VICTORIA
Me despierto desnuda y enredada en los brazos de Arthur, luego que regresamos juntos a la fiesta nos tomamos de la mano y no volvimos a separarnos en toda la noche, bailamos y tomé mi lugar a su lado mientras se entregaban los premios y reconocimientos correspondientes, me paré erguida y gullosa para apoyarlo, como siempre debe ser, junto a el, no detrás, no delante, si no a su lado como el equipo imbatible que somos, también tuve que lidiar con miradas curiosas y murmuraciones, pero no me importó. Lo que si se me hizo extraño en un evento de tal magnitud fue no haber visto a Olga, pero Arthur me dijo que ella estuvo un rato mas temprano, dio un breve discurso de agradecimiento y luego se marchó, lo que me realmente me parece extraño porqué la vieja ama regodearse entre las víboras que lamen sus botas.
Yo por mi parte no pude dejar de sonreír de felicidad; hacía tanto que no sonreía que se me había olvidado como era que se sentía, luego de saludar a la estirada elite que nos rodeaba y repartir saludos y sonrisas hipócritas, Arthur se hartó de lidiar con ellos, me sacó de la fiesta y me trajo al hotel mas lujosos de la ciudad donde me rompió el hermoso vestido que traía y me hizo el amor unas cuantas veces hasta que me desmayé de cansancio.
Lo miro embelesada por un instante antes de soltarme de su agarre y me pongo su camisa, quiero pedir un gran desayuno para los dos porque estoy famélica, ayer no comí casi nada y muero de hambre.
—¿A donde vas?
Pregunta quejumbroso con la voz ronca de sueño, al parecer no puede estar mucho tiempo sin mi.
—A pedir el desayuno, estoy muerta de hambre.
Respondo marcando al servicio de habitación.
—Vuelve a la cama, no he terminado contigo.
Mis músculos bajos se contraen por sus palabras, obvio que digo si a todo, pero en verdad necesito alimentarme y tomar fuerzas para el día que se me viene encima, hay cosas que necesitan nuestra atención con urgencia, comenzando por el el asunto de la loca que apuñalé. Cuando he pedido de todo un poco, me subo a la cama, me acomodo a horcajadas sobre él y lo beso.
—No vuelvas a dejarme Victoria, no puedo soportar la vida sin ti.
Dice mirándome con un poco de dolor, me siento mal por como actué, pero ahora voy a luchar por lo nuestro y no pienso dejarlo nunca mas, lo amo demasiado y no quiero hacerlo sufrir, él es mi alma gemela y nunca mas quiero que nos separemos.
—Nunca volveré a irme, lo prometo, tampoco puedo soportar estar sin ti, te amo mucho.
—Me gusta escuchártelo decir.
A mi también me gusta como salen las palabras con tanta facilidad de mi boca.
—Quisiera quedarme en la cama contigo una semana entera y olvidarnos de todo lo que nos rodea.
Digo mientras él me pone de espaldas sobre la cama y se mete entre mis piernas.
—Yo igual, pero hay algo que debemos solucionar hoy mismo, no voy a dejar que vayas a la cárcel.
Se que se refiere al asunto de su ex, pero no sé como solucionarlo sin meternos en mas problemas, he tratado de contactarme con el tipo que me llevó a aquel lugar y es como si se hubiera esfumado, como si se lo hubiera tragado la tierra y nuca hubiera existido, así que no tengo idea de que fue lo que pasó con el cuerpo de la mujer que apuñalé luego que me marché, lo que es muy extraño porque si la policía la encontró de seguro habrían llegado a mi con una buena investigación y parece como si nadie supiera lo que sucedió ese día a parte de mí.
De mala gana acepto llevarlo al lugar, creo que se por donde es aunque no recuerdo bien el camino, así que luego de alimentarnos y ducharnos juntos, vamos al hotel donde me estaba quedando con mi tía y me cambio de ropa, porque el vestido quedó destruido y parecía una andrajosa, tuve que ponerme la chaqueta de Arthur encima para cubrirme cuando salimos del hotel porque el vestido parecía mas un trapo bonito luego del ataque de pasión de mi marido.
No le digo a mi tía a donde vamos porque no quiero estresarla, así que cuando nos ponemos en marcha, le doy las indicaciones que recuerdo y luego de dar muchas vueltas en la carretera por fin damos con la ubicación exacta del lugar en donde deje el cuerpo de la mujer cuando la apuñalé, el estomago se me contrae ante la expectativa de que es lo que vamos a encontrar porque a pesar de todo a veces me atormenta el recuerdo de lo que hice, pero nos llevamos una gran sorpresa cuando llegamos ahí que no es la que yo esperaba.
—¿Estás segura de que es aquí?
Pregunta mi esposo un poco desconcertado.
—Este es el lugar.
Digo asombrada por lo que está ante mis ojos.
—Creo que te equivocaste de sitio.
La cabaña ya no existe y no hay rastro alguno de que antes hubiera estado ahí.
—Te lo juro, ahí estaba la cabaña y justo aquí la dejé tirada.
Digo señalando el lugar exacto donde la dejé ese día desangrándose.
—Pues no hay rastros de que haya habido alguna edificación aquí antes.
Estoy segura de que este era el sitio exacto, estan los arboles que recuerdo y los arbustos donde me escondí, no sé que sucedió, pero aquí fue donde la dejé.
—Parece que alguien peino el lugar y desapareció todo lo que había aquí.
Me siento muy confundida por la situación, todo desapareció sin dejar rastro, la casa, el cuerpo, cualquier evidencia de lo que sucedió aquí ya no existe; lo que significa que alguien vino y limpió mi mierdero, pero ¿quien pudo ser?. Ahora bien, que alguien haya metido mano por mi, no parece ser algo bueno, pudo ser el investigador que volvió luego de dejarme y el lroblema es que si fue así, estoy segura que mas temprano que tarde vendrá a exigir una buena cantidad de dinero por mantener la boca cerrada.