Capítulo XVIII

No podía dejar de verla corriendo hasta donde nos encontrábamos, nos apartamos de la fila para esperar a que llegara hasta donde estábamos nosotros. Llego realmente agitada, nunca le ha gustado corre verla hacer esa pequeña maratón fue algo increíble.

― Pensé que no ibas a llegar. ― Dijo Lucas, lo mire atónito sin decir una sola palabra. Él sabía que ella vendría y no me lo había dicho.

― Lo mismo pensé salí de trabajar a las tres tuve que pedir un permiso y casi no lo logro, el trafico hoy es un asco, pero logre llegar. ― Contesto bastante agitada.

― Igual nos vamos en casi una hora. ― Dijo Cesar mordiendo un chocolate. Mientras tanto yo no lograba asimilar lo que estaba pasando, parecía que Cesar y Lucas sabían que ella vendría al aeropuerto.

― ¿Qué estas haciendo aquí? ― Le pregunte dándole una botella de agua, ella la abrió y bebio un poco. Tomo aire y quedo más tranquila.

― Vine aquí porque fui muy grosera con ustedes.

― ¿Qué quieres decir? ― Le pregunte bastante confundido.

― Lo que quiero decir es que me porte muy mal contigo y bueno con ustedes tres. ― Puse una mano frente a su rostro para intentar asimilar lo que estaba pasando.

― ¿Cómo sabías que nos íbamos a ir hoy?

― Hable con Lucas hace unos días, la verdad me porte demasiado mal con ustedes.  ― nos miro a los tres. ― Honestamente verlos me sorprendió demasiado y no supe como asemejar, los hubiera podido invitar a cenar, o hubiéramos podido ir alguna parte.

― Ya no importa nosotros realmente pudimos disfrutar estos días. ― Sonreí sin separa mis labios. Cathy tomo mi mano, bajé la mirada y pude notar que no traía su anillo de compromiso. Quizás lo que me había dicho Cesar era real la vida nos da muchas sorpresas y una de esas acaba de llegar, Cathy no traía ese anillo que al verlo me hizo sentir que mi mundo se venia abajo.  Me iba a decir algo, pero Cesar la interrumpió.

― ¿No hay ningún problema de que estes aquí? ― No comprendía la pregunta de Cesar, Cathy negó con su cabeza, siguieron hablando los tres, pero sentía como si el ruido y todo a mi alrededor se silenciara y todo porque Cathy me tenía agarrado de la mano con suavidad, mi corazón empezó a latir como un loco, una pequeña esperanza nació dentro de mí, Cathy abría dejado a su novio para regresar con nosotros eso sería lo mejor que me podría pasar.

― Cathy. ― Llame su atención. ― Pero ¿Qué haces aquí? ― Sus ojos voltearon a verme, sus hermosos ojos se iluminaron, parpadeo dos veces y aprete su mano contra mi pecho esperando con toda la fe del mundo que me dijera lo que quería escuchar de que abordaría ese avión con nosotros.

― La verdad quería venir despedirme de ustedes, y claro a disculparme por ser tan antipática por lo menos quería saber que se iban bien y que todo estaba en orden. ―  En su rostro se formo una hermosa sonrisa, en cada uno de sus ojos se formaron pequeñas arruguitas y no podía faltar su hoyuelo en el lado derecho de su rostro.  

― ¡Cathy! ― Dijo Lucas muy contento. ― Me hubiera gustado compartir más tiempo contigo será la próxima vez que vengamos. ― Abrazo a Lucas, no fui capaz de soltar su agarre de verdad no quería dejarla ir.

―-Nosotros iremos avanzando los dejaremos. ― Dijo Cesar, Cathy asintió y abrazo también a Cesar. Mis amigos se marcharon y Cathy se despidió de ellos con la mano, nos quedamos nuevamente solos.

―  De verdad me encanta que hayas venido, fue una bonita sorpresa. ― Le dije sin soltar su mano, su sonrisa se desvaneció un poco.

― La verdad Sam creo que con quien peor me porte fue contigo, la verdad lo siento mucho.

― Siempre has sido de ese tipo de personas que ve lo mejor de todo, esa fue una de las razones por las que me enamore de ti. ― En eso entrelace sus dedos con los míos, volver a sentir eso fue demasiado agradable, su mano era tan cálida y suave.  Mire su rostro, sus mejillas estaban algo rojas, no estaba muy seguro si era por todo lo que corrió o por lo que acaba de decir.  Nos quedamos unos segundos en silencio,

― De verdad no sabes lo mucho que te he extrañado y de verdad daría lo que fuera para que regresaras conmigo. ― No resistí y tuve que decirle lo que realmente sentía en ese momento, la mira y noté que su sonrisa desapareció completamente, bajo su mirada, pero aún no apartaba su mano de la mía. Tome aire para poder seguir hablando.

  ― Lo que te hice fue realmente horrible, me arrepiento tanto de no haber sido mejor pareja, si te hubiera escuchado cuando me decías las cosas mientras estuvimos juntos, todo hubiera sido tan pero tan diferente. ― Suspire. ― Después de otras vivencias me di cuenta el gran error que cometí, me sigo arrepintiendo de todo lo malo que hice, sé qué ninguno de los dos es perfecto tú tienes defectos como yo los tengo. ― Cathy tomo aire sin mirarme. ― Pero eso lo que nos hacía ser quienes somos y por eso podría decirse éramos perfectos para nosotros mismos a nuestras maneras. ― EL tome sus dos manos y las bese.

― Y de verdad lo lamento, lo lamento muchísimo, créeme que por ti hubiera bajada cada una de las estrellas en el firmamento, porque tu Catherine eres la mujer más increíble, sorprendente, eres hermosa, que he podido llegar a conocer. Solo me arrepiento de no hacer las cosas bien cuando debí hacerlas. ― Cathy no subía la mirada, pero no pude evitar seguir diciendo todo lo que sentía esa era mi última oportunidad de hacerlo y no iba a quedarme con nada guardado.

― Tu tienes el corazón más grande del mundo, tu eres ese tipo de persona que le ve lo bueno a las personas, odias tener que decirles a las personas algo malo porque sientes que las vas a lastimar y tú amas ver a las personas felices y siempre fuiste esa chica que veía lo mejor de mí, siendo que yo no soy una porquería la verdad …

― No digas eso Sam por favor. ― Cathy me interrumpió. Subió su cabeza sus ojos me miraron fijamente su mirada reflejaba un brillo que era realmente hermosa. Me quise acercar a ella, quería besarla tomarla entre mis brazos y dale un beso de la misma forma que lo hice la primera vez que nos besamos en ese parque luego de nuestra primera cita. Pero si lo intentaba no sería correspondido, Cathy ya no me miraba de la misma manera que lo hacía de cuando estaba enamorada de mí, ahora era algo más fría; con suavidad soltó una de sus manos de mi agarre y coloco su mano libre en mi mejilla sentir esa cálida mano en mi rostro me gusto y mucho, me incline para que supiera mi agrado hacia su pequeño gesto.