Recuerdos de una pandemia

Capitulo 19

—señor, Fitzroy escapo —mire rápidamente hacia Federick a mi lado esperando que no estuviera muriéndose allí de pie.

¿ellos lo buscaban?

—vamos, no estará muy lejos —escuchamos a los hombres alejarse de la habitación y volví a iluminar nuestras caras con la linterna de mi celular dejándolo en silencio.

Le intenté tocar el brazo para que me siguiera en silencio, lo vi asentir, su rostro con la luz se veía mucho más pálido de lo normal.

El pasillo angosto y lleno de telarañas me llenaban de asco, aun así, seguimos quitando telarañas a nuestro paso; me sorprende que este túnel exista y no lo hayan sellado. Me sostuve de la pared de piedra con la otra mano apuntando la linterna hacia el suelo, intentando contener gritos de asco y pánico al ver cucarachas y arañas a nuestro lado, esperando que ninguna se me subiera encima. Mire de vez en cuando a Federick quien solo arrastraba los pies sosteniendo su herida, a este paso podría desmayarse y sería más difícil salir de aquí.

—me… me adelantare —murmure recibiendo solo un asentimiento de su parte, tome una respiración honda y comencé a caminar rápido esperando que la siguiente intersección estuviera cerca.

Para mí no tan grata sorpresa, había un gran palo de madera atravesado, para mi estatura y delgadez pude pasar por ellos sin problemas, pero para Federick supondría uno. Apunte la linterna hacia él viendo que seguía caminando a paso lento hacia mí. Nuestras miradas se encontraron. Le hice una señal con la mano mostrándole el obstáculo y solo asintió, tardo unos minutos en evaluar el tronco de madera atravesado en mitad del camino, tal vez se había caído desde arriba.

Luego de superarlo seguimos notando que las paredes de piedra comenzaron a notarse negras, justo hasta la intersección donde tuvimos que bajar por las escaleras de piedra. Intente ser su soporte para que no se fuera rodando.

—¿cómo…cómo sabias de esto? —su aliento frio detrás de mí me sobresalto. Mis dedos ya apretados en mi celular, se apretaron aún más.

—no me lo creerías si te lo dijera —sonreí con ironía ¿Cómo le digo que renací? Porque si, las memorias que tengo de esta casa son de una versión joven de mí, no reconocí el lugar porque ya no queda nada del pueblo, excepto esta casa.

—vi cuando entraste en pánico —me detuve girándome para mirarlo apuntándolo con la luz en el pecho.

—¿me viste? —lo mire a los ojos y tenía esa mirada de cachorro aún más cristalizada y su rostro pálido.

¿estuvo aquí todo el tiempo?

¿Cuánto llevaba mirándome desde lejos?

—conoces el lugar —esa fue una afirmación, volvió mi mirada a las escaleras encontrando otra puerta de madera. Él al igual que yo nos quedamos mirando un momento para luego pegar la oreja a la pared, no se escuchaba nada.

—¿A dónde lleva esto? —intente hacer un mapa mental del lugar, pero mis recuerdos son borrosos, según todo lo que habíamos caminado y bajado, sumado al frio extremo y el suelo bajo nuestros pies, estábamos debajo de la casa.

Probablemente.

—la navaja —susurre y él negó, no la tenía. Frustrada tome el tacón con el que estaba defendiéndome de las telarañas que quite a mi paso hasta aquí encontrando la cerradura, intente empujar la puerta y esta no cede. Frustrado, pego mi cabeza a la puerta de madera.

Una mano en mi hombre, de Federick me hizo apuntarlo con la luz de mi linterna y el con la mirada me hizo apuntar la luz a una esquina de la habitación encontrando con un esqueleto hecho un ovillo mientras sostenía una llave.

El cuerpo se veía que perteneció a una mujer, aún tenía la tela o parte de ella de lo que fue un vestido, me incline cerca solo para tomar la llave que llevaba sujeta en sus manos.

—cuanto lo siento —murmure y en cuanto toque la llave no hizo falta siquiera hacer presión, esta simplemente cedió.

Rápidamente la coloque en la cerradura y el seguro simplemente se movió con un chirrido, con algo de presión intente abrir, pero esta simplemente no se movía ¿habría algo obstruyendo el lugar?

—dejame a mí —dijo en medio de una queja, no quería moverle, pero su mano en mi cintura me hizo cederle el puesto; aunque él sea mucho más alto que yo eso no quería-

La puerta después de dos empujones abrió.

Lo escuché quejarse y tuve que salir por la apertura que había; un mueble estaba allí así que con ayuda de mis pies comencé a moverlo. Esto se había vuelto una vinera, por ello el frio.

Lo vi pasar con esfuerzo por la puerta mientras miraba la entrada del lugar, la puerta seguía cerrada, nadie había venido por aquí.

—ahora debemos ¿por dónde? —mire a todos lados intentando recordar la salida.

—allí —apunte con mi dedo hacia el otro extremo de la habitación, lejos de la puerta, el lugar parecía no tener demasiadas remodelaciones. ¿Por qué? mis dudas se disiparon cuando vi la pequeña puerta parecía más un molde de piedra que una puerta real.

—¿pasaremos por allí? —vi el cuerpo de Federick y luego la puerta.

—debemos estar rodeados, pero esta puerta lleva al bosque, está muy lejos, el camino es algo- —disparos se escucharon afuera indicando que tenía razón, afuera seguían más personas.




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