Recuperando lo que una vez perdimos.

Capítulo 3: Un pasado despierta tomando decisiones presentes.

Wellington Hall, Inglaterra. 


__¡No puede ser!__ gritó Adler de nuevo y se sentó derramando lágrimas de dolor. 

__¿Qué pasa cuál es el contenido de la carta para que te alteres de tal forma?__ le preguntó Ian a su amigo. ¿Qué es lo que no puede ser? 

__¡La violaron!__ Exclamó Adler horrorizado al pensar en como su Gigi debía había sido lastimada. __Esto no me lo voy a perdonar nunca. 

__¿A quién violaron? ¿De quién hablas?__ le preguntó Ethan a su hermano. 

__Léelo por ti mismo__ le dijo  y le entregó la carta. A medida que Ethan e Ian la leían, ambos hombres tenían los ojos desorbitados del asombro y la rabia. 

__Cómo estás tan seguro que eso es verdad?__ le preguntó Ethan. __puede que este sea otro engaño.__ agregó él. __esto puede ser falso. 

__Esa misiva me la envió el detective Wiham.__ le dijo Adler y para su hermano fue suficiente, para saber que era cierto, ya que este mismo detective fue el que descubrió el engaño que había sido lanzado en su contra, por lo que no había duda de su veracidad. 

__Pero, ¿Cómo ocurrió todo esto? En la carta dice que esto pasó hace un año. Pero, ¿quién pudo haberle hecho tanto daño? Aún no puedo creer que hayan abusado de Giorgiana. Tú crees que la basura de Boleyn tuvo algo que ver? Le preguntó al Duque de Wellington refiriéndose a uno de los responsables de la trampa tan maliciosa que pusieron en contra de él y de su amada Gigi. 

__No lo sé pero lo voy a averiguar.__ dijo el duque. __Y si él o la traidora de Arianne también tienen que ver con esto, yo mismo los mato.__ agregó Adler de manera sombría. 

__Tu sabes que cuentas conmigo incondicionalmente.__ le aseguró el duque de Norfolk. 

__Lo mismo digo hermano, sabes que estoy contigo.__ afirmó el duque de Sutherland. 

__Gracias de verdad, porque necesito que ambos vayan a interrogar a George Boleyn en la torre. Y bajo tortura si es necesario, quiero que investiguen si el es responsable del abuso que sufrió Giorgiana.__ les dijo Adler. 

__Y qué hay de Arianne Marlowe? Tú mismo la interrogaras?__ le preguntó Ethan. 

__Si, pero no iré solo. Me acompañara a alguien que desea enfrentar a esta mujer cara cara, desde que se enteró del engaño.__ afirmó el Duque de Wellington. 

__Te refieres a Jane ¿verdad? ¿Estás seguro que quieres ir con ella? ¿Porqué mejor no envías sólo a nuestra hermana? Estoy completamente seguro, que ella le sacara toda la información que necesitamos.__ Le dijo Ethan a su hermano. __Dejemos que ambas amigas, tengan una amena conversación. 

__Tienes razón, dejemos que nuestra hermanita se divierta un poco.__ dijo Adler con malicia pensando en lo mucho que su hermana Jane, quería enfrentar a su ex mejor amiga. __De esa manera puedo preparar mi viaje a Escocia para el amanecer, tengo que hablar con Gigi cuanto antes.__ agregó él. 

__Entonces, ya mismo busco a Jane, le informó lo que está pasando, e interrogamos a Boleyn. ¿Estarás bien si te dejamos solo?__ le dijo Ethan. __¿No cometerás ninguna tontería verdad? 

__Vayan tranquilos. Yo estaré bien. Tengo mucho en qué pensar.__ les dijo Adler a sus acompañantes. __Y sobre todo mucho que decidir y arreglar.__ cuando ellos escucharon esto, se fueron más tranquilos. 

Cuando quedó solo, los recuerdos del tiempo cuando fue feliz junto a su Gigi, inundaron su mente y su corazón. De repente, se vio a sí mismo el día que la conoció, el día que quedó completamente cautivado por esos hermosos ojos negros, ojos tan enigmáticos, como expresivos al mismo tiempo. 

Flashback. 5 años antes. 
Londres, Inglaterra 1830. 

Adler Remington, marqués de Oxford ha sido nombrado Duque de Wellington por el rey Richard III, quien lo amaba mucho y lo protegía como a su propio hijo, debido a que éste era uno de los caballeros más leales que tenía a su servicio. 

Es por tal motivo, que con tan sólo 25 años, Adler poseía más prestigio y honor, que cualquier aristócrata de más edad en la corte inglesa. Y su éxito no sólo abarcaban los asuntos del Rey, sino que en el ámbito personal, el Duque de Wellington tenía mucha prosperidad, ya que todos los que lo conocían tanto hombres como mujeres, percibían de inmediato lo imponente de la presencia de este hombre en la corte inglesa, posicionándolo como el soltero más codiciado de la nobleza británica. 

