Sexta carta. ↰

Querida Zara...

Tu visita de hoy me sorprendió, ahora no fui yo quien fue a tu casa, fuiste tú quien llegó a mi departamento.
Me pediste que dejara de buscarte. 
Que ya no fuera a tu casa. 
Y que dejara de ver por la ventana mientras te cambiabas. 
Pero lo cierto fue que mientras me lo decías tus labios temblaban y no me veías a los ojos. Yo sabia que no estabas segura de tu decisión, porque te conozco. 
Cuando tus labios tiemblan significa que no estás segura de lo que estás diciendo y aunque estas hablando no todo lo que digas será cierto. 
Y si no me veías a los ojos era porque dudabas de lo que estabas haciendo tambien. 
Y porque te conozco voy a hacer caso omiso a lo que fuiste a decirme hoy a mi casa.

Porque lo cierto es, que aunque digas que no quieres verme y que me aleje de ti, yo seguiré insistiendo y tratare de recuperarte.
Porque te amo Zara y sin importar nada lucharé por conseguir de nuevo tu amor como te he mencionado antes.

Asi que tus labios lo dijeron todo, porque siempre lo hacías cuando no estabas segura de algo.

¿Lo recuerdas?

—Luke.

P.D. ¿Cómo averiguaste donde era mi departamento? No tengo problema, puedes visitarme siempre que lo desees pero avisame antes ya que tenia ropa sucia por todos lados y que pena.