Recuperando a Emi

Capitulo 6

Siento como la mano de mi madre aprieta la mía con fuerza, demostrándome todo el amor y apoyo que tengo de su parte, ella es todo lo que ahora mismo necesito, aunque muchas veces lo negué. 

—Como pudiste hacer esto por tanto tiempo sola hija, cuando estabas pequeña sabes que siempre me gustaba sostener tu mano mientras pasabas por algo así, el imaginarme lo sola que estuviste me parte el alma —exclama con pesar y dolor. 

—No quería preocuparte, aun recuerdo las noches que pasaste sin dormido porque pensabas que si lo hacías a al otro día estaría muerta, no quiero volver a verte sufrir mamá, por eso no te dije nada. 

—Lo entiendo mi amor, pero soy tu madre, me preocupo y ver en el estado en el que estás aún más. 

—¿Tan mal me veo? —murmuro por lo bajo. 

—No es por tu físico mi amor, siempre serás bella, aunque no tengas tu hermosa melena, es que ese brillo en tus ojos desaprecio. 

—Es normal que lo hiciera, estoy muriendo y me reencontré con el amor de mi vida, el cual me odia y va a casarse —mi madre suspira tomándome de la mano con más fuerza. 

—Nuestras decisiones tienen consecuencias, hija, debes saberlo, tú escogiste huir sin decir nada, ahora él debe hacer su vida. 

Sollozo con fuerza porque sé que ella tiene razón, pero el dolor sigue siendo fuerte, a pesar de los años, sigo amándolo de la misma manera. 

—Lo sé, es mi culpa, pero eso no quita el dolor que siento al verlo con otra mujer, mucho más cuando fui yo la que realicé su pastel de compromiso, aun sin saber que era para él. 

—¿Qué?, ¿lo hiciste tú? —asiento. 

—Sí, era por así decirlo mi prueba para conseguir el trabajo, no imagine jamás que él sería el dueño del restaurante, nunca me lo dijo. 

—Al parecer él también tenía secretos guardados —murmura con la mirada perdida en la pared del frente.

—No puedo recuperarlo mamá, no sería gusto para él, merece vivir, y yo no sé si vaya a hacerlo. 

—No digas eso, deja de repetir que vas a morir, eso no sucederá, logramos curarte una vez, lo volveremos hacer—sonrío asintiendo, aunque no piense como ella. 

¿Cómo puedes decirle a tu madre que cada vez estás más cansada?, que he luchado contra esta enfermedad por dos años sola y cada día empiezo a creer que la batalla está perdida, no quiero hacerle eso, le partiría el corazón, y es lo que menos quiero. 

Pase el resto de mi tratamiento con mi madre, estaba cansada y necesitaba dormir, por lo que cuando me dieron el alta, me dirigí a mi habitación, quería mañana estar bien para poder regresar al trabajo. Era lo único que me mantenía cuerda en todo esto. 

 

***

Entro al restaurante para dirigirme a la cocina, pero una escena en ella hace que mi corazón se detenga y empiece a latir rápido. Josh está en ella con su prometida, ambos están abrazos y él devora la boca de esa mujer como si no habrá un mañana. 

¿Duele?, sí, lo hace y mucho, jamás imaginé que ver al hombre que amo con otra doliera tanto, ¿cómo puedo soportar esto? Recuesto la espalda en la pared para que no noten mi presencia. 

—Sabes que te amo, ¿cierto? —murmura ella, imagino que ya han terminado con su apasionado beso.

—Lo sé, y sabes que tú eres la mejor mujer del mundo, también te amo, eres lo mejor que me ha pasado — dice Josh haciendo que mi estómago duela. 

¿Es lo mejor que le ha pasado?, eso mismo me lo decía a mí cuando estábamos juntos, siempre creí que era verdad, pero al parecer no lo era, ¿cómo puede decirle eso? 

—Ya quiero ser tu esposa, me muero porque nos casemos —exclama Amapola. 

—Yo también, deseo poseerte de todas las maneras posibles —dice Josh. Tapo mi boca para evitar que escuche el sonido de mis sollozos. 

Está cambiado, no es el mismo, ¿tanto le dolió lo que hice?, Dios, como duele escuchar al hombre que amas hablar de esta manera, y saber que no es contigo con quien lo hace, ¿por qué tengo que pasar por esto?, ¿no es suficiente con mi enfermedad?

Con cuidado de que nadie me vea, me doy la vuelta y salgo corriendo del restaurante, pero no puedo llegar a la otra acera porque un fuerte golpe me envía al piso con fuerza.

 

Despierto sintiendo un fuerte dolor en la parte de atrás de mi cabeza, me intento levantar, pero el dolor es tan fuerte que no me lo permite. Cuando me percato de donde estoy, me desespero rápido reconociendo que estoy en la sala de descansos del restaurante, ¿cómo llegue aquí?, lo único que recuerdo es que un golpe fuerte me envió directo al piso.

—Emilia, ¿estás bien? —abro los ojos sorprendida y asustada cuando reconozco la voz de Josh, Dios que no se haya caído mi peluca, por favor. 

—Sí, ¿qué sucedió? —susurro por lo bajo. 

—Te golpeo un auto, por fortuna no iba muy rápido y no sucedió algo peor —en ese momento recuerdo lo qué pasó y un dolor fuerte se apodera de mí. 

—Sí, ya recordé que sucedió, gracias por ayudarme, lo mejor es que me vaya. 

—Sí, es lo mejor —exclama Amapola que está detrás de Josh. 

—Amapola, por favor, ella no está bien, no puede irse de esa manera. 

—Pero hoy es nuestro día, acaba de estropearlo con su torpeza —aprieto los labios con fuerza para no decirle sus verdades. 




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