Red de mentiras.

Capítulo 1.

No tenía idea que vivir en un internado me iba a poner en esta situación.

Actualmente se está llevando a cabo una investigación por una serie de asesinatos hacía unas chicas del internado y todas las pistas apuntan a alguien de aquí.

Pero ¿por qué esa persona hace lo que hace? No tienen ni idea, apenas van tres muertes, todas son chicas de último año, a punto de irse de esté horrendo lugar.

Suspiro mirando por la ventana de la biblioteca, al ver que dos agentes de la policía están hablando con la rectora del internado antes de irse. Uno de ellos mira hacia mi dirección por instinto.

Es rubio de ojos claros, muy guapo y joven, podría tener unos 24 o 26 años, pero desde que llego no para de mirarme, como sí quisiera adivinar mis movimientos o culparme de algo.

-Aurora -dejó de mirar por la ventana y volteo a ver a Esther, ella es una de mis amigas dentro del internado. Su mamá es una excelente abogada y su papá un juez de criminales.

Esther es alta, delgada y rubia. Muy bonita para ser una estudiante y un poco inteligente para estar aquí.

-Dime -contesto con pocos ánimos.

-Vamos a llegar tarde a la clase de biología -se acerca para tomarme el brazo.

Salimos del lugar, bajamos las escaleras con forma de caracol pegada a la pared y con eso llegamos a nuestro salón. Un lugar bastante grande para 25 personas y un profesor.

El internado Evigheden, es un instituto o internado se valida ambos, para niños super dotados y ricos. Fue fundado en 1900 por un tipo llamado Erik Evigheden, quién fue uno de los hombres más inteligentes de Irlanda, con eso decidió establecer el instituto lejos del bullicio de su pueblo natal, a lado de un enorme lago y un bosque inmenso.

Varios niños prodigio han pisado este lugar, incluyendo a mi padre que es uno de los hombres más importantes del mundo moderno. A decir verdad, gracias a su inteligencia y sabiduría, somos más que unos simples ricos, somos millonarios.

Portar su apellido me hace importante dentro de este lugar, aunque nadie sabe con exactitud sí realmente tengo padre, ya que nunca ha venido y no hay razón para hacerlo venir porque nunca he hecho algo malo.

Suspiro viendo por la ventana del salón, mi vida sería muy aburrida sí no tuviera los privilegios que me otorga mi papá. Sólo hemos sido él y yo contra el mundo, mi "mamá" nos abandonó cuando yo tenía 6 años, así que hemos sobrevivido sin ella y sin nadie los últimos casi 9 años.

-Señorita Velour, necesito que preste más atención a la clase que al árbol que está afuera -me reprende el profesor, volteo a mirarlo sin preocupación.

-Discúlpeme, profesor.

Continúa hablando hasta que la clase concluye, dando inicio a la hora del almuerzo. Esther y yo vamos a la cafetería, todos están reunidos, incluyendo al grupo de los descerebrados, Kaylan estaba junto a ellos y como era de esperarse me tomo de la cintura para luego besar mi cuello. Él era así conmigo, pero a veces no me gustaba esos tipos de cosas, por lo que lo empuje bruscamente. No me soltó y me tomo por la cintura como si fuéramos a bailar.

-Suéltame Kaylan -lo golpeo repetidas veces, pero no accede.

-Mi amor, no te hagas la difícil -dice cuando por fin me baja, lo miro enojada y me acomodo el uniforme-. No me digas que soy un estúpido.

-Eres un estúpido, me arrugaste el uniforme -sonríe como si mi enojo le causara gracia.

-Tan linda mi novia -me pellizca la mejilla y yo le doy un golpe en el brazo, finge dolor y le doy otro golpe.

-Que no somos novios -doy media vuelta y voy en busca de mi comida.

Dice algo más, pero no le presto atención. Esther me alcanza mirándome.

-Kaylan es muy intenso contigo.

-Es un idiota.

-Lo sé.

La comida de hoy es Pasta al Pomodoro, se ve que está rico y no me equivoco cuando llevo el primer bocado a la boca.

-Mi querida Aurora -vuelve Kaylan a molestarme.

-Ahora que quieres -suelto sin dejar de mirarlo.

-Verte comer, mi amor -me acomoda el cabello detrás de la oreja, alejo mi cabeza un poco y eso no parece detenerlo porque aún sigue sonriendo sentándose a mi lado.

-Kaylan -lo llama Esther.

-¿Por primera vez en esta vida podrás dejarnos comer tranquilas? -suspira ya frustrada.

-¿A caso estoy coqueteando contigo lagartija? -voltea a mirarla con odio.

-Sí, porque estás detrás de Aurora y es obvio que ella no quiere nada con un inútil bueno para nada -suelta comiendo su pasta.

Él no dice nada y solo se limita a mirarla con una mirada asesina.

Se puede ver como sonrío y eso le ofende, pero no dice nada, solo continúa viéndome. Al terminar Kaylan me sigue y yo lo empujo.

-Déjame en paz, Kaylan.

Espero a Esther fuera de la cafetería. Ella sale un poco roja, le pregunto y solo responde Kaylan. Rodo los ojos y dejamos el lugar.

-No sé cómo ese chico sigue en este lugar -reclama ella aún roja.

-Recuerda que su padre es un exjugador olímpico y su mamá es doctora -comento-. Es obvio que sus padres no tienen tiempo para lidiar con él y es por eso que está acá.

Era cierto, los padres de Kaylan no tenían tiempo y tampoco eran muy simpáticos como para soportar a un hijo con sus mismos temperamentos. Los he visto un par de veces, su mamá es muy bonita, dueña de un hospital al sur de Bélgica y su padre un ganador de medallas de oro estadounidense. Sí Kaylan tiene problemas de comportamiento, no me imagino como serian sus padres.

Esther, Kaylan, Mellan y yo somos los chicos más viejos del lugar, tenemos mucho tiempo de estar aquí y alguno de nosotros cuatros queremos irnos, pero Esther no puede porque su mamá es la rectora del internado, Kaylan tampoco porque sus padres no quieren tener responsabilidades, Mellan mucho menos porque sus padres murieron y su tutor no le interesa mantenerlo; y yo, bueno lo mío es diferente, mi papá si me quiere con él, pero yo necesito de este internado para subir mis puntos o conseguir una carta de recomendación para Harvard.



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En el texto hay: asesinatos, internado, traiccion

Editado: 15.08.2023

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