Dana se sintió avergonzada al estar abrazada a él como koala, se levantó, hizo el desayuno y se fue a la empresa necesitaba distraerse porque de lo contrario sentía que se iba a volver loca si no podía estar con Alcides como siempre, solo podía sentir tensión y ansiedad.
Al llegar empezó a ordenar papeles y archivar pedidos ya facturados, recibió pedidos y verifico que cada área de la empresa estuviera en marcha.
-. Señorita – el nuevo contador venia algo exhausto – hay una señora haciendo escándalo en la puerta de la entrada – Dana sospechaba de quien podría tratarse por lo que respiro profundo un par de veces y salió con paso firme y decidido.
-. Vaya hasta que al fin la niña se digna a dar la cara – Dana la miro sin mostrar emoción alguna.
-. ¿Qué buscas? – su madre la miraba con una furia descomunal
-. Quiero mi dinero de vuelta – Eso es lo único que te interés, dejo salir el aire en forma de bufido
-. Tienes la pensión que supera por mucho lo que te mereces – su madre puso los brazos en jarra y su respiración era agitada y pesada – si quieres más búscate un trabajo
-. No seas insolente fui yo quien te dio la vida – le gritaba
-. No puedo hacer más por usted señora – Dana se dio cuenta que ya no significaba nada lo que ella le dijera, porque ella ya dejo de importarle – seguridad – Dana la hizo sacar
-. ME LAS PAGARAS ESTO NO SE QUEDARÁ ASÍ – regresó a lo que le importaba porque ya no quería retroceder a ese hueco en donde las palabras de su madre la hacían sentir tan poca cosa incapaz de lograr algo por su propia cuenta.
EN LA CASA
Alcides se levantó y busco a Dana, peor sin éxito desayuno y fue a la empresa; no soportaba estar así con ella, él comprendía que en parte era un error; pero lo hizo para protegerla al llegar vio una cara que esperaba fuera una ilusión…
-. Alcides- la voz chillona le aseguro que lo que estaba viendo era real
-. Elena – dijo sin ánimos
-. Cambia esa cara, pareciera que no te da gusto verme – ella se acercó con su minivestido y unos zapatos de tacón que se notaba el esfuerzo que hacía por controlarlos
“Mi deseo de vida es no volverte a ver por lo que me reste de vida”
-. Es que estoy algo ocupado – levanto su mano derecha con cierta lentitud ara que ella notara el anillo que llevaba y ella lo notó al instante
-. ¿TE CASASTE? – Alcides debió tapar sus oídos porque no aguantaba la agudeza de su voz, Dana escucho eso y salió a ver, cunado su vista enfoco como esa chica se acercaba a su esposo, la opresión en su pecho y el coraje que subía a su cabeza estaban a punto de cegarla; opero el saber que es su esposo por contrato la mantenía aun en su sitio
-. Así es – Alcides lo dijo con una sonrisa de oreja a oreja
-. ¿Quién es la afortunada? – se notaba el sarcasmo en la voz de Elena
-. Justo venía a verla – giró para encontrarse con un Dana enojada y triste, por lo que apresuro el paso no quería perderla – Amor – dijo algo agitado al legar a su lado, tomándola por la cintura y dejando un pico en sus labios que extrañaba
-. Esperaba que estuvieras descansando, amor – Dana estaba molesta, pero tampoco no estaba dispuesta a dejarle el camino libre a esa mujer
-. Te presento a Elena una ex cliente – hizo énfasis en lo último
-. Mucho gusto – Elena fue la primera en extender la mano y Dana le dio un ligero apretón – justo estaba buscando a Alcides – su voz era melosa y hasta cierto punto cansona – porque quiero que regrese a ser mi guardaespaldas.
-. Pero yo iba a rechazar su oferta porque ahora quiero concentrarme en esta nueva familia que estamos formando – el abrazo aún más fuerte y se colocó detrás de Dana
-. Te pagare el doble – ambos pudieron notar la desesperación en la voz de la chica
-. No es necesario – Alcides seguía hablando sin siquiera mirarla – no pienso trabajar por un buen tiempo – ya ganaba lo suficiente en su empresa y ese trabajo solo lo hacía cuando estaba aburrido
-. Por favor – ella intento tocarlo, Dana se lo impido al colocar sus manos sobre las de él – es una buena oferta
-. Por favor te lo estoy diciendo claramente, no me interesa tu propuesta de trabajo – Alcides torno su rostro serio y su voz sonó un poco dura
-. Será mejor que se retire mi esposo y yo tenemos que trabajar – Elena intento decir algo, pero ver el rostro de Alcides hizo que bajara la mirada y se retirará
En cuanto la vieron subir a un taxi y perderse de vista, Dana se soltó de él y lo miro con coraje estaba celosa no lo iba a negar; aunque después de todo é le dio su lugar…. Tantas cosas, quería decirle, pero su boca se negaba a obedecerla sellando sus labios
-. Podemos hablar – Alcides cambio su tono de voz y suavizo la mirada en su rostro – o mejor dicho tenemos que hablar
-. Mira…
-. Alcides – este cerró los ojos detestando su mala suerte el día de hoy – Alcides, querido – Dana no entendía bien si es que cada mujer con la que él tuvo que ver se aparecería el día de hoy
-. Creo que te están llamando – Alcides e tenso y la tomo por la cintura porque sabía que ella era incapaz de armar un escándalo en la vía pública y debía aprovechar eso a su favor, Dana simplemente quería matarlo con la mirada
-. Porque no me haces caso – la mujer llego a su lado e hizo un puchero – es que acaso me has olvidado porque yo no he olvidado nada de nuestra historia juntos
-. Estefanía nuestra historia – dijo con sarcasmo – terminó el día que decidiste meterte a la cama con mi socio y ex mejor amigo
-. Por favor fue un error - ella se quiso acercar, pero él retrocedió junto a Dana – ya pagué por eso y ahora solo deseo regresar contigo
-. Lamento reventar tu burbuja de ilusión, pero no me parece que estés haciendo este numerito delante de mi esposa – enseño sus anillos – ella es la única mujer que me enseño lo que es el amor y el miedo, porque si ella me llegara a faltar o simplemente a no hablar siento como si el oxígeno me faltará – Dana se sorprendió por lo que decía y más con la seguridad que lo dijo