Red de amor

Capítulo 45

Abro mis ojos con dificultad hasta que por fin logró acostumbrarme a la luz, me arden los ojos y eso es gracias al desvelo, luego de hablar sobre el viaje que tendrá con su familia él me pregunto quienes estarán conmigo para esas fechas, le comenté exactamente quiénes pasara conmigo y quienes no gracias al orgullo, muy en el fondo me gustaría que mi familia se reuniera, nos dimos cuenta del desastre que mi labial había ocasionado y fue muy cómico ya que tanto como él y cómo yo teníamos los labios prácticamente rojos luego de reírnos de eso y de poder limpiarnos, nos quedamos platicando del clima hasta de la política, sin duda alguna demasiados temas de conversación para ambos. Hay infinitas formas de distraernos.

Tardó un tiempo en notar que sus brazos rodean mi cintura sintiendo aún su respiración pesada cerca de mi oreja, eso me da una pista de que aún sigue durmiendo y da la casualidad que también traigo una de sus camisas, no pude quedarme con mi ropa hubiera sido muy incómodo además él no quiso que me quedara así buscando mi comodidad, no quisiera levantarme y seguir sintiendo sus brazos débiles en mi cintura, pero este caso, tengo que irme, necesito hablar con Brett sobre el problema que me persigue y poder poner en marcha nuevamente la reconstrucción. Con toda la delicadeza del mundo trato de zafarme de su agarre, tomó la almohada con la que dormía para cuando salga de allí poner de inmediato colocar el objeto, empiezo suavemente alejarme de su agarre hasta que siento su brazo rodeándome nuevamente a presionándome contra su pecho.

— ¿a dónde vas? — dice con su voz más ronca de lo normal, logró girarme para poder quedar cara a cara con el, el aún mantiene sus ojos cerrados hasta que nota el cambio de mi posición, él me ve con una ceja arqueada esperando una respuesta ante su pregunta.

— Iré aaaa... — comienzo a balbucear, más mentiras en mi lista. Genial. — Hacer el desayuno — digo segura de lo que digo, alza ambas cejas al escucharme decir aquellos, ¿porque le sorprende?, ¿no me cree capaz de cocinarme algo? — ¿porque me ves así? — cuestionó.

— Me impresiona que tengas detalles como esos — se mofa, lo miro ofendida y me atrevo a golpearle levemente el hombro.

— ¡óyeme!, ¡yo siempre trato de tener detalles contigo! — escucho su bella risa resonar en mi oídos.

El problema es el siguiente, ¿cómo saldré de aquí ahora?, tengo que ir al parque a las diez y no puedo asegurar si él me dejara ir. Aunque, en este punto no tengo idea de cuál es la hora y quiero suponer que es aún temprano, busco con mi mirada un reloj que este por lo menos pegado a la pared, pero nada, hasta que lo veo en la mesita que está de su lado, pero no es necesario moverme y ver con claridad la hora, recuerdo que yo misma ando cargando un reloj de mano. Estúpida, odio cuando me ocurre eso. Cuando veo la hora mis ojos se abren un poco al ver la hora eliminando por completo lo que estaba creyendo.

— te siento extraña, ¿qué ocurre? — el de inmediato empieza a sospechar, con suavidad se aleja de mí sentándose en la cama, dejando al descubierto su pecho desnudo. — ¿qué ocurre? — cuestiona nuevamente.

— amor, tengo que salir — eso sale sin titubear y es que eso si es cierto no es ninguna vil mentira, me levanto de la cama y busco mis zapatos y me los colocó, él me mira con cierta intriga y preguntándose seguramente, a donde y con quién.

— ¿a dónde? — trata de averiguar, se me tiene que ocurrir algo, pero ya. — estas tensa, puedo notarlo  y no solo eso, estas nerviosa. — asegura.

— No como crees... — digo fijando mi vista hacia un punto fijo de la habitación. — te veo más tarde. — tomo mis cosas que están tiras en el piso como si algo hubiera ocurrido aquí y salgo lo más rápido antes de que él pueda detenerme pero eso no esquivo el hecho de escuchar su voz llamándome.

Sé que lo estoy lastimando un poco con esta actitud pero si no sacrifico no voy a poder terminar con mi plan, busco las llaves en mi bolsa pero por culpa de la ropa me es imposible hacerlo, la dejo en la alfombra que tapiza el pasillo teniendo la libertad esta vez de encontrar la llave, hasta que ¡bingo!, la encuentro, debo de darme prisa antes de que alguien me vea con esta camisa prácticamente semi desnuda y ese alguien me refiero a la señora Pops, inserto la llave, la puerta se abre de inmediato y tomo mi ropa pero antes de entrar, para mi desgracia escucho a mis espaldas como su puerta se abre, cierro mis ojos levemente con fuerza y los abro al instante.

— ¡Rebeca! — exclama su voz con horror. — ¡Dios mío! — vuelve hablar, me giro para poder verla, su ojos estás más abiertos de lo normal, aprieto mis labios.

— Hola — se me ocurre decir y sonreír como estúpida gracias al nerviosismo.

Su mirada cambia de repente cambiando por la que era de susto y horror por una que alza la ceja con una mirada pícara, entiendo ahora lo que no quería que sucediera, ahora estoy segura piensa que con pocos días de convertirnos en novios, no perdemos el tiempo, ¡Porque me pasan estas cosas!, antes no me ocurría nada de esto.

— ¡no es lo que piensa! — le aseguro con firmeza, nuevamente mi desgracia y mi mala suerte aparecen en cuanto Thiago abre la puerta saliendo sin pudor, ¡Dios mío está solo en calzones!, no me sorprende verlo así, me acabo de entrar a que así duerme, es decir que esa es su pijama , lo sé desde ayer, es obvio que siendo amigos no iba a estar así pero con eso mi argumento de defenderme se desploma por completo, está parado enfrente mío ignorando por completo la presencia de la señora Pops, ¿porque?, porque trae mi saco en su manos.



#1891 en Otros
#500 en Humor
#4942 en Novela romántica
#1352 en Chick lit

En el texto hay: novela romántica, amistad, novelacontemporanea

Editado: 12.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.