Con el paso de los días encerrada en este lugar en medio de la nada aprendí a evitar caminar hacia aquel pasillo explorando el resto de la casa.
—entonces… ¿todos lo pinto él? —le pregunte a la sombra constante de Donatello detrás de mí.
—sí, algunas son más antiguos, de antes del accidente. —sonreí de medio lado al escucharlo llamar a un atentado “accidente”.
—¿incluso ese? —pregunté mirando al techo, lo vi levantar la cabeza mirando tambien la extraña pintura.
Un cielo un tanto escalofriante y tan familiar.
—después del accidente se dedicó a restaurarlo, algunos son solo restauraciones —fruncí el ceño.
A pesar de la distancia con el techo la pintura se veía de la misma calidad que el resto de las pinturas, los mismos tonos de colores hasta que se pierden en otros cuadros en la casa donde los pasillos son iluminados y las pinturas parecen tristes, cuando cae la noche les da un toque melancólico a los pasillos.
—me imagino que los guardias odian caminar de noche por aquí. —bromee, pero como siempre el asistonto no se ríe, solo se quede allí mirándome.
—¿no tiene alguna cosa que hacer? —pregunto con cansancio alejándose de mi como si le hubiera interrumpido en algo cuando claramente él estaba espiándome.
—¿siempre serás sí? —me cruce de brazos, a pesar del terror que le tengo me estoy acostumbrando a su mal humor, pero tambien él ha bajado un poco su incomodidad conmigo.
Le saqué la lengua y me fui de nuevo a la habitación de Federick encontrándolo dormido. Quizás el sonido de la puerta abriéndose lo despertó porque al instante estaba alerta.
—Hey ¿Cómo va la exploración? —dibujo una sonrisa y me encogí de hombros caminando hasta su lado en la cama.
—normal, son… muchos cuadros y… sin firma, tu asistente dijo que los pintaste tu —lo vi inflar su pecho.
—¿te dijo que los pinte yo? —asentí sentándome al borde de la cama.
—sí, es sorprendente —intenté fingir demencia a pesar de que apenas verlo recordé la habitación justo detrás de estas paredes.
—cuando me recupere, voy a pintar un cuadro para ti —mi sonrisa se quedó congelada en mi rostro con miles de imágenes pasando por mi mente.
—oh, seria… seria lindo —me reí intentando no sentirme más incómoda de lo que ya parezco.
El tomo mi mano dejando un beso en mis nudillos que hizo una reacción de cosquilleo en mi estómago, como miles de agujas.
—¿Qué pasa? —no soltó mi mano, solo acaricio mis nudillos, así que solté un suspiro.
—estoy aburrida, al menos quiero mirar una película —dije con un puchero y el solo apretó mi mano como si eso fuera un consuelo.
—¿ver películas? —pregunto con incredulidad alzando una ceja.
—sé que no me darás acceso a internet, pero… al menos películas, es muy aburrido solo dar vueltas por la casa —ya estaba un poco cansada de caminar por la casa sin encontrar que más hacer, aun no me atrevo a meterme en la piscina a pesar de que días atrás el menciono que podía hacerlo mientras él me miraba, me negué rotundamente, el clima frio cada vez que salía solo me decía que podía agarrar un resfriado si lo intentaba. En cambio, tome muchos baños en el hidromasaje cada que él estaba durmiendo, tomando algunas fotos con mi celular.
—veré que puede conseguirte Don —arrugue la nariz, a sabiendas de que ese idiota no me dejaría mirar películas. A veces siento que me trata más como una niña pequeña que como “la novia” de su jefe.
Intenté olvidar los rencores que nos juramos en silencio y aun así solo obtuve silencio.
—¿no has recordado nada más? —negué varias veces.
Desde que tuve esa pesadilla y parálisis realmente no he soñado absolutamente nada, es como si la capacidad de soñar se hubiera ido de mí.
—realmente caigo como una piedra, no puedo recordar nada al despertar —y en cierta manera me asusta un poco dormir tan profundo, pero mi cuerpo se levante sin dolor, es como si durmiera en una especie de nube, el colchón es realmente bueno, incluso mi dolor de espalda se ha ido.
—eso es bueno ¿no? —solté un suspiro teniendo la mano de Federick cerca de mi rostro.
Ahora mismo no confió en el hombre a mi lado. He rezado un par de veces esperando que aquel ángel bien vestido llegue a mí y cada día pierdo la esperanza.
…
—ya que esta tan aburrida, porque no lee —mire los pilares llenos de libros, le gire para mirarlo y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios. —el único que por ahora tiene acceso a internet es el jefe y se quedara así. —apreté los puños sintiéndome como una niña pequeña.
—¿al menos hay alguno en el idioma que se o en español? —él pareció pensarlo un momento y luego negó.
—lo siento, es lo que hay. —respire hondo contando hasta diez. Este hombre no cambiara.
—bien, veré que puedo hacer —me adentre a los pequeños pasillos de la biblioteca escuchando la puerta cerrarle. —hijo de tu--- si no fuera de que le patearía en las bolas por idiota. Li Sinti, Is li qui hiy —seguí refunfuñando viendo sin prestar atención a los lomos de los libros hasta que el sonido de unos tacones de zapatos de hombre me hizo detenerme al igual que el sonido de los pasos, me giré hacia atrás dándome cuenta que el pasillo se había tornado un poco más oscuro o tal vez siempre estuvo así.