Recuerdos de una pandemia

Capitulo 20

POV FEDERICK

—¿Cómo esta ella? —vi a Donatello levantar una ceja con clara incredulidad.

—la señorita sigue dormida —dijo tajante, es obvio que está sospechando de ella.

¿Quién no lo haría?

Ella sabía algo que yo ignoraba, los pasadizos secretos de la vieja mansión embrujada de Budrioli, una de las únicas edificaciones que sigue en pie y nadie sabe por qué. Rodeado de misterio suele prestarse para algunas fiestas cada tanto.

—¿averiguaste algo? —intente sentarme en la cama y rápidamente mi asistente me hizo recostarme nuevamente.

—aun espero los informes, señor, le dije que no confiara en ella.

—¿Por qué? sabes bien que le investigaste cada lunar y peca, y no encontraste nada —lo vi suspirar de frustración.

Cuando la encontré por primera vez investigué cada gota de Grecia María Martínez, una mujer con estudios académicos medios pero una cartera de cursos y talleres tan grande que me sorprende lo que puede saber, además de su salud y billetera es obvio que Grecia ha sido muy cuidadosa con sus finanzas desde que llego aquí, pero en su país de origen es todo un poco más turbio, sus gastos y entradas de dinero tan pocas y tan inconsistentes que me preocupo.

—solo sé que los Quinlan no venden la casa no porque no quieran, la casa tiene una mala reputación —hizo una mueca de disgusto, mi asistente es alguien que odia los huecos en las historias.

—¿Cómo que mala reputación? —pregunte intentando no burlarme de su reacción.

—cuando confirmo que iba a estar en la casa tuve que investigar —se acomodó el cuello de su camisa con incomodidad, es obvio que el siempre calmado Donatello no le gusto lo que encontró.

—entonces esa casa tiene historia. —mire hacia el techo esperando que la morfina hiciera más efecto, pero hay un dolor casi fantasma dentro de mi abdomen.

—estoy empezando a creer que lo que dijo la señorita es cierto —antes de que fuera a seguir su celular sonó y me miro asombrado para luego ponerlo en alta voz.

—¿encontraste algo? —intento ser profesional, no quise ni asomar la cabeza hacia la pantalla del teléfono.

—bueno, solo tuve que preguntarle a mi abuelo y no fue fácil, casi me deshereda —la voz femenina me hizo sonreír, la persona del otro lado debía ser la hija menor de los Quinlan, Jaqueline.

—puede decirme —lo vi ponerse nervioso, quise reírme, pero el dolor regreso de nuevo.

—dijo que la razón por la que la casa sigue en pie es por lo que sucedió en el lugar, quedo maldito para ser habitado, por eso mi padre dijo que solo lo alquiláramos —la escuche suspirar de frustración al otro lado de la línea. —el abuelo dijo que la familia de origen es Budrioli, se mantuvo el nombre por las mimas razones. La familia fue acusada de brujería, y cazaron a todos los miembros, el abuelo dice que casi los borran de la historia, pero nuestra familia intenta mantenerla a flote.

—¿Por qué no demolerla? —pregunto mi asistente con clara confusión.

—¿crees que no lo han querido hacer? —respondió con otra pregunta muy molesta la mujer al otro lado de la línea. —en el dos mil veinte antes de pandemia intentaron demolerla, pero todos los trabajadores y día antes enfermaron, todos, no quedó nadie —mi asistente y yo nos miraron confundidos.

¿cómo puede ser eso?

—luego siguieron imprevistos tras imprevistos y el abuelo regaño a mi padre por querer demoler la propiedad —por su tono de voz es obvio que no ha sido la primera vez.

—¿y vender? —pregunte aún con la duda en mi sistema.

—hubo un par de familias interesadas, pero luego de una semana o un mes exigieron el dinero de vuelta, nadie quería estar dentro de ella, incluso algunos empleados decían que se escuchaban pasos o gritos por la casa. —mi asistente frunció el ceño confundido.

—¿entonces que la mantiene en pie? —cuestiono intrigado.

—no se sabe, pero lamentamos mucho que el señor Fitzroy fuera otra víctima de la casa —

—¿tú... abuelo sabía de los pasadizos —pregunte con cuidado.

—el abuelo dijo que sí, pero que los planos originales de la casa no estaban así que desconocía las entradas o salidas —algo se apretó en mi pecho.

Escuchar entre mi agonía mientras perdía sangre la historia que contó Grecia me hizo darme cuenta de que tal vez, solo tal vez su historia si era cierta.

—¿eso es todo sobre la casa?

—a sobrevivido a varios incendios, incluso su incendio inicial. el abuelo dijo que quemaron a todos los que encontraron en la casa fueran culpables o inocentes, muy pocos lograron sobrevivir

—¿y los hijos? —pregunte de nuevo sosteniendo la herida, tal vez es bueno otra dosis de calmantes.

—las hijas Budrioli se perdieron en la historia, no se sabe si siguieron con vida o no, pobre familia —suspiro Jaqueline desde el otro lado de la línea.

—¿entonces nadie podría saber sobre esa familia o la estructura de la casa? —Donatello parece no querer soltar a Grecia como sospechosa.

—nop, nadie podría, la información está bajo tierra en el bunker del abuelo, solo se a pasado a mí padre y a mí ya saben con es papá con sus negocios —ambos asentimos a pesar de que ella no nos miraba.




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