Recuperando lo que una vez perdimos.

Capitulo 43: Un anuncio que desata diversas reacciones.

·        Capítulo 43: Un anuncio que desata diversas reacciones.

 

“Aunque esta conversación no es una de mis favoritas, créeme que tampoco estoy enojado con él.” ——le dijo el Gobernador a su prometida tomándole el rostro, para mirarla a los ojos y añadió:

“Sir Cromwell, sólo te dio su apoyo y eso lo entiendo.”

 

“Entonces, si no estás enojado ni con Matthew ni conmigo, ¿Por qué estás tan enojado?” ——le respondió Gigi.

 

“Estoy enojado conmigo mismo, pues el saber que fue otro hombre el que estuvo a tu lado, acompañándote, apoyándote y consolándote, en el momento más desgarrador de tu vida, en vez de haber sido yo, me hace sentir muy impotente.” dijo Adler muy enfadado.

 

“Adler por favor, lo que me ocurrió no fue tu culpa y lo sabes. No eres el culpable de eso.” ——le dijo Giorgiana, tomándole el rostro entre sus manos.

 

“¡Claro que soy culpable mi amor! Si yo no te hubiera enviado al exilio, nadie te hubiera hecho daño.” ——le dijo el Gobernador con mirada triste.

 

“¡Ya no más Adler! Ya no permitiré que te sigas torturando por algo que no fue tu culpa, o te pregunto ¿Tú ordenaste que me violaran? Dime, ¿Lo hiciste tú?” ——le dijo Gigi con seriedad.

 

“No, por supuesto que no! ¡Yo jamás lo ordenaría!” ——Exclamó el apuesto Duque horrorizado.

 

“Entonces, no te vuelvas a culpar, ¿De acuerdo? Yo jamás he creído que tú fueses el responsable del abuso que sufrí, porque aunque si bien es cierto, que fue muy cruel exiliarme sin haberme dado el beneficio de la duda o sin haberme dado la oportunidad de armar una defensa apropiada, eso no significa que tú seas el culpable de mi violación, así que no quiero que te sigas culpando por ello, porque si lo sigues haciendo, me enojaré contigo. Por lo tanto, ¿Me prometes que no seguirás culpándote?” ——le respondió su prometida con firmeza.

 

“Está bien, lo prometo. Gracias por ser mi ángel y mi luz.” ——al momento de decir esto, Adler le sonrío.

 

“Es un placer serlo. Ahora bien, ¿Qué te parece si me llevas a nuestro hogar?” ——le propuso la Marquesa de Pembroke a su futuro esposo.

 

“Tus deseos son órdenes para mí, mi futura Duquesa.” ——Y al decir esto, el Gobernador de Londres besó de forma muy seductora, el dorso de la mano de su prometida.

 

__Ese mismo día a horas de la noche, la Marquesa de Pembroke ya estaba instalada en Wellington Hall, junto a su hermana y sus principales damas de compañía, en la recámara que el Duque de Wellington le asignó, la recámara de la Duquesa. Esta era la habitación en la que estaría una dama cuando se casaba con un Duque, convirtiéndose así en una Duquesa, este era un magnífico aposento con hermosas muebles y una maravillosa cama con dosel y bella sábanas de satén y un edredón de seda.

 

“¿Qué opinas sobre la habitación? ¿Te gusta?” ——le preguntó el Gobernador, abrazándola por la espalda y le susurró:

“Bienvenida a tu casa.”

 

“Me encanta como quedó la habitación, tú sabes que esta habitación siempre me ha gustado. Gracias mi amor.” ——y diciéndole esto, Giorgiana le besó la mejilla con dulzura.

 

“En esta humilde casa, esta siempre ha sido tu habitación, bueno no es verdad, la habitación que siempre te ha pertenecido, es la mía, ese siempre será nuestro aposento.” ——le respondió el Gobernador con suavidad, acuclillándose al pie de la silla de ruedas frente a ella.

 

Una humilde casa ¿No? ——riendo Gigi, dijo estas palabras y agregó:

“Y tienes razón, tu aposento siempre ha sido el mío y eso no cambiará jamás.

 

“¿Acaso lo que me acabas de decir, es una insinuación para que te lleve a nuestra habitación? Porque si es así, yo te llevo con todo placer, ahora mismo, ¿Eso quieres?” ——le respondió Adler, a lo que su futura esposa negó riendo y él agregó:

“Eso creí, entonces no te llevo y no tanto por tu bien, sino por el bien de mi propia resistencia, pues tú la pones a prueba al máximo.”

——Y al terminar de decir estas palabras, ambos rieron contentos.

 

“Eres el hombre más noble que conozco.” ——le dijo Giorgiana con ternura.

 

“¿Tú crees? Pues yo también lo creo, porque además de saber como estabas en esta habitación, también vine para decirte que mañana, el Rey efectuará un baile en el que todos nosotros debemos estar presentes, pues…” ——dijo él, pero de repente calló.

 

“Pues, ¿Qué? ¿Qué está pasando? ——le preguntó ella a él.

 

“El baile será realizado en honor de la visita de… de todo el clan Cromwell a la corte inglesa.” ——le respondió el Duque suspirando mientras la miraba.

 

“¿El clan Cromwell está Inglaterra?” ——le preguntó georgiana asombrada sonriendo.

 

“Así es, ellos llegaron esta mañana.” ——le respondió el Duque de Wellington serio.

 

“¿Eso significa que… que Matthew Cromwell también está aquí?” ——le preguntó Giorgiana sin poder ocultar una auténtica alegría en su voz, aunque intentó hacerlo.

 

“Desde luego, él como el patriarca del clan debía venir con ellos, y puesto que Sir Cromwell desea verte con ansias y por lo que veo, tú también deseas verlo, el día de mañana vendrá a visitarte.” Adler le dijo estas palabras, con una mezcla de sentimientos encontrados y de tristeza, al ver la reacción de Gigi al enterarse de su próxima visita.




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