Recuerdo de Verano

Capítulo 04 .. TRAICIÓN Y RUMORES

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Los días pasaban tranquilos. Sakura compartía su tiempo con Hinata e Ino entre clases, cafés y pequeñas conversaciones, mientras Ayame continuaba con su relación con Kiba. Todo parecía estar en equilibrio.

Una tarde de domingo, mientras descansaba en su habitación, el celular de Sakura vibró con una llamada entrante. Frunció el ceño al ver que se trataba de un número desconocido, pero finalmente contestó.

—¿Aló? —dijo con cierta duda.

—Hola… ¿Sakura? ¿Eres tú? —preguntó una voz masculina.

—Sí, soy yo. ¿Quién habla?

—Soy Kiba… Kiba Inuzuka. El novio de Ayame.

Sakura se irguió en la cama, desconcertada.

—Ah… sí, claro. Me acuerdo de ti. ¿Cómo conseguiste mi número?

—Ayame tenía tu contacto en su celular. No fue difícil.

—Ya veo… ¿Ocurrió algo con ella? —preguntó, preocupada.

—No exactamente. Discutimos y… no sé, necesitaba hablar con alguien. Como tú eres su amiga, pensé que tal vez podrías ayudarme a entender algunas cosas.

Sakura vaciló.

—No estoy segura de que eso sea apropiado. Quizá deberías hablar con ella directamente. Sé que Ayame puede ser intensa, pero…

—Solo serán unos minutos, te lo prometo. No tengo malas intenciones —insistió él.

Tras un breve silencio, Sakura accedió.

—Está bien. Solo unos minutos.

Se encontraron en un parque cercano. El cielo estaba cubierto y corría una brisa suave. Kiba ya la esperaba en una banca.

—Gracias por venir —le dijo, con una leve sonrisa.

—Dime qué querías hablar —respondió ella, manteniendo cierta distancia.

—Como te dije por teléfono, he tenido muchos roces con Ayame. No confía en mí, me controla… incluso he llegado a pensar que me oculta cosas. ¿Tú crees que me está engañando?

Sakura lo miró, algo incómoda.

—Dudo mucho que sea así. Sí, Ayame puede ser desconfiada, pero si está contigo es porque te quiere. Nunca fue de aceptar salir con alguien, y tú lo sabes.

Kiba bajó la mirada, luego alzó los ojos y la observó con intensidad.

—Se nota que confías en ella… Eres muy dulce, Sakura. Ojalá Ayame fuera más como tú.

Ella parpadeó, sorprendida.

—No digas eso… No me compares con ella, por favor. Ayame es hermosa, segura, carismática. Yo soy todo lo contrario.

—No te subestimes. Desde que te vi, pensé que hubiera preferido conocerte a ti primero… —dijo, acercándose.

Sakura retrocedió un paso, incómoda.

—Kiba, no creo que estés diciendo esto en serio.

—Sí lo estoy. No puedo dejar de pensar en ti. Creo que me gustas, Sakura.

La chica negó con la cabeza y se apartó, tensando el cuerpo.

—No deberías decir eso. Apenas nos hemos visto. Y eres el novio de una de mis amigas. Me voy.

—Sakura, espera —dijo, tomándola del brazo—. No quiero que esto termine así…

Él intentó acercarse aún más, pero Sakura reaccionó con rapidez y se soltó de un tirón. Le dio una bofetada antes de salir corriendo.

Al llegar a casa, cerró la puerta de su habitación con llave. Se dejó caer sobre la cama, temblando. El corazón le latía con fuerza.

—Ino tenía razón… Ese chico no es una buena persona en lo absoluto —murmuró entre lágrimas—. Pero yo jamás traicionaría a Ayame. Nunca.

Lloró largo rato, hasta quedarse dormida con la ropa aún puesta.

A la mañana siguiente, fue a clases con los ojos hinchados. En el camino decidió que lo mejor sería contarle primero a Hinata e Ino lo que había ocurrido.

Cuando llegó al aula, sus amigas notaron de inmediato su expresión abatida.

—Sakura, ¿estás bien? —preguntó Hinata con voz suave.

—¿Qué te pasó? ¿Estuviste llorando? —añadió Ino, frunciendo el ceño.

—Chicas… Ayer pasó algo, necesito contarles —murmuró Sakura, bajando la mirada.

Pero antes de poder explicar, la puerta del salón se abrió de golpe. Ayame entró furiosa, sin decir una palabra, cruzó la sala y le propinó una bofetada a Sakura. El golpe resonó, dejando a todos en silencio.

—¡Ayame! ¿Qué te pasa? ¿Estás loca? —gritó Ino, sobresaltada—. No puedes golpearla de esa manera.

Hinata se acercó a Sakura, aterrada.

—¿Estás bien?

Ayame alzó la voz, temblando de ira.

—¿Quieres saber qué me pasa, Ino? Pregúntale a ella por qué estuvo ayer a escondidas con mi novio. ¡Se tomaron de la mano, incluso se besaron!

—¿Qué? Eso no puede ser cierto —dijo Ino, atónita.

Ayame sacó unas fotos impresas y se las arrojó. Eran imágenes borrosas, tomadas desde lejos, pero mostraban a Sakura junto a Kiba en el parque.




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