El profesor entró al aula como cada día, todos tomaron asientos en su respectivo lugar, dispuestos a escuchar la clase.
Pará sorpresa de todos los pequeños en el salón, el profesor comenzó a hablarles sobre algo que les emocionó mucho.
-Buenos días pequeños. El dia de hoy tenemos un nuevo compañero. Pronto llegará así que todos le daremos una calida bienvenida–anuncio el mayor con una sonrisa que contagio a sus alumnos.
Minutos más tarde la puerta fue abierta dejando ver al director de la institución, detrás de él un pequeño de cabello morado se escondía.
Ambos adultos intercambiaron palabras, mientras un par de ojos malva inspeccionaban tímidamente el salón. Estaba nervioso, sabía que le pedirían hablar de él y su quirk.
No le gustaba eso, muchos se alejaban de él al saber lo que podía hacer, algunos con miedo, otros con reproche, pero siempre se iban.
-Bien pequeño, pasa, es hora que conozcas a tus nuevos compañeros - Le instó el mayor dando un pequeño empujón al pequeño para darle algo de valor.
Asintió levemente, con paso vacilante se adentro lentamente en el aula. Aproximadamente 20 pares de ojos se centraron en él.
-Dile a tus compañeros tu nombre, si puedes los kanji con los que se escribe, lo que quieres ser de grande y tu quirk. -su maestro le sonrió de manera tranquila para darle ánimos.
-Mi nombre es Shinso Hitoshi-hizo una pausa tratando de recordar los kanji de su nombre, pero sólo recordó los de su apellido, con eso valdría-Shinso se escribe con los kanjis de <corazón > y <honor>. Quiero ser un héroe, -suspiró antes de decir lo que él consideraba, la peor parte-Mi quirk es lavado de cerebro.
Se hizo un silencio en el aula. Incluso su profesor lo miraba con una mezcla de asombro y… ¿miedo, rechazo?.
Su pequeño corazón se encogió al ver las miradas de siempre. Estaba por comenzar a llorar cuando una dulce voz se escuchó al fondo del lugar.
-¡Eso es increíble!!!... Podrías salvar a muchas personas haciendo que los villanos se entreguen solos!–la voz transmitía asombro y emoción a partes iguales haciendo qué el corazón de shinso latiera con fuerza.
Sus pequeños ojos malva buscaron la fuente de la voz hasta que se topó con unos ojos ámbar, el niño que los poseía parecía un sol, su cabello rubio parecía brillar intensamente y la pequeña sonrisa adornada con hoyuelos le hacía ver hermoso.
Con el ánimo renovado Shinso prestó atención a la clase e ignoró todos los susurros de sus compañeros. Nadie le había dicho algo como lo que ese niño. Sentía que ahora sí podría ser un gran héroe.
Pará su suerte la clase pasó rápidamente llegando la hora del almuerzo. Se dirigió al jardín y tomó asiento a la sombra de un árbol. Comía tranquilamente cuando vio una figura parada frente a él.
-Hola Toshi, soy Denki Kaminari. Es un gusto conocerte. Espero no te moleste si me siento a comer contigo–El pequeño denki se dejo caer a su lado con emoción colocando su lonchera en sus piernas.
Estaba aturdido y emocionado. Era la primera vez que alguien le hacia compañía de esa forma
-Un gusto Denki. Claro, si no te importa que los demás hablen de ti por sentarte junto a mi.– comentó con suavidad
-Y? Ellos son malos por tratarte así, yo creo que eres genial!- la suave voz del pequeño llegó a su corazón como un bálsamo para curar sus malas experiencias.
Pronto Shinso descubrió que ser amigo de Denki era divertido, siempre tenía una nueva ocurrencia en mente, como cuando vio en la televisión que el color rojo estimulaba el hambre y pintó su hamburguesa. Terminó llorando porque no podría comerla. Y Shinso había compartido sus bolitas de arroz y ensalada con su amigo.
También cuando asustó al pequeño Denki y este soltó una fuerte descarga haciendo que se quedara tonto por un rato.
Shinso estaba feliz, viviendo un sueño, por fin tenía un amigo, jugaba con él por las tardes, incluso lo había llevado a casa.
Nada podía salir mal o eso creía.
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Desde que se había hecho amigo de Shinso sonreía más, según su madre. Había perdido el miedo a ser él mismo, muchos niños no lo entendían, era demasiado hiperactivo, y les costaba seguirle el ritmo, además era un imán para los problemas, o para causarlos y eso también alejaba a los demás .
Pero Shinso era diferente. Le tenía paciencia y siempre lo entendía.
-Toshi!?– grito un día de la nada asustando al malva
-Si denki? – pregunto con su habitual tranquilidad.
-Seremos amigos por siempre verdad? Nunca te alejaras de mí?–Su voz era baja con un deje de miedo impreso en él, no quería perder a su mejor amigo.
-Nunca me alejaré de ti Denki, juntos seremos los mejores héroes de Japón y salvaremos a muchas personas. – prometio con firmeza.
Esa había sido la última vez que habían hablado.
Después de ello todo era confuso.
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Editado: 29.04.2024