---Equipo distractor---
Ruby: (Emocionada, mirando desde un edificio la puesta de sol) Es bellísimo.
Leo: (Sonriendo al verla tan feliz) Si es muy precioso.
La joven de cabellos castaños, se sentía realmente libre. Con el viento suave del atardecer de esa ciudad tan concurrida, esa hora era la única en la que por unos breves momento se puede ver el cielo azul, aunque se divisara muy contaminado, los tenues rayos del sol que se despedía, parecían ser para ella en ese pequeño instante.
Sus cabellos tan solo un poco más largos por encima de la cintura le llegaba, su flequillo bailaba al son de la brisa que pronto se convertiría en nocturna.
Pero aun que se sintiera libre y feliz, no pidió inhalar por completo, pues el aire del lugar no era que digamos limpio. Así que solo se limitaba a ver todo ese espectáculo, sentada en ese tejado con la compañía del mutante de bandana azul.
Ruby: (Sonriendo a la puesta del sol) Leo…
Leo: (Girándose a verla) Dime.
Ruby: (su sonrisa se denotaba más radiante) ¿Siempre es así de hermoso?
Leo: (Sonriendo, mientras suspira profundamente) No sabría decirte… Muy pocas veces logro ver un atardecer tan lindo.
Ruby: (Sonríe con una mirada cálida) Ya veo… ¿Por qué? (Se gira a verlo)
La chica aun estando en un semblante tan romántico, no podía dejar de lado su naturaleza tan curiosa como lo era siempre. Así que empezar con cuestiones sería algo divertido.
Leo: (Se puso algo serio) Mmm… Veamos. Debe ser porque al ser un ninja, viviendo entre las sombras. (Se gira a verla con una sonrisa) Debemos de cuidar nuestra identidad, es nuestro mayor tesoro.
La pelicastaña, sonríe al chico mutante. Pero parecía que no le convencía esa respuesta y lo hizo notar.
Ruby: (Asiente con la cabeza) Es verdad, los ninjas deben hacer eso, es muy diferente a lo que hacen los cazadores.
Leo: (Asiente y sonríe) Exacto.
Ruby: (Lo encara, algo seria pero demostrado su sonrisa) Pero… Esa no es toda la razón.
Leo: (El mutante se sorprende tanto por esa afirmación de la joven, pero rápido vuelve su sonrisa) Te diste cuenta…
Ruby: (Se acerca un poco a él, estando sentada) Bueno… Soy una cazadora y podemos… (Se acerca al chico, respirando más fuerte, como olfateando) Y podemos oler las mentiras desde lejos.
Leo: (El chica deja escapar una risa, un poco sonora, ante las acciones de la cazadora) Jajajajajaja, que graciosa.
Ambos chicos siguieron riendo por unos instantes, mas dejando que la puesta de sol siguiera, y el viento suave los rodeara por completo.
Pero la castaña fue la que paro rápidamente las risas, solo dejado su bella sonrisa expuesta.
Ruby: (Sonriendo, mirándolo seria) ¿Entonces?
Leo: (suspira, mirando hacia el cielo, poniendo sus manos apoyadas en el techo) Bien… ¿No es obvio?
Ruby: (Mirándolo, negando con la cabeza y algo confundida) No, para mí no es obvio.
Leo: (Suspira, le dedica una sonrisa) Nuestra apariencia, es la que nos obliga a no poder salir tan fácilmente a la calle.
Ruby: (Abre los ojos algo impresionada) ¿Por qué?
Leo: (Suspira, entendía que la joven no le captaba por completo) No es lo mismo, ser una cazadora que parece y es humana y algo muy diferente es que tortugas, mutantes, ninjas y adolecente aparezcan de la nada. (Ríe un poco nervioso) Jajajaja Los pondría realmente aterrados.
Ruby: (Lo mira con unos ojos tristes) Lo siento mucho.
Leo: (La mira con una sonrisa) No tienes que disculparte por nada. Es la verdad y ya nos acostumbramos.
Ruby: (Su mirada se comienza a entristecer más y cabizbaja) Debe ser muy duro todo eso.
Leo: (Encoge los hombros, mirando a la chica) Pues… Si lo fue, pero está bien, ellos no deben vernos, pero los cuidamos por todo mal. Eso es bueno ¿No?
Ruby: (Triste, con una voz algo ligera) Aquí son el equivalente a los faunos, aunque… Allá no es tan grave como aquí. (Levanta la mirada, con algunas lágrimas) Como lo siento… Por preguntarte todo esto.
El mutante de bandana azul, se sorprende al verla con lágrimas en esos bellos ojos cafés, provocando que se estremezca más de lo que deseaba. Aun con la marca del dolor la veía tan linda y una necesidad de cuidar de ella, se volvió más poderoso.
Leo: (Tomándola de los hombros, preocupado) ¿Por qué lloras?
Ruby: (Las lágrimas comienza a salir demás de sus ojos) Porque… Lo que debiste haber pasado… (Su leve llanto volvió) Lo que todos debieron pasar, debió ser horrible.
Leo: (Preocupado, negando con la cabeza) No, claro que no… Las cosas no han sido tan terribles como piensas.
Ruby: (Abrazando al mutante, quedando su cabeza en el pecho de él) La gente siempre desprecia a lo que teme…
Leo: (Niega con la cabeza, firmemente) A veces solo es miedo… Y actúan por instinto. (Sonríe) Los seres humanos de aquí no son tan malos.
Ruby: (Su llanto se comienza a tranquilizar) ¿Por qué piensas tan bien de los humanos?
Leo: (Sonríe al verla más calmada) ¿Por qué no hacerlo? También son seres vivos como nosotros.
Ruby: (Sonríe ante el comentario) Me gusta mucho como piensas. Tan positivo. (Deja escapar una risa) Jajaja Me recuerdas a mí, que siempre hago eso y Yang se molesta.
Leo: (Ríe divertido, recordando) Igual a mí, a veces cuando trato de ser positivo en todo… Raph también se molesta.
Ambos de nueva cuenta, volvieron a tener su sonrisa de hace unos minutos, sintieron como su sombra se había ido, pues ahora el sol desapareció y dio lugar a una estala de luces nocturnas tanto celestiales como terrenales y una luna de color algo amarillenta, con una figura algo delgada, no era una muy normal para los enamorados, pero quien en esta pareja lo era.
La pelicastaña, sentía como su corazón estaba alborotado, latiendo tan rápido que sentía que se saldría de su caja toraxica, al ver las estrellas y luego ver al mutante a su lado, sentía que era el lugar donde debía estar siempre, pues una extraña sensación se apodero de ella. ¿Amor? ¿Tranquilidad? ¿Pertenencia? ¿Confusión? Todas esas emociones se comenzaron a remolinar en su interior.