ARTHUR
Luego de ser abandonado por Vitto, como el bastardo infeliz que soy, termino de nuevo en lo que se me da mejor; me doy a la bebida, ¿a quien diablos quería engañar?, este es mi verdadeto yo, siempre fui un completo inútil bueno para nada borracho... hasta que ella llegó y me rescató, ella no lo sabe bien, pero le dio sentido a mi vida con su presencia, creo que la amé desde el primer día que pasamos tiempo juntos, ella piensa que me obligó a ser suyo y estar a su lado después de que nos casamos, pero yo ya le había puesto mi corazón en bandeja de plata para que hiciera con el lo que le diera la gana desde que estuvimos en Las Vegas.
No me queda nada si ella no está, hasta hace tan poco tenia todo lo que un hombre podría desear, mi vida era totalmente perfecta, hasta estaba formando mi propia familia y luego sin aviso perdí a mi hijo y mi mujer en un instante, ya no me queda nada por lo que seguir viviendo.
Tomo mi auto sin rumbo fijo y vuelvo a contactar a aquellos antiguos amigos que abandoné por Vitto, quienes me reciben de nuevo en el redil con emoción, me sumerjo en una juerga sin fin y bebo como un poseso esperando morirme en algún momento y acabar con este sufrimiento que me carcome por dentro, ¿que mas da? No tengo nada que perder, mi vida ya no tiene sentido. Luego de beber y beber pierdo la noción del tiempo, no estoy seguro de cuanto ha pasado ni cuanto llevo borracho, las mujeres se pegan a mi y me buscan cuando estoy de bar en bar con las falsas amistades que rodean ahora mi vida; puedo tener a la que quiera, ellas ruegan por mi atención porque sigo siendo el jodido Arthur Mitchell, el único heredero de la familia mas poderosa de este país, puedo llevarme a casa a quien desee, pero no lo hago, porque simplemente no quiero, no soporto que nadie que no sea mi mujer me toque o me bese, todo es una bruma en mi cabeza y la bebida entumece mi corazón herido, no se si han pasado días o semanas desde que Vitto se fue, no estoy muy seguro de cuanto tiempo llevo a la deriva, sólo sé que no hay forma de que pueda reponerme a todo lo que he perdido. Bebo mi peso en alcohol hasta que pierdo la noción de la realidad, al punto de ni siquiera saber donde diablos estoy.
Despierto tirado en medio del piso de mi habitación sin entender como llegué aquí, agradezco en silencio a quien puso esta mullida alfombra como decoración porque lo mas seguro es que me caí de la borrachera y aterricé en el suelo y la alfombra amortiguó la caída y evitó que me lastimara contra el piso; tengo un dolor de cabeza insoportable, apesto a alcohol y humo de algo que estoy seguro no es cigarrillo, me metí todo tipo de químicos recreativos de los que me ofrecieron, así que cargo algo mas que una resaca; no me juzguen, un hombre perdido como yo puede matarse como le plazca. Me volteo de lado buscando acomodo porque no tengo intenciones de levantarme de aquí en un buen tiempo y de repente veo debajo de la cama algo brillante que parece ser el anillo de bodas que le di a Vitto cuando nos casamos, observo el pequeño objeto por un rato y el dolor vuelve, los recuerdos del tiempo juntos vuelven y odio sentirme de esta manera, necesito adormecer este dolor; hace poco mas de un año toda mi vida era simple, vivía el día a día y disfrutaba de mi tiempo gastando el dinero de mi familia sin ninguna otra preocupación que no fuera la de pasar un buen rato; luego todo dio un vuelco para el que no estaba preparado, Victoria llegó como un vendaval, se metió bajo mi piel y ahora no logro purgarla fuera de mi ser, no he sabido nada de ella en semanas y cada día es mas difícil todo.
Estoy sintiendo pena de mi cuando la puerta de la habitación se abre y veo los pies de una persona desconocida acercarse a donde tengo apoyada la cabeza.
—Arthur.
Levanto la mirada y creo que me estoy volviendo loco y comencé a desvariar.
—Alice ¿eres tu?
—Te ves terrible.
Dice agachándose frente a mi con cara de lastima y arrugando la nariz con desagrado porque debo verme y oler terriblemente.
—¿A que has venido?
No quiero ilusionarme al pensar que ha venido hasta aquí a darme noticias de su hermana y decirme que ha vuelto o que sabe donde está, pero lo hago.
—Tu madre me llamó, estaba buscando a Victoria porque la tienes muy preocupada, me dijo que te veías bastante mal, así que vine a verificar con mis propios ojos como estaba la situación.
Ella es una mujer dulce y comprensiva, pude verlo mientras cuidaba a Victoria en su convalecencia, supongo que su inclinación natural es ayudar a las personas y sintió un poco de lastima por el bastardo infeliz sufriendo por el abandono de su malvada hermana.
—Estaba de juerga, ahora soy un hombre soltero y sin compromisos, ¿recuerdas que tu hermana me dejó?
Suelta una carcajada sin gracia y me toma del brazo.
—Pobre niño rico, ¡levántate y pórtate como un hombre adulto! Ya es suficiente berrinche.
—Esto es lo que hay.
Respondo sin intenciones de levantarme del piso.
—¿Simplemente te darás por vencido sin luchar?
Pensé mucho en eso los primeros días de soledad, quise buscarla y obligarla a volver, pero ella esfumó y perdí la esperanza y las ganas de volver a tenerla a mi lado.
—¿Que parte de, ella me odia y me abandonó sin piedad no comprendes?
—No es cierto, ella está perdida y no sabe como encontrar de nuevo el camino a casa, ella no puede volver a ti sin un empujoncito.
Decidí no rogarle, decidí dejarla en el olvido, ella está perdida, bien, pues ahora yo estoy muy enojado.
—Me abandonó sin importarle que yo también estaba sufriendo por lo que le sucedió a nuestro hijo, sin importarle todo el dolor que tuve que esconder para que ella no se diera cuenta que estaba destruido porque me necesitaba en una pieza y a pesar de todo mi amor incondicional, ella se largó y me mandó los papeles del divorcio sin mas explicación.
—Lo sé y vamos a hacer que se arrepienta, así que levántate, ya fue suficiente de autocompasión es momento de poner las cosas en su lugar.
Tengo una lucha interna porque amo a Victoria y la necesito, pero no puedo dejar que me rompa por dentro y se largue sin asumir las consecuencias de sus actos.
—No se si quiera que ella vuelva.
—Si quieres, la amas y ella a ti así que voy a ayudarte a hacerla volver, nadie la conoce mejor que yo por lo que tienes una gran ventaja...