Recupere Lo Que Había Perdido

Capitulo 32 (Un Crudo Pasado)

Al poco tiempo recordaron el por qué la habían buscado y así fue como Karai comenzó a relatar su pasado como hija de Destructor y miembro elite del clan del pie.

Karai: (Tomo aire cruzando los brazos sobre la mesa) Todo empezó mucho antes de que yo viniera al mundo, cuando Splinter o mejor dicho Hamato Yoshi y Oroku Sakí, eran tan solo unos niños pequeños. Siempre ha habido una rivalidad entre el clan del pie y el clan Hamato, una que ha sido desde siglos atrás, por un motivo que ya nadie recuerda ni sabe.

El semblante de todas se ensombreció por el inicio de esa historia que comenzaba a ser contada.

Karai: (Prosiguiendo su historia) En unas de tantas peleas, entre ambos clanes mi abuelo Hamato y el padre de Oroku Sakí, se enfrascaron en un combate que costó la vida de muchos y llegando a una destrucción masiva hacia el clan del pie, matando al líder de estos, pero mi abuelo al tener al pequeño hijo de su enemigo enfrente de él, no pudo hacerle daño, no le dio el destino que los demás habían corrido, ya que le dio mucha pena ese pequeño de casi de la misma edad que su propio hijo, así que decidió adoptarlo como suyo y criarlo como tal.

Ruby: (Con una sonrisa media) Esa fue una decisión muy linda.

Karai: (La mira algo retadora) Si, una linda decisión que costó la vida de muchos del clan Hamato años después, la de mi propio abuelo y la de mi madre.

La peli castaña se quedó muda, ante tal aclaración, desvió la mirada un poco, se sintió que hizo un comentario de más y que causo el enfado de esta.

Karai: (Observo el rostro de la chica a su lado) Lo siento, esto me pone algo tensa, creo que seguiré contando esta historia.

Ruby: (Tomo la mano de la chica) Tranquila, te entiendo debe ser muy difícil todo esto.

Karai: (Sonrió levemente y observo hacia la ventana) Con el paso del tiempo ambos niños crecieron como hermanos, compitiendo en todo cada momento, se pensaba que era una condición normal a esa edad, ¿Quién era mejor en las escondidas?, ¿En el entrenamiento?, ¿En la forma correcta de pelear y las armas? Cosas así por el estilo, pero poco a poco esa rivalidad se hizo más grande, cuando mi padre fue obviamente el heredero del clan Hamato, Sakí, comenzó a sentir odio incluso fue a reclamarle a mi abuelo, este no sabía aun la verdad y el patriarca del clan, no se lo diría no aun, tan solo tenía 13 años.

Karai: (Acomodándose en su asiento y recargándose en la mesa con sus manos) poco a poco ese odio comenzó a ser tan grande y en los entrenamientos, Oroku siempre que podía trataba de hacerle daño a Yoshi, pero este era muy bueno y lo sabía, aunque este nunca quería dañar a su hermano, debía defenderse como pudiera. Así sucedió por tantos años, hasta que conocieron a mi madre, ambos se enamoraron de ella (Desviando su mirada a la mesa con los brazos cruzados) Mi pero ella solo tenía ojos para mi padre, a lo cual Oroku no pudo soportar más y reto a Yoshi a un duelo para ver quien debía estar con Tang Shen.

Yang: (Se notó algo molesta) Creo que eso no me parece nada cool, tratando a tu madre como un trofeo.

Karai: (suspiro) Lo mismo pensaba mi padre, pero aceptó el reto, para que de una buena vez, Oroku los dejara en paz y pudiera tener una vida tranquila, juntos.

Se hizo una pequeña pausa que pronto se rompió para que la narradora continuara.

Karai: (Sonrió levemente) El resultado fue obvio, Yoshi gano y como decía el trato quien ganara se quedaría con Tang Shen, así que debía cumplir su promesa Sakí, y así lo hizo por un tiempo… (Su mirada volvió a ensombrecerse) Después de esa derrota, estaba decidido en buscar su propio camino, en aquel tiempo en a veces se cuestionó por qué podía tener tanto odio en su ser, ya que había sido criado para pelear, pero tener compasión. Pronto conoció la verdad de su origen, de todo lo que había pasado años atrás y comprendió todo su sentir. (Suspiro pesadamente) Al saber de dónde venía, rápidamente comenzó a reclutar ninjas que desearan unirse a él y reunificar al clan del pie, como heredero de este. Por lo tanto reiniciar de nuevo el desprecio y la guerra de entre los dos clanes.

Karai: (Se recargo en el asiento) Para este momento mi padre y mi madre, ya vivían juntos y me estaban esperando, fue cuando ocurrió el primer ataque, que costó la vida de mi abuelo y Yoshi quedo gravemente herido, pero logro defender su clan, subió al puesto de líder y debía preparase para lo que el clan del pie deseaba hace, ahora destruir a los Hamato. Mi madre apoyaba a mi padre, sin dudarlo lo amaba tanto, pero ella debía siempre quedarse dentro de la gran casa, ya que ella nunca fue entrenada en el arte ninja del Taijutsu y más por su estado.

Karai: (Suspiro) Los meses pasaron y yo nací, mis padres, estaban muy feliz por mi nacimiento, querían que yo viviera todas las cosas maravillosas de la vida, pero con las constantes batallas entre los clanes, mi padre decidió que en cuanto cumpliera la edad requerida comenzaría a entrenar, para volverme en una kunoichi muy fuerte y digna de algún día volverme la líder.

Abril: (Saco su arma dada por Splinter) Este Tessen, debía ser para ti Karai, era el arma que tu padre deseaba darte al crecer.

Karai: (Observando el abanico negro hecho de metal) Lo sé, pero ahora tengo mi katana y me hallo mejor con ella, además mi padre te la dio para que pudieras luchar, el creyó por casi 17 años que yo estaba muerta y no era así.

Weiss: (Observándola confundida) ¿Muerta?

Karai: (Suspiro pesadamente) Al poco tiempo de que yo naciera, mi madre estaba muy preocupada, no quería que yo me uniera a esa estúpida guerra de clanes, si era una cuestión de orgullo para ambos, pero pensaba ¿Qué clase de vida tendría una pequeña niña al tener que luchar toda su vida? Por un motivo ya olvidado y que ahora era movido por el odio de un hombre hacia alguien que alguna vez fue su hermano. (Mirando hacia abajo) Así que ella le pedía a mi padre que olvidara todo eso, que nombrara a otra persona como líder del clan y nos fuéramos los tres juntos hacia Nueva York, para poder vivir la vida que tanto habían deseado desde que se conocieron. Pero Hamato Yoshi, no podía dejar así como así, El imperio que había hecho sus antepasados y le pidió a mi madre que lo pensara.




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