Octava carta. ⌫

Querida Zara...

Si, aunque me hayas cambiado, siempre serás para mi querida. 
Fui al café a donde solíamos ir, iba casi todos los días, porque fue ahí donde te empece a conocer. 
Me gustaba recordar los viejos tiempos que tuvimos, todo parecía tranquilo como otros días. 
Hasta que apareciste por la puerta principal, mi corazón se paró cuando los vi juntos. 
Y me empecé a preguntar. 
¿Acaso este era el final? 
¿Ya me habías olvidado? 
¿Mis semanas aquí fueron en vanas? 
En aquel instante tenía muchas preguntas sin resolver.

Pero lo único que hacía era verte sonreír con aquel chico que ni si quiera sé su nombre.

Te veías muy feliz hasta que me viste sentado leyendo un libro, baje de nuevo mi vista a este, y cuando la levante me sonreías de lado, no sé qué signifique eso.

Y eso era raro ya que yo conozco cada una de tus sonrisas, pero cuando sonreías de lado, nunca sabía que significaba eso, y este era el caso.

¿Lo recuerdas?

—Luke.

P.D. Dile a tu amiguito que perdón por el café derramado, no era mi intension, me tenía que ir y... Bueno a quien le importa lo demás.
O tal vez si fue mi intención (Imagínate esto con una sonrisa malévola la de mi parte) pero jamás lo sabrás. Tal vez solo fue otra de mis equivocaciones.