Escape

Transcurrieron un par de días en completa tranquilidad.

Eli y Connor sabían que no podrían soportar por más tiempo el mal temperamento de Bags; sin Margarita, era un auténtico ogro de los Grimm, se rehusaba a tomar el medicamento y detectaba la medicina si se lo mezclaban en la bebida o la comida, solo terminaba tragándolo si Margarita le amenazaba con enviarlo al asilo cercano, pero solo ocurría cuando ella estaba.

― ¿Todo listo? ―susurró Elías saliendo al pasillo; Connor lo llamó con la mano hacia su habitación.

Una vez dentro, observaron sus maletas―. Esto será difícil de sacar ―murmuró Connor sin convicción.

Eran las tres en punto cuando habían hecho funcionar su plan, ahora, siendo las cinco de la mañana, Bags estaría por despertar; sin embargo, una parte fundamental de su estratégico plan no había cuadrado muy bien.

―Déjalo, cuando ellos regresen lo podrán llevar ―susurró Eli sin dejar de mirar por el pasillo.

― ¿Por qué demora el taxi? ―Connor empezó a sudar por el pánico― ¿Le dijiste que no…?

¡TI, TI!

― Olvídalo ―El claxon ya debería haber despertado a Merri.

Elías ignoró a Connor cogiendo su maletín de viaje ligero y salió en tropel, Connor le hizo señas al taxista que muy alegre volvió a hacer sonar el claxon un par de veces más.

― ¿Regresando del club de nuevo, Elías? ―Ese era Bags que no parecía nada adormilado. Aunque vistiera su pijama de franela a cuadros.

― ¡Ya sabes cómo son las viejas costumbres!

Sonó el portazo.

Connor tiró su maletín por la ventana, y éste le cayó a Elías encima. Lo tumbó al suelo confundiendo al taxista que gritó alarmado, Elías trató de calmarlo inútilmente, ya que Connor se salió por la ventana y bajó por el poste de luz sin ningún cuidado.

Ambos se metieron al taxi desesperados.

― ¡Acelere con todo, ahora!

― ¡Somos policías!

Bags salía de la casa con el arma encima, no tenía idea de lo que ocurría y suponía que era una especie de ataque, pudo ver que el taxi se iba alejando con dos idiotas dentro mientras le chillaban desesperados al chofer.