---Alcantarillas---
El padre de las tortugas se encontraba meditando en el dojo en el cual entrenaban todos ellos.
En su pose de loto, sereno y concentrando, tratando de despejar sus miedos e ideas, la preocupación de que sus hijos no pudieran llegar a tiempo para detener o salvar a esas cazadoras, de cómo esto afectaría a los jóvenes y que si realmente el parecido físico de Ruby con su difunta esposa Tang Shen sea realmente por alguna relación.
Cansándose de estar así, llevando ya un rato, abrió sus ojos con suavidad, clavo su mirada en el pequeño altar, pensando en mil y un ideas que le cruzaron la mente, se levantó con cuidado de su posición, camino con paso firme y lento hacia el lugar que lo estaba cautivando.
Se detuvo un instante, tomando entre sus manos la foto de su antigua pequeña familia, que estaba rota ahora. Observando el rostro de ella y de su hija.
Splinter: (Sosteniendo la foto y suspirando) Tang Shen… No entiendo por qué me invaden estas dudas. Antes de ver a esa jovencita de capa roja, estaba completamente seguro en mi corazón y mente que Karai era nuestra hija perdida, sin embargo… Ahora no estoy seguro de nada.
Dejo escapar un suspiro, pensando sobre todo ese tema. Las ideas iban aumentando.
-¿Y si Karai, en realidad es una joven que Oroku Sakí robo, para formular su plan retorcido?-
-¿Sera que realmente no es mi hija de sangre?-
-Pero el mismo me lo dijo-
-¿Acaso… Mintió de nuevo o dice la verdad?-
Las cuestiones iban en aumento cada instante, como había logrado soportar, casi dos meses así. Sentía que la locura pronto lo iba a dominar con cada pregunta sin respuesta que lo consumía.
Dejando el retrato en su lugar, posando su vista en aquel raro objeto tradicional japonés de color rojo y ovalado.
Lo sostuvo en sus manos al pequeño Daruma, observándolo con toda la atención del mundo, mirando el rostro de cara algo robusta y mal encarada, con ese bigote y babar extraños con un solo ojo pintado del lado izquierdo.
Su simbología, fue lo que le seguía trastocando hasta más no poder.
Splinter: (Suspiro, mirando con atención y como si entendiera que debía hacer) Creo que es tiempo de haber cumplido mi meta en la vida.
De pronto se escuchó un fuerte frenado de un tren o de un gran auto de trasporte, lo cual hizo que este dejara el Daruma en su lugar y saliera a ver que estaba pasando. En su pensar era que sus hijos volvieron, pero aun temía en su ser lo que hubiera ocurrido.
El mismo mientras iba al encuentro con esos jóvenes que crio, miro el reloj, marcaba las 6:04 de la mañana, toda la noche se había ido volando de una forma tan rápida, que ni el mismo se había dado cuenta.
Al llegar, vio como dos de sus hijos estaban descendiendo del tortumovil, a lo cual el recibió con gusto, no se veían heridos, mal o tristes… Bueno no por completo así que imaginaba que las cosas no habían salido tan mal como se pensaba.
Pero antes de poder decir alguna palabra, vio como ellos, bajaban con cuidado a una mujer joven del tortumovil y el otro a una chica de cabellos morados, a lo que dejo al hombre sumamente confundido.
Splinter: (Acercándose a ellos) Hijos míos… Me alegra que volvieran con bien… Pero me podrían explicar ¿Quiénes son ellas?
Leo: (Cargando a Irma por la espalda) ¡¡¡SENSEI!!! (Sorprendiéndose en gran medida) Bueno… Ellas son, fueron prisioneras de los Krang.
Splinter: (Observando a la chica y de igual forma a la mujer) ¿Cómo que fueron prisioneras del Krang? ¡¡¡¿USTEDES SE ATREVIERON A PASAR A LA DIMENSIÓN X?!!! (Hizo esta última pregunta con un tono de enfado).
Raph: (Cargando a la mujer al estilo princesa) No teníamos otra opción sensei… Debíamos ir por ellas o… Debíamos intentarlo, para que nos escucharan.
Splinter: (Abriendo los ojos un poco, demostrando sorpresa y tranquilidad) Eso quiere decir que las lograron encontrar a tiempo.
Otra tortuga bajo del tortumovil, cargando a una joven de cabellos blancos, entre sus brazos, la cual se denotaba muy mal herida y agotada, se le notaba su semblante mal pero estable.
Donnie: (Caminando con cuidado) Tenemos que llevarlas al laboratorio lo antes posible.
Mikey, saliendo del tortumovil, con su carita de preocupación a más no poder y con lágrimas en sus ojos azules que caían, estaba asustado y temía cualquier noticia mala, para la joven azabache que llevaba con él.
Acatando la orden que dio el más inteligente del grupo, se dirigió de inmediato al lugar antes dicho, para que se pudiera atender a Blake.
Cabe mencionar que él no llevaba su bandana puesta, pues durante el camino, la había envuelto en las orejas de gato que la joven cazadora poseía. No pensaba bien la razón del por qué ocultar algo tan adorable según él, ella lucia. Mas el respetaba su decisión y cuidaría de ella, para que así fuera, hasta que se sintiera lista de dejar ese habito.
Los cuatro se dirigieron hacia el laboratorio con rapidez y cuidado, detrás de ellos bajaron los otros tres jóvenes humanos que habían ido con ellos, pero veía que la peli naranja se encontraba en un estado muy mal, llevando lágrimas en sus ojos, estos demostraban tristeza, pero su boca mostraba una débil sonrisa que confundía la situación.
Casey: (Dándole un suave abrazo de apoyo de lado) ¿Te encuentras bien pelirroja?
Karai: (Le pone la mano sobre el hombro a la otra chica) No te alteres tanto O’Neil.
Abril: (Bajando la mirada) ¿Cómo no quieres que me altere? (Alza la vista) ¡¡¡SI AHORA DESCUBRO QUE MI MEJOR AMIGA ESTABA ATRAPADA EN LA DIMENSIÓN KRANG O QUE PUEDE SER UNA IMPOSTORA Y MI MADRE ESTUVO EN ESE LUGAR TODOS ESTOS AÑOS…!!!
Splinter: (Acercándose a la joven de cinta amarilla) Abril… ¿Qué es lo que has dicho?
La chica se giró en su propio eje, a ver al hombre rata que se encontraba enfrente de ella. Sin duda se estaba sintiendo muy confundida, su madre y mejor amiga habían sido secuestradas en la dimensión X, le provocaba un gran malestar en el estómago, pues sentía que gran parte de su vida, si no es que es todo, el Krang siempre había estado allí para arruinarle la vida de una u otra forma. Demasiado para procesar en estos momentos.