Sin embargo, pese a todo el éxito que poseía tanto en la corte como en su vida personal, su corazón se sentía vacío y muy solitario, al no encontrar a la mujer que fuese un verdadero complemento para él; y se resistía a la idea de casarse por conveniencia con alguna debutante o como decía la corte: “una adecuada flor inglesa que pudiera proporcionarle un heredero al ducado y marquesado”. Si él se casaba algún día, sería cuando encontrará a la mujer de la que estuviese enamorado completamente, aunque en esos tiempos este hecho, fuese poco práctico y poco ambicioso de su parte, ya que muchas familias ricas y poderosas de la corte, querían formar alianzas con los Remington mediante el matrimonio de una de sus hijas, con el mayor de los vástagos del archiduque de Gloucester y hermano del Rey, Erick Remington. 

Afortunadamente, tanto su padre como su madre Lady Leslie Remington, apoyaban completamente su decisión pues ambos creían que si su hijo mayor se casaba, tendría que ser por amor como en efecto, había sido la unión de ellos mismos. 

Y no es que él no haya tenido romances en su vida, porque tuvo uno con una dama que fue muy especial con él. Pero, como él no estaba enamorado de ella, aunque no negara que por la dama en cuestión, sentía un gran cariño Y aprecio, finalmente tuvo que hablar con ella y ambos concordaron en ser amigos, muy buenos amigos. 

Un día, en el que se celebraba en el Palacio veraniego del rey como todos los años, El festival de los caballos, el cual consistía en exhibirle a los miembros más selectos de La nobleza británica, los mejores y más capacitados caballos con el propósito de que los lords y las ladies de la corte, pudiesen hacer negocios muy beneficiosos para ambas partes, con el objetivo de adquirir los mejores ejemplares, la vida de Adler Remington Duque de Wellington, cambió para siempre cuando conoció al ángel de ojos negros como la noche, que poco a poco robó su corazón, esclavizando sus sentimientos. 

Todo ocurrió cuando la familia Cavendish, fue invitada por primera vez a dicho festival, debido al reconocimiento que tenía el jefe de la familia el señor Darren Cavendish, en su negocio de cría y venta de caballos pura sangre, lo que había hecho que su nombre fuera muy conocido entre la aristocracia inglesa hasta llegar a los oídos del Rey, quién planeaba regalarle a su esposa la reina Alisa, la mejor yegua de todo el país, por lo que invitó a los mejores criadores de caballos, incluyendo de esta forma a los Cavendish en la exhibición. 

Estaban inspeccionando todos los ejemplares, el rey, la reina y algunos caballeros, entre ellos el Duque de Wellington, cuando llegaron a las caballerizas dónde estaba la familia Cavendish, exhibiendo los mejores ejemplares equinos. 

__Majestades, mis lords, sean ustedes bienvenidos. Mi nombre es Darren Cavendish, ella es mi esposa Christine Cavendish y mis hijas Blake, Kylie, Caroline y Giorgiana. Niñas por favor, saluden como se debe.__ les dijo el padre. 

__Majestades, mis lords, es un placer para nosotras conocerlos.__ dijo Giorgiana y todas las chicas Cavendish, hicieron una perfecta reverencia, sorprendiendo gratamente a los reyes y a los caballeros. 

__Cavendish, veo que tiene unas hijas muy bien educadas. Señoritas para la reina y para mí, es un placer conocerlas.__ Giorgiana pudo sentir en ese momento, una intensa mirada sobre ella, mientras el rey y su padre hablaban. De repente, el responsable de tal mirada, se acercó a Gigi, gesto que no pasó desapercibido para ninguno de los presentes y besándole el dorso de la mano que le había tomado suavemente le dijo:  
__Es para mí, un verdadero placer conocerla señorita Cavendish. Mi nombre es Adler Remington, Duque de Wellington.__Le dijo esto mirándola fijamente a los ojos sintiendo por primera vez un gran estremecimiento en el corazón al conocer a una mujer. 

__El placer es todo mío, su excelencia.__ respondió Gigi sintiendo como el mundo a su alrededor, desaparecía de forma inexplicable, dejándolos sólo a ellos mirándose intensamente el uno al otro, reconociendo el alma del otro como la suya propia y marcando con este primer encuentro, sus vidas para siempre. 

Fin del flashback. Inglaterra 1835. 

__Me arrepiento tanto, por no haber confiado en ti mi gatita.__ dijo Adler viendo el medallón que contenía un pequeño retrato de su amada. Y al llamarla gatita, usó el apelativo cariñoso que siempre le decía para hacerla reír. __Pero te doy mi palabra, que a partir de hoy te protegeré con mi vida, te cuidare como no lo hice antes; y aunque viva el resto de mi vida de rodillas ante ti, conseguiré tu perdon y recuperaré tu confianza.__ y diciendo esto Adler salió del despacho para arreglar todo lo referente a su viaje a Escocia al día siguiente. 

Highlands, Escocia. 

__Niñas menos mal que las encuentro, tenemos que irnos a casa ya, su padre recibió una carta desde Inglaterra notificándole que…___ les dijo Christine a sus hijas, teniendo que tomar aire para continuar. __notificándole que el duque de Wellington viene a nuestra casa. 


Escritora: Sayduvis Blanco.




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