquilizarme, así que Jacques nos disculpó con los invitados diciendo que yo estaba cansada y quería dormir. Madame Marie Claire incluso me puso una mano en la frente para verificar que no tenía fiebre. Vamos en el auto, y la fiesta queda atrás.

     Jacques toma un camino distinto. Me lleva a la residencia Montalbán. Él también se ve angustiado, y sé que es por mi culpa. Él sería incapaz de traicionarme. Llevaremos nuestra relación a distancia. Quizá podamos vernos en los veranos.

     Él me cubre los hombros con su saco negro para conducirme al interior de la vivienda. Jacques me conduce a su habitación. Tampoco es desconocida para mí, pues he pasado más tiempo aquí del que quisiera admitir. Es un sitio amplio y acogedor. La cama es de tamaño matrimonial cubierta con sábanas de color blanco y un cobertor azul marino. Hay un televisor, un ordenador, una consola de videojuegos y una estantería llena de libros. A Jacques le fascina la fotografía. Hay toda una pared llena de imágenes nuestras en las que aparecemos besándonos, riendo, abrazándonos… Es triste ver las cajas de la mudanza en una esquina. El armario está casi vacío a excepción de unas pocas mudas de ropa, y eso me hace creer que el tiempo me está jugando una mala broma.

     Miro las mesas de noche. Hay más fotos nuestras, pero llama mi atención un sobre blanco con el nombre y el escudo de la universidad a la que irá. Intento no pensar en su partida y recupero el aliento para cuando él entra de nuevo en la habitación. Trae en la mano un vaso de agua y me da también un pañuelo para secar mis lágrimas. Termino el agua de un trago y Jacques me envuelve en un abrazo mientras la tranquilidad regresa a mí poco a poco.

     Me dedica un beso en la cabeza y acaricia mi espalda hasta que puedo mirarlo de frente y dedicarle una sonrisa.

     —No vuelvas a llorar por esto, Apoline —dice y acaricia mi mejilla con el dorso de su mano—. Yo también estoy sufriendo por dejarte, pero no hay nada que podamos hacer para evitarlo.

     Asiento lentamente. De repente, he perdido toda la capacidad de hablar. Hay tanto que quiero decirle, pero mi voz no quiere salir.

     —Apoline… Si yo pudiera hacer algo para detener esto, sabes que no lo dudaría. No quiero dejarte aquí y no podré irme sabiendo que tú no estarás bien.

     —No quiero despedirme de ti. Yo creí que pasaríamos juntos toda la vida… Que nos casaríamos y formaríamos una familia… Que… Tú y yo… —Él me abraza con fuerza—. Te amo, Jacques…

     Nuevamente estoy llorando. Me siento perdida, como si supiera que Jacques se irá llevándose un enorme pedazo de mí.

     —Yo también te amo, Apoline. No quiero desprenderme de ti. ¿Cómo quieres que lo diga para que puedas entenderlo?

     Me siento como una niña pequeña a la que sus padres están riñendo luego de una rabieta. No sé cómo decirle a Jacques todo lo que he pensado. No sé cómo explicarle cómo me siento. Así que nuevamente lo beso. Parece ser un idioma que sólo nosotros entendemos. Si estamos muy felices, nos besamos. Si estamos muy molestos, nos besamos. Y ahora, que ambos estamos desesperados, tristes, angustiados… Nos besamos.

     Sentir sus labios rozando los míos me hace pensar que todas mis preocupaciones y mis dudas se alejan. Estar con él es todo lo que necesito para ser feliz. Ha pasado tanto tiempo desde que iniciamos nuestra relación, que ambos nos sentimos perdidos al saber que no volveremos a vernos en mucho tiempo. Sé que es una tontería, que cualquiera me diría que no necesito a Jacques para estar completa.

     Lo amo. Lo necesito. De repente ya estamos recostados en su cama y seguimos besándonos. Sea lo que sea lo que viene a continuación, espero que sea lo necesario para seguir siendo la dueña del corazón de Jacques Montalbán. Incluso cuando él esté en Paris, y yo me quede en Le Village de Tulipes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.