Pequeños copos de nieve caían en las calles, personas caminando en todas las direcciones con apuro, adultos que buscaban regalos para sus hijos, adolescentes que corrían con apuro al ir tarde a reunirse con sus amigos, voces de niños con sus madres mientras les pedían alguna cosa que haya llamado la atención del pequeño, haciendo la noche más alegre y ruidosa.
"Estaremos rodeados de humanos, nada nos pasará Kookie, no te preocupes por el peligro que nos asecha porque estaremos bien una vez salgamos del bosque con ayuda del los Alfas."
JungKook pasaba por las aceras con apuro, odiaba esa fecha, odiaba la navidad y sobretodo, odiaba los recuerdos que llegaban a él para esa fecha, su lobo y oso los resentían y se deprimían pero no tenía tenía tiempo para pensar en eso, se dijo y se repitió mientras se apuraba a su casa, aunque mientras esperaba el bus las memorias de cómo se conocieron llegaban a él, ya había recibido un mensaje de su hermano que había pasado por su hijo a la guardería y pensaba que si ocupaba su mente en otra cosa, tanto él como su lobo y oso estarían bien hasta la medianoche de ese mismo día.
Llevaban viviendo su hermano, su hijo y él entre los humanos desde hacía aproximadamente un año, saliendo del bosque Bijarim en Jeju y mudándose a Seúl, o más bien; huyendo de su suegro y abuelo del pequeño.
Porque tanto JungKook como TaeHyung eran de manadas enemigas, se conocieron en un enfrentamiento entre manadas. JungKook se había quedado en su manada cuidando a los cachorros junto a los otros omegas cuando llegaron los Alfas a atacar el lugar, estos aprovechando que no había ningún alfa para defender a los más débiles o eso era lo que habían pensado puesto los cinco lobos alfas de entre un metro ochenta y tres metros, no esperaban que hubieran tres omegas de un metro cuarenta y un metro setenta que les dieran pelea por y para proteger a los cachorros.
•••••
Fue ahí donde JungKook y TaeHyung se conocieron pero sabían que toda sensación que sentían y el cómo sus lobos se conectaban, estaba incorrecto por lo que no les quedó de otra que hacer como si nada, ignorando la decisión de la madre luna y luchar, uno para proteger a su familia y el otro para destruir aquella manada desde el eslabón más débil, los omegas, para luego ir por el más fuerte, los Alfas de la manada sino era que estos sentían la pérdida primero y se dejaban llevar por sus lobos y perderse en estos.
Los cinco alfas estaban posicionados de manera que formaban un triángulo equilátero, gruñendo a los tres omegas en su forma lobo que estaban frente suyo, estos protegiendo a los otros omegas y a los cachorros, dándoles tiempo a escapar por los túneles escondidos debajo de la manada. Todos los lobos presentes gruñían y sólo esperaban la orden del lobo negro, líder de aquel grupo de ataque para que les dijera cuando atacar y vio la oportunidad cuando vio a uno de los omegas voltear la cabeza hacia su compañero de la derecha, los tres lobos mas grandes se lanzaron contra los omegas creyendo que sólo ellos podrían con los omegas y apenas descendieron, los omegas les dieron la espalda para apoyarse en sus dos patas delanteras antes de patear a los alfas que se les iban a lanzar encima para darse la vuelta y correr hacia los mismos para atacar sus cuellos, dos de ellos lo lograron pero prontamente se escuchó un quejido del pequeño lobo casi negro con varias partes del cuerpo, rubios y luego un gruñido en advertencia de uno de los alfas que se había quedado junto con TaeHyung.
A JungKook no le importó ese gruñido de advertencia del alfa, sólo le importaba que su hermano estuviera bien y por ello de lanzó a la espalda del lobo que lo había lastimado para clavarle los dientes en el cuello y arrancárselo sin piedad alguna, corriendo hacia su hermano sin bajar la guardia puesto aún quedaban tres lobos enemigos pero estos no parecían querer atacarlos por alguna extraña razón. Al llegar al lado de Jimin soltó un sollozo mientras el hocico lo pasaba por debajo de su mentón pidiéndole por medio de su lazo, que se levantara y que no lo dejara solo puesto era lo único que le quedaba.
Sus padres habían sido asesinado por una de las manadas, la de los Jeon para ser más específicos y ellos dos quedaron solos, JungKook era mayor que Jimin por dos años y por órdenes de su madre, corrió, corrió tan rápido como podía hasta llegar al limite de la manada de los Kim y los guardias apenas lo vieron, se acercaron para tomarlos en brazos y refugiarlos con el alfa y su omega, estos mandaron a barrer el bosque por el mismo sitio donde los niños fueron para ver si encontraban a sus padres y luego de siete horas buscando, efectivamente encontraron al alfa y al omega de los pequeños pero estos estaban muertos, la sangre estaba salpicada por el lugar, sus cuerpos estaban despedazados y ya nada se podía hacer más que darle un entierro digno en ese mismo lugar con un pequeño río como su única compañía y sin entender por qué les había pasado aquello sino hasta tres años después cuando vieron el primer cambio del niño mayor, JungKook.
Todos allí en la manada jamás habían presenciado dos cambios en un mismo cuerpo y con un animal diferente hasta ese día con JungKook, su primer cambio siendo un oso pardo y el segundo un lobo, ambos de color marrón y pequeños toques de negro en las orejas, cola, patas y pecho. Y luego, lo volvieron a presenciar dos años después con Jimin, este presentó primero a su lobo y luego a su oso siendo casi negro con toques rubios en todo el torso. Aquellos hermanos resultaron ser ambos, omegas e inseparables, JungKook protegía a Jimin de todos e incluso de los alfas que siquiera se atrevían a mirarlo, actuando más como un alfa que como un omega pero sólo con su hermano puesto su comportamiento estando solo, a pesar de ser un poco desconfiado, seguía comportándose como un omega.