Red de amor

Capítulo 24

— bien, ¿me ayudaras con la lista beca? — pregunta tomando un carrito de los que están afuera.

— Lo siento señora Pops, pero yo también comprare cosas — digo también tomando un carrito pequeño.

— Eso es extraño, tú siempre sales a fin de mes — me ve extrañada.

— Solo son unas pequeñas cosas — digo entrando al lugar. — ¿a qué se debió la invitación? — pregunto curiosa.

Caminamos directo al área donde están las verduras.

— Solo quería tener la compañía de mi pequeña beca — la veo con ironía junto con una ceja elevada.

— claro que si señora Pops — digo con ironía. — ¿qué es lo que quiere saber? — la veo con una sonrisa divertida.

— ¿Yo? — Dice haciéndose la confundida, conozco a esta señora y me da mucha gracia su actitud — no quiero saber nada Rebeca, para nada, me ofendes.

— está bien..., entonces no quiere saber algo que me ha pasado esta mañana — digo amarrado la bolsa que había llenado una libra de tomates.

— No, no, claro que quiero saber, cuéntame — suelto una carcajada pequeña.

— Lo sabrá pronto — musitó caminado hacia dónde está la papa, decidí que haré un pollo horneado, estilo acción de gracias, más no igual pero quiero hacer algo elegante.

— en realidad Rebeca... — veo como mete dos cebollas a su carrito. — quiero preguntarte..., acerca de lo que está pasando con..., con Thiago — frunzo mi ceño confundida.

— ¿qué sucede con él? — elevó una ceja.

— ¿estás evitándolo? — pregunta de golpe.

— llevo un día aquí, no entiendo que le hace creer que eso está pasando — le digo caminando con mi carrito hacia dónde están las carnes.

— es porque el hablo conmigo, Rebeca — la escucho acercarse.

— ¿qué?

— sí, el día que Lizzy no se quedó en tu apartamento, después de hablar con Joseph y Lizzy por casualidades yo estaba en la puerta y nos quedamos hablando.

— si señora Pops, casualidad — digo con sarcasmo.

— sí, me dijo acerca de que no se había quedado contigo a ver una película, cosa rara que tú ahora no haces. — tomo uno de los grandes pollos amarillos que están envueltos con plástico y lo meto en mi carrito.

— Thiago es una niña — farfulló, sigo con mi camino en busca de un vino no tan fuerte para poder condimentar el pollo.

— Cariño, puedes decirme que es lo que pasa — la escucho nuevamente a mi lado.

Definitivamente Thiago es un estúpido, tan necesario es que esté siempre con él, no lo creo, el hace sus cosas y no le pido explicaciones, se coge con medio Nueva York y tampoco le digo nada, lo ignoro por 24hrs y el hace un drama innecesario. Es un imbécil.

— ¿porque huyes de Thiago?, que no son amigos..., la última vez que te vi así fue cuando te enamoraste de William... — giro mi rostro para poder verla sin ninguna expresión. Trata de averiguar qué es lo que refleja mi rostro pero claro es tan inteligente que lo hará. En efecto fue así cuando descubrí que estaba enamorad de William en vez de huir de él huía de los que me rodeaban, en ese caso fue la señora Pops y Lizzy, no les quería decir hasta que vieron a William llegar un día a mi apartamento. — no me digas que..., ¿estás enamorada de Thiago? — despego mi mirada con la suya y tomo el vino para poder moverme de pasillo e ignorar su pregunta, no sé qué pasillo voy pero creo que me hace falta una bandeja para colocar el pollo.

— ¿Rebeca? — pregunta de nuevo a mi lado. Está tan concentrada en preguntarme que lo único que lleva su carrito son las cebollas, café, y un queso.

— ¿qué?

— ¿estás enamorada de Thiago? — vuelve a preguntar, debió mi mirada hacia otro lado. — te gusta — afirma esta vez con una sonrisa en su rostro.

— Quiero pedirle que no se lo vaya a decir a nadie... — escucho un chillido de felicidad, no entiendo porque reaccionan así, tan necesario es que me guste alguien.

— ¡No lo puedo creer beca! — dice abrazándome de golpe, la veo confundida.

— No es una situación de celebración, él no tiene que saber nada, porque todo esto es un capricho — admito y sigo en el camino.

— claro que no debe saber, porque tú le dirás, ¿cierto?

— no, no le diré... — niego con mi cabeza, una mueca de confusión refleja en este momento en el rostro de mi acompañante. — es un capricho y él no está enamorado de mí, comprende cierto.

— claro que está enamorado de ti, que no lo ves, no ves cómo te mira, como se preocupa por ti, eso no es suficiente para saber que está loco por ti.

— ¡se acabó esta conversación!, solo quiero pedirle que no diga nada y no el ponga importancia.



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En el texto hay: novela romántica, amistad, novelacontemporanea

Editado: 12.09.2020

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