Recuerdo... Nuestro amor

3 OJOS DULCES E IMPRESIONANTES

DANA

Me desperté como a las cinco así que me puse a repasar algunos libros para este examen, mi madre me dijo que me duchara que ella me prepararía el desayuno, extrañada la obedecí y desayune con una sensación extraña.

-. El amigo de tu primo se ha ofrecido hoy para llevarte a la academia – la comida que estaba a en mi boca por poco no sale directo a sus pies.

-. Ni siquiera lo conozco – esto era demasiado extraño aún para ella

-. Digamos que es un pequeño favor que le pedí a tu primo – está actuando demasiado extraña para mi gusto

-. ¿Qué es lo que está sucediendo? – mi voz sale un poco más fuerte de lo que esperaba

-. Solo obedece – y de nuevo esto lo digo y lo haces, se me quito el apetito fui a asearme y al menos ya estaba lista cuando escuché el sonido de un claxon

-. Es para ti – gritó mi madre desde su cuarto simplemente revolví los ojos y baje, solo logre ver una moto roja con asiento negro bastante alta debía ser una modelo 200; el conductor tenía un jean celeste, zapatillas negras un polo blanco y una casaca negra… su rostro no lo podía ver ya que llevaba un casco que no dejaba ni siquiera imaginar cómo era.

-. Buenos días – no voy a negar que su voz era muy bonita

-. Buenos días – miraba la moto y moría de nervios porque nunca antes me había subido en una y bueno no tenía ni la más mínima confianza en quien conducía

-. Sube - podía escuchar su tono burlón

-. Claro, no tienes un casco para mí – escuché su risa y desentona bastante con el tono de su voz

-. No te hará falta – genial, subo tratando de cogerme en la moto y no en él

-. Listo – me estoy aferrando en la parte baja del asiento de la moto, el arranca y vamos rumbo a la universidad; la sensación del aire en mi rostro me recordaba cuando viajaba en camión con mis tíos como extraño ese tiempo.

-. Llegamos – eso fue rápido, pero no se lo iba a decir

-. Al parecer llegamos muy temprano – comentó mientras me bajó, él voltea y se da cuenta que la puerta aún está cerrada

-. Así parece – detestaba no ver con quien estoy hablando

-. ¿Por qué me te han llamado para esto? – nos señalo a ambos y veo cómo se encoje de hombros

-. Le debo muchos favores a tu primo y cuando me pidió esto ni siquiera me intenté negar – le resta importancia – y por cierto también te recogeré – eso si me toma por sorpresa

-. De eso no me han dicho nada – no es justo están cambiando mi rutina de la nada

-. Bueno esto lo hare por lo que reste de la academia – genial. Niego y como abrieron la puerta doy media vuelta para entrar.

-. Te esperaré aquí – me encojo de hombros y le doy un adiós con la mano, Dios hasta el vigilante me mira de manera extraña.

-. Buenos días – saludó y voy a mi aula totalmente desierta, me toca esperar, así que sacó mi libro y sigo estudiando

“Le habrán avisado que hoy salgo a las once, terminado el tiempo del examen”

Sacudo mi cabeza para quitarme esas ideas tontas, debo sacar la mejor puntuación en este examen; aunque ni siquiera es mi sueño, pero por la obligación de mi madre no me queda de otra.

Pasaron las dos horas del examen y vi a Rogelio en la puerta de mi aula.

-. Desde cuando tienes visitas – dijo Melisa

-. Si supieras que ni yo lo sabía – respondo con cierto fastidio ya que el examen estaba sencillo y creo que me he equivocado en varias

-. No te esponjes – se burlan de mí. Les doy la sonrisa más falsa que me sale y sigo guardando mis cosas, salgo del aula sin siquiera prestarle atención, lo que menos necesito es su sarcasmo en este momento llego a la puerta y veo la motocicleta; sin embargo, ni rastro del chofer.

-. Me buscabas – siento que alguien me habla por la espalada y volteo

-. Por si no lo recuerdas no tengo de otra – me volteo y veo a un chico más alto que yo, con una barba casi imperceptible, nariz un poco larga y fina, labios delgados, cejas pobladas, barbilla que parecía dividirse en dos y unos ojos color ámbar que fue lo que más llamó mi atención y con la vestimenta de la mañana.

-. No nos vas a presentar – Andrea se mece y me da un pequeño golpecito

-. Dame un momento – las miro y vuelvo mi mirada a el - ¿Tú nombre?

-. Alcides –vaya un nombre raro, aunque ese fue el nombre que le dieron a Hércules

-. Bien – regrese con mis amigas – Andrea, Melisa – señala a cada una – él es Alcides un amigo de mi primo que por estos días me va a estar recogiendo

-. Mucho gusto – Andrea – le extendió la mano y el apenas y la tomó por unos micro segundos

-. Hola – Melisa le levantó la mano y el saludo igual

-. Bien debemos irnos – me señalo la moto

-. Bueno chicas nos vemos – le di un beso en la mejilla a casa una y esperé a que él subiera primero, para seguirlo.

El arrancó e iniciamos el camino a casa.

NARRADOR

Rogelio llegó a la puerta justo en el momento que Dana se alejaba en la moto, por lo que se acercó a sus amigas algo agitado.

-. ¿Con quién se fue Dana? – ni siquiera fue delicado al hablar

-. Eso no es de tu incumbencia – Melisa le respondió rápidamente porque ella también escucho todo lo que él había dicho de su amiga, ella fue quien la consoló cuando vio su mundo derrumbarse y eso que Andrea se enteró después porque si no en ese momento le armaba un escándalo.

-. Que yo sepa ella era una molestia – dijo Andrea - deberías estar feliz – lo miraron mal y tomaron su camino, mientras él se quedaba mirando por donde perdió el vehículo, pasado unos minutos logró ver a Luis con una chica que parecía querérsele tirar encima.

“Acaso no dijo que estaba enamorado de Dana”

SUS COMENTARIOS SON IMPORTANTES PARA MÍ TRATARE DE RESPONDER A TODOS, GRACIAS DULZURAS HERMOSAS Y HERMOSOS



#6793 en Novela romántica

En el texto hay: secuestro, guardaespaldas

Editado: 20.05.2024

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