VICTORIA
Llevo puesto un espectacular vestido plateado corte sirena con escote profundo en v que me hace ver absolutamente sexy y elegante, después de tantas emociones negativas tuve un muy necesario día de spa para estar perfecta y calmar la ansiedad; llegamos a la empresa y me bajo del taxi un poco nerviosa seguida de mi leal tía quien siempre está dispuesta a incinerar el mundo conmigo, miro hacia la parte superior del imponente edificio y no puedo evitar que un mundo de emociones se apoderen de mi ser, hay tantos recuerdos que he reprimido para alejar el dolor y todos vienen a mi de nuevo en una gran marejada dejándome vulnerable por un momento.
Respiro profundo y tomo a mi tía del brazo para recobrar las fuerzas, he venido a reclamar lo que me pertenece y no puedo dejarme llevar por los estúpidos sentimientos que me debilitan.
El personal de seguridad que está controlando el ingreso nos pide los pases de entrada, ya había pensado en ello y espero que funcione el As bajo la manga que traigo, así que le digo que las perdí y cuando me niega el paso por no traer la invitación, saco mi documento de identificación y se lo muestro porque aun conservo el apellido de mi esposo y este al ver que hago parte de la familia de inmediato se disculpa y nos deja pasar sin problema. Puedo notar cuando entramos al centro de eventos, que han tirado la casa por la ventana, todo está decorado de forma elegante y exquisita, también que se ha reunido la crema y nata de la sociedad a homenajear a la familia, hipócritas, me rio sin gracia al recordar cuanto me esforcé para ser una de ellos y el precio que tuve que pagar por encajar. Miro hacia todos lados buscando mi objetivo hasta que diviso donde están el par de traidores riendo dichosos, rodeados de un grupo de personas que reconozco como algunos acaudalados empresarios y sus esposas; Alice ríe divertidísima por algo que le dice Arthur al oído y de inmediato veo rojo, luego él muy baatardo continua charlando con un hombre mayor mientras ella parece estar en su salsa tratando de robar el lugar que me pertenece por derecho, no lo soporto, ese es mi lugar, nadie mas que yo puede estar junto ese hombre, el me pertenece. Tía Sonya me toma del brazo y trata de calmarme, porque ha visto lo mismo que yo, pero he perdido la razón, camino lo mas rápido que el estúpido vestido me permite y llego frente a donde esta la traidora y el bastardo infeliz.
—¿Así que ahora crees que puedes robarme a mi marido? ¡eres una perra, Alice!
Escupo las palabras con odio, quisiera agarrarla del cabello y revolcarla por todo el lugar, pero mi tía me agarra fuerte tratando de contenerme para que no cometa una locura frente a todos los que nos están mirando y también porque al final de cuentas, ella es mi hermana.
—Te lo dije, debiste haber alertado a seguridad para que no la dejaran entrar.
Responde hablándole a Arthur e ignorando mi presencia, entonces por primera vez en meses lo miro a los ojos y me olvido de todo, de donde estoy y a lo que he venido; muero un poco porque su mirada es fría y su cara no muestra mas que desagrado por mi presencia, quiero saltar sobre el y golpearlo hasta que me ame de nuevo y se olvide de que soy un veneno para su vida y me reciba de vuelta.
—Victoria, cálmate.
Las palabras de mi tía me traen de nuevo a la realidad y recuerdo el verdadero motivo por el que estoy aquí.
— ¿Que me calme? Has visto que ahora mi hermana come de mi basura.
Ella suelta una carcajada burlándose de mi y yo sólo quiero quitarle la sonrisa de un golpe, pero mi tía sigue sosteniendome fuerte y no me permite darle su merecido.
—Tu lo dejaste, el es guapo, joven, rico, lo siento no me pude resistir y de basura no tiene absolutamente nada.
Quiero descargar toda mi rabia sobre ella y por fin logro soltarme, pero Arthur rápidamente me agarra y me mantiene inmovilizada. ¡Maldita sea! Huele divino, me derrito en sus brazos.
—Es mejor que te calmes, no eres bienvenida aquí.
Pero sus palabras me rompen, el hombre que me enseñó lo que era el verdadero amor incondicional, ahora me trata con indiferencia, no lo soporto y forcejeo mientras continúo reclamándole a Alice.
—¡El es mío! ¡siempre fue, ha sido y será solo mío!
Ella se acerca con una sonrisa de comemierda y me estriega a la cara que él ya no me pertenece.
—Era, cariño, me he quedado con todo lo tuyo, el negocio, tu casa, tu ropa y tu hombre, ya te puedes largar, Arthur necesita una mujer de verdad que lo ame y lo respete, no una chiquilla inmadura como tu.
En momentos como estos cuando la vida estaba ganándome, Arthur siempre llegaba para defenderme, pero ahora estoy del otro lado de su ira y en lugar de pelear por mi ahora me sostiene con fuerza evitando que le haga daño a la sucia traidora.
—¡Voy a matarte Alice! Te vas a arrepentir por haberte acercado a mi marido.
Grito con ira mientras ella se burla de mi.
—Ex marido, mi reina.
No puedo soportarlo, es demasiado, entonces me rompo y comienzo a llorar como una chiquilla que se ha quedado huérfana.
—¿Como has podido? El es mi único amor, ¿como me matas de esta forma? ¿por qué me haces esto?
Reclamo en medio de un incontrolable llanto.
—¿Por qué hago, que? Devolverle a mi hermana su mayor felicidad.
—¿Cómo? ¿Robándome a mi esposo?
No entiendo sus palabras y ¿por qué mi tía no hace nada?
—No, permíteme corregirte, estuve cuidando tu negocio, espantando lagartonas ofrecidas que te querían robar a Arthur y de paso manteniendo sobrio y cuerdo a tu marido ¿así es como me agradeces? ¡Maldita mocosa insilente!
—Ex marido.
—¡Cállate, Arthur!
Lo reprenden al tiempo Alice y tía Sonya, es ahí cuando lo comprendo, todo fue una trampa, ella sabía que no podría resistirme a armar un escandalo por verla junto a él y pensar que queria robarmelo.