El chico de banana naranja sale de todo esas preocupaciones y se incorpora cuidadosamente, para no lastimar a la chica pelinegra de su espalda.
Se sienta con las piernas cruzadas enfrente de él, haciendo como un hueco en medio donde se cruzan estas y ahí es donde deposita a la joven, apoyando su cabeza en su pierna derecha con cuidado, despejo las vías respiratorias, del pedazo de tela, tratando de que ella pudiera respirar el mayor aire puro y fresco que podría ofrecer la gran urbe.
Mikey: (Comenzando de nueva cuenta a llorar) Por favor… Por favor… Blake… No me dejes.
Su semblante que había sido serio y algo frio, se desvaneció cuando su amada, se encontraba en un lugar a salvo, pero su preocupación y tristeza se comenzó a intensificar, al darse cuenta de que ella no estaba reaccionando rápidamente como él deseaba.
Su llanto se hizo más enfático y su rostro de preocupación genuina.
Abril: (Apoyando su mano en el hombro del chico) Mikey… ¿Qué paso?
Casey: (Acerándose del lado contrario de la chica peli naranja) Tranquilo Mikey… Dinos que pasa y te podremos ayudar.
El joven de pecas, los miro con atención, haciendo su rostro de puchero y desesperación se fuera relajando solo un poco, dejando que su voz pudiera pronunciar alguna palabra, ya que la situación le estaba formando un nudo en la garganta.
Mikey: (Observando a su pelinegra amada) Ella… Respiro el aire de los Krang y… Le ha hecho mucho mal… No reacciona y no sé qué más deba hacer y…
Karai: (Asombrada y señalando con su dedo anular) Por todos los cielos… Tiene orejas de gato.
Los otros dos chicos, no se habían dado cuenta de ese pequeño detalle que coronaba la cabeza de la joven.
Casey: (Sorprendido con los ojos abiertos y la boca igual) ¡¡¡¿QUÉ?!!!
Abril: (Mirando con cuidado las orejas de la chica) Esto… ¿Debe ser algún efecto de respirar el aire Krang? O es que… Blake… ¿Entro en contacto con el mutageno?
Karai: (Cruzando de brazos) No creo que fuera eso O’Neil… Eso explicaría su moño que nunca se lo quitaba. (Mirando a la chica con algo de molestia).
El mutante se dio cuenta de ese comentario con que índole iba dirigido, la sangre le comenzó a hervir, estando a punto de contestar algo poco típico de él, cuando sintió como la chica comenzó a respirar profundamente, poco a poco normalizando su ritmo cardiaco, sintiendo como se movía un poco.
Sumergiendo al chico en unas sensaciones de bienestar y alivio en su corazón, parecía que el alma le volvía al cuerpo.
Aunque aún no pudiera recobrar la conciencia, sabía que ahora que estaba en esa dimensión y respirando de forma constante, estaba a salvo, algo dentro de él se lo decía y le volvía la calma. Más eso solo fue por poco tiempo, pues recordó que dentro de la dimensión Krang, aun había algo que se perdió.
Mirando con suma atención el portal, sabía que debía volver a apoyar a sus hermanos y amigas, se lo había prometido a Blake, antes del desmayo así que debía hacerlo.
---Dimensión Krang---
Ruby: (Llorando desconsolada abrazada de su hermana, ambas tumbadas de rodillas en el suelo) No… Weiss… No… No…
Yang: (Abrazando a la menor de ambas) Lo siento mucho… (Llorando de forma tenue) Ruby… Debes ser fuerte… Y…
El chico tortuga de bandana roja, se acercó a las dos jóvenes y sin previo aviso, toco el hombro de la chica rubia, apretándolo un poco, haciendo que esta volteara por inercia al sentir el contacto, fijando las hermosas amatistas que poseía, en las esmeraldas del mutante que la observaba con sumo cariño y comprensión.
Lo cual provoco un sentimiento en la chica de verdadera paz o confort, que la comenzaba a desarmar, en vez de demostrar su semblante serio, que le trataba de trasmitir a su hermana que ella sería su pilar, por la muerte de una de sus compañeras y amiga.
Se comenzaba a sentir con la necesidad de desahogarse, sabía que debía hacerlo, entendía que lo necesitaba, pero siendo tan cabeza dura, como lo hacía siempre, se lo negaba para que otros lo pudieran experimentar antes que ella. Poniéndose siempre en último lugar después de su hermana Ruby, sin embargo esta vez, Raph estaba logrando que ella fuera capaz de sentirse protegida para hacerlo, para poder derramar esas lágrimas.
Las lágrimas comenzaron a salir de forma desbordante de sus cuencas, apretando la mandíbula y cayendo las gotas saladas sobre la cabeza de su hermanita. Abrazándola con mayor fuerza, consolándola y sintiendo como esa mano lo hacía a ella.
Por otra parte Donnie, se encontraba de rodillas, con las pupilas sumamente dilatadas, mirando hacia el fuego, como se expandía poco a poco y consumía todo a su paso sin importarle nada, sus ojos derramaban lagrimas que tenían una hilera siguiendo el mismo trayecto una y otra vez, los brazos de forma laterales, la boca semi abierta, su expresión se encontraba completamente congelada.
Sin duda él se encontraba en una estado catatónico, congelado en el tiempo y espacio, con su mente completamente en shock, nada importaba ya en ese momento, solo quería mirar el lugar que le había quitado a la chica que amaba, de la cual se había enamorado, aunque no fuera la primera vez de esos tiernos sentimientos, le era importante.
Leo: (Con algunas lágrimas en los ojos, mirando a su hermano) Donnie… Lo lamento mucho… (Le dio un fuerte abrazo de frente).
Ese contacto, el otro chico parecía que no le sintiera en lo absoluto.
Las llamas se parecían acerca cada vez más y más. Era un peligro inminente pues se suponía que esa era su función.
Yang: (Divisando el panorama) Debemos salir de este lugar. La explosión se está expandiendo, pronto nos alcanzara.
Raph: (Observando de igual forma el horizonte) Tienes razón… tenemos que irnos de aquí.
Yang: (Mirando a su hermanita en sus brazos) Ruby… Vamos anda… Tenemos que salir de aquí.
La chica pelirroja, se quedó callada, tratando de controlar sus sollozos, sabía que Yang tenía toda la razón del mundo, pero no quería irse de ese lugar, no quería dejar a su mejor amiga sola, encerrada en un lugar en una dimensión como esa, quería tan solo llevársela consigo misma, pero… Sería inútil y lo sabía.