Recuérdame.

Capitulo 9 Traición.

—¿Cómo estuvo tu almuerzo Jimena? —esboce una sonrisa, iba hacerme la desentendida,

—Bien y el tuyo

—Excelente —frunció el ceño.

—Qué bien —manifiesta no muy convencida, no puedo juzgarla solo por un acto, debo darle beneficio a la duda, aunque las pruebas estén todas en su contra, después de todo es mí amiga o eso me hace sentir cada vez que habla conmigo. Dudo un poco pero decido preguntar.

—Jime —llamo su atención.

—Sí —levanta la vista de la computadora.

—Somos amigas, ¿Verdad? —le pido sinceridad.

—Por supuesto, aunque no lo recuerdes —bromea y sonreímos.

—Entonces puedo preguntarte algo —asiente —. ¿Fuiste tú la que le dijo a Gael que almorzaría con Jeremías? —pregunto directamente, hace un gesto y sé bien que me mentirá.

—No. Por qué lo dices. ¿Él se apareció? —se hace la desentendida, no es buena mintiendo y me decepciona realmente.

—Sí, lo hizo —sé perfectamente que lo sabe —. Puedo hacerte otra.

—Por supuesto —sonríe esperando.

—¿Por qué me casé con Gael?.

—Porque estás enamorada —dice sin pensar, y no sé si creerle, ya me mintió con lo del almuerzo.

—Ok, gracias —dejo la conversación ahí.

Le di la posibilidad que sea sincera, pero lo hecho, hecho estaba, podría haber pedido disculpas, o inventar una excusa, no mentir, como mí amiga debería saber que las odio, eso confirma que tomé una buena decisión al cambiarla de área.

Recibo la llamada de Félix y me explica que presentó el formulario para cambiar de área a Jimena, y que es un hecho. Lo agradezco, no me gusta ser controlada. Y en ese instante recuerdo que no le conté a Arlín que nuestro plan había resultado.

Me dirijo a su oficina.

—Tu plan funcionó —menciono apenas abro la puerta de su oficina, ella esboza una sonrisa satisfactoria.

—Y, ¿Te quitaste la duda de si había sido ella? —ironiza.

—La confronté —inhalo profundo —, y lo confirmé. Esperaba que reconozca y se disculpé, o se excuse, no que mienta —confieso molesta, sentándome en el sillón.

—Yo te dije que no eran de fiar. Están juntos en esto, siempre te controlaron y te manejaron a su antojo, hasta te alejaron de mí.

—Pero, ¿tú dijiste que yo te engañé? —digo confundida.

—Pero jamás dejaría de ser tu amiga por algo así, somos amigas del kínder —me toma de la mano—. No dejes que nos separen nunca más. Promételo —pide mirándome fijo a los ojos.

—Te lo prometo.

Terminé de hablar con ella y me fui a mí oficina allí se encontraba Jimena muy sonriente.

—¡Amiga! Te estaba esperando, ¡tengo excelentes noticias!. ¡Me ascendieron! —aplaude y salta a abrazarme, está muy feliz y yo también.

—¡Bien por ti!.

—¿Tuviste algo que ver?.

—Solo expuse tu buen desempeño en mí ausencia, y lo eficiente que eres. ¡Felicidades!.

—Gracias, gracias, gracias —da saltitos de felicidad volviéndome a abrazar —. Solo debe verlo el segundo socio y listo —explica separándose de mí.

—¡Genial! Cuando se haga público salimos a celebrar —propongo y ella afirma varias veces con la cabeza feliz.

Seguimos trabajando hasta que la hora de salida llega, estaba muy cansada, habían sucedido muchas cosas el día de hoy.

—¿Bajamos juntas? —invita Jimena muy contenta desde la noticia no se le borró la sonrisa de los labios.

—Por supuesto —acepto.

Bajamos a recepción cuando estaba a punto de pedir un taxi ingresa Gael al edificio, me había olvidado por completo que vendría, su elegancia se roba las miradas de todas.

—Señoritas —saluda, me toma desprevenida y me roba un beso, no digo nada porque hay personas alrededor.

—Aquí hay alguien a quien debes felicitar —dije con cantito feliz esbozando una sonrisa.

— Felicidades mí amor —me hacía sentir extraña que me diga así, pero no le di mucha importancia.

—No a mi, a Jimena —aclaré señalando a mí acompañante.

—¡Me ascendieron! —grita feliz dando saltitos—. Trabajaré en el área por el cuál me preparé. Leyla me recomendó —me da un abrazo sincero.

—Yo no hice nada, solo mencioné tu desempeño en mí ausencia —me justifico, su felicidad me hace sentir culpable, porque mí recomendación tiene dobles intenciones —. No es genial.

—Por supuesto. Felicidades Jime —lo dice no muy convencido.

—¡Gracias! —mantiene su felicidad.

.

Gael.

.

No me agradaba para nada la noticia, pero fingí que sí, ¿ahora cómo sabría los movimientos de Jeremías y Arlín hacia mí mujer?. Era cierto que Jimena era excelente en su trabajo y estaba siendo desperdiciada como asistente de Leyla, pero, ¿justo ahora la ascendían cuando más la necesitaba allí?. Esto me daba mala espina presentía que Arlín le estaba llenando la cabeza a mí mujer, era astuta y sabía cómo mover sus piezas. Leyla no recordaba nada y por ende era muy manipulable.

No dije nada, llevamos a Jimena a su casa y después nos dirigimos a la nuestra. Hice un enorme esfuerzo por salir temprano de la empresa para pasar tiempo con ella, pero sé que valdría la pena.

—¿Hoy podrías darme las claves de la computadora? Mencionó Carlota que ahí se encuentran el resto de las fotos matrimoniales —comentó cuando íbamos solos para nuestra casa, me sentí feliz que quisiera verlas, quizás los recuerdos llevarían a su mente y me recuerde.

No quise apresurar las cosas, el médico dijo que debía tener paciencia, por eso no insistí a que las viera, pero el día había llegado, me alegraba que haya salido de ella, que tenga interés.

Después de ducharnos y ponernos ropa más cómoda, en realidad yo, ella siempre vestía elegante, prendí la computadora y le indiqué las claves. Se la veía un poco ansiosa.

Abrí las carpetas e indiqué las demás.

—Me veo muy feliz —dijo en un susurro entrecerrando los ojos con expresión imperceptible muy concentrada en la pantalla

—Yo también lo estoy, de hecho fue el mejor día de mí vida —aunque es evidente, quiero que lo sepa, la miro de reojo para ver su reacción pero no distingo ninguna.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.