Capítulo 5 : Donde el Amor no es una Promesa Perdida

Habían pasado varias semanas desde que Adrián recordó todo.
Las risas, la amistad, el amor… y también la culpa.

El silencio entre él y Lucía ya no era incómodo, pero sí distinto.
Antes, ella hablaba para ayudarle a recordar.
Ahora, hablaban para aprender a s con lo recordado.

Una mañana, mientras el sol se filtraba entre las cortinas, Adrián afinaba su guitarra.
Lucía lo observaba desde la puerta, con una taza de café entre las manos.
—

Él sonrió, sin dejar de mover las cuerdas.
—Y tú siempre sabías cuándo hacerlo.

Lucía se acercó y se sentó junto a él.
Durante un momento, ninguno dijo nada.
Solo
Una melodía lenta, triste y hermosa.

—L

Ella levantó la vista.
—¿En qué?

—En todo —respondió, con una sonrisa cansada—. En Tomás, en el accidente, en ti.
He recuperado mis recuerdos… pero sigo sin saber quién soy ahora.

Lucía guardó silencio.
Él continuó:
—Cuando desperté, no recordaba nada… pero te miré, y sentí paz.
Ahora lo recuerdo todo… y siento miedo.
Miedo de fallarte otra vez.

Ella tomó su mano.
—No tienes que ser quien fuiste —dijo con ternura—. Solo tienes que ser tú.
Y eso… ya es suficiente para mí.

Esa tarde, salieron a caminar hasta el mirador donde solían ir antes del accidente.
El cielo se teñía de naranja, y el viento soplaba con la calma de los nuevos comienzos.

—¿Sabes? —dijo Lucía, mirando el horizonte—. A veces pienso que la memoria es caprichosa.
Te borra lo que duele, pero también lo que te hace feliz.
—Y tú —respondió él—, te quedaste para recordármelo todo.

Lucía sonrió.
—Alguien tenía que hacerlo.

Se quedaron en silencio, observando el sol esconderse detrás de los edificios.
Adrián la miró, y por primera vez no sintió culpa.
Solo gr

—Gracias por no rendirte —dijo en voz baja.
Lucía lo miró, con los ojos brillando.
—Gracias por volver.

Y

“No puedo cambiar el pasado,
pero puedo amar de nuevo,
esta vez sin miedo,
esta vez con memoria.”

Y al cerrar el cuaderno, supo que el verdadero inicio no fue cuando despertó en el hospital,
sino ahora,
en ese instante,
donde el amor ya no era una promesa perdida,
pecado