Red de amor

Capítulo 5

— Pareciera que el destino nos quiere juntos — comenta, él y yo de nuevo en el elevador ¡ya mátenme!

No dije nada sobre ese estúpido comentario y de nuevo el silencio, se abren las puertas del elevador y de nuevo escucho esa voz áspera.

— quisiera llevarla a su casa señorita Moore — giro a verlo y el alza una ceja esperando una respuesta.

— No gracias señor Armitt — digo poniendo en marcha mis piernas.

— Alto, soy su jefe y yo ordenó que se irá conmigo — esboza una sonrisa.

— Se acabó la hora de trabajo Thiago — lo veo con victoria.

— Desprecias mi caballerosidad — finge un leve dolor en su pecho llevando ambas manos en él.

— No mezclo trabajo con relaciones personales — musitó, aparece su típica sonrisa seductora.

— ¿relaciones? — se acerca a mí sin importarle en absoluto quien sale del elevador, deberás que este tipo no tiene nada de dignidad — creí que no estabas interesada Moore — susurra muy cerca de mi rostro.

— sabe algo — digo con el mismo tono, me acerco a su oído sin importar que la gente nos vea y esto que haré será algo de su propio chocolate, espero un pequeño rato allí y me causa gracia la manera en como su cuerpo se encuentra tan vulnerable, el recarga una de sus manos en mi cintura manteniendo fuerte para que no me despegue de él, Puedo escuchar como respira con pesadez.

— Dime beca — susurra con un poco de dificultad.

— quiero... — sigo en su oreja acercando mis labios al lóbulo de su oreja — que se vaya al diablo — digo alzando mi voz cuidando que nadie escuche, en un abrir y cerrar de ojos había salido del lugar y me encontraba subiendo el ascensor de mi amado edificio, no había rastro de él y tengo que suponer que se encuentra en su casa.

Se abre la puerta del ascensor y me encuentro con un Thiago hablando con mi hermosa vecina. ¡Genial! ¡OTRA VEZ!

Mi plan es sencillo caminar de largo sin antes saludar e ignorar completamente lo que me digan.

— ¡me alegra verte Beca! — dice la señora Pops con una sonrisa.

— Igual a usted — digo pasando de largo y ya cuando estaba apuntó de abrir mi puerta.

— Quisiera hablar contigo Beca — habla el hombre que más detesto en este mundo, después de Donald Trump, la señora Pops miraba muy atenta la escena. — Búscame dentro de 10 minutos en mi casa por favor — dice esa voz autoritaria, eso hace que crezca una pequeña pizca de procuración, ¿será algo del trabajo?, no me desgasto en decir palabra y solo me dedico asentir y entrar a mi bello apartamento, cambiarme por algo más cómodo y dejar mis cosas en su lugar.

Claro que no iría en 10 minutos, iré dentro de 20 minutos, él no es mi jefe por ahora.

Después de 20 minutos desperdiciados en ver la televisión, me dirigí a su puerta llamando a ella y encontrándome con un hombre de vestimenta casual.

— llegas tarde — inspecciona su reloj que trae en su muñeca derecha, se mueve un poco para que yo pueda pasar y lo hago, como toda una quisquillosa me limito a ver todo su apartamento, blanco y gris en él, muy elegante y me gusta mucho su decoración, algunos cuadros de elefantes y de paisajes. — ¿algo de tomar? Te ofrezco whisky, vodka, vino o tequila

— Yo no tomo, gracias — digo frunciendo el ceño, el por otro lado se sirve de la botella de whisky — no vengo a pasar un rato con usted, así que por favor que es lo que quiere hablar conmigo — suelto de golpe

— toma asiento — me siento en su hermoso sofá de color gris y él se limita hacer lo mismo. — quiero que en primer lugar, me dejes de tratar formal... — antes de que pudiera decir algo el interrumpe — y basta con esa estupidez de que soy tu jefe.

— se directo por favor — farfulló.

— Trátame con cariño, como segundo punto — sonríe. — y como tercer punto... Quiero ayudarte.

¿Qué es lo que acaba de decir? ¿Ayudarme, en qué? No tengo ningún problema, tengo gastos que pagar pero no es grave.

— ¿Disculpa?, No tengo ningún problema — mencionó.

— Aún no me has entendido, quiero ayudarte en tu racha de amor — su actitud está asustándome y esa sonrisa que se trae hace que tenga miedo.

— ¿qué? ¡No necesito ayuda en eso! ¡No lo necesito! — bramó, salto del sillón y mi cuerpo está decidido a salir de aquí.

— ¡a eso me refiero! — me señala, se pone de pie y se encamina hacia mí. — necesitas un novio, solo trabajas y no sales.

Regresó al sillón, no es por nada pero está muy cómoda y no estaré seguido en este apartamento, Thiago se limita a copiar mi acción.

— No necesito salir con chicos — musitó.

— No digo que sea necesario, pero necesitas conseguir a tu chico ideal — esa frase hace que mi confusión crezca, ¿que él no estaba interesado en mí?, no le preguntare eso quedare como una estúpida. — Supongo que creías que estaba interesado en ti — hace responder mi pregunta. — No estaría con alguien que vive amargado — se mofa, le pego en el hombro y ríe.



#1849 en Otros
#484 en Humor
#4831 en Novela romántica
#1323 en Chick lit

En el texto hay: novela romántica, amistad, novelacontemporanea

Editado: 12.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.