Como saber todas las palabras
Hace dos meses.
—— ¿Comida china? ¿Pizza? ¿O prefieres tacos? —Extendí los brazos hacia atrás.
—Sorpréndeme, chico de Londres. —Arqueó su ceja y sonrió pícara.
Allena se metió a los baños mientras yo iba al puesto de comida china a ordenar algo para los dos.
—El tiempo de espera son treinta minutos —me avisó la mujer con acento chino.
—Está bien, gracias.
Me fui a sentar a las mesas del centro de la plaza para esperar a Allena frente a los baños, durante la espera fisgoneé mi celular y vi el mensaje de Dorian preguntando por mi cita con Allena, me reí un poco y respondí que todo iba bien.
De pronto una chica rubia de cabello ondulado se acercó a preguntarme una dirección ya que recién se había mudado, la noté nerviosa y entonces hice una broma para romper el hielo, pero por alguna razón creo que solo la puse más nerviosa porque bajó su mirada, luego noté que sus mejillas estaban ligeramente coloradas y me sonreí avergonzado.
—Sé que no me conoces, pero es que no se nada de aquí.
—Soy Eliam. —Le extendí la mano—. No tengo problema en guiarte por los lugares que dices.
—Muchas gracias, Eliam. —Me sonrió al estrechar mi mano—. Me llamo Melanie.
—Mucho gusto, Melanie.
Cuando se fue la chica seguí esperando a Allena, pero ya había tardado así que me acerqué a los baños a preguntarle a una chica que salía si no había visto a una chica con la descripción de mi cita, pero dijo que no había nadie así adentro.
Le envié un par de mensajes, pero no respondió.
“Orden para Eliam Montgomery”
Fui por la comida y llamé a su celular, me envió directo a buzón y empecé a preocuparme así que contacté a Emily y me dijo que estaba en su casa.
El resto del verano no volví a hablar con ella.
La primer clase fue con el señor Jenks, era la primera vez que daría clase a este grupo y tocó con la materia de filosofía, me preguntaba si sería una clase de señal divina o solo la elección de mi padre para hacerme pensar mejor las cosas respecto a la vida.
— ¿Qué es la vida? ¿Alguien puede decirme?
Todos se mantuvieron callados esperando a que alguien más listo respondiese, pero nadie lo hizo, nada nuevo en un grupo de adolescentes que no se atreven a hablar de sus sentimientos, pero postean fotos atrevidas en redes sociales.
—Señorita… —Vaciló viendo al fondo del aula—. ¿Podría decirme su nombre?
—Allena.
Sentí un nudo en la garganta cuando oí su voz baja y poco emocionada, justo como la recordaba. Incluso pude imaginar su cara cuando la eligieron para responder, me daba gracia como sería.
— ¿Qué es la vida para usted, señorita Allena?
No volteé a verla, pero apostaba a que tendría mala cara y que estaría frunciendo sus labios para pensar una respuesta no sarcástica y tan siquiera coherente.
—Existir como una hoja en el aire y dejar que la brisa te lleve…
— ¿Existir? —Vi la mirada curiosa del señor Jenks—. ¿No es lo mismo que vivir?
Qué criptica, pero también me dio curiosidad.
Miré por encima de mi hombro hacia donde ella y me sorprendió verla tan relajada actuando tan cooperativa con la clase, ella solía evadir las presentaciones para no hablar en público, pero lo estaba haciendo en ese momento y se veía bien con eso.
—Existir es estar quieto robando el oxígeno de alguien más en un algún punto del universo y vivir es… disfrutar cada pequeño momento, haciendo valer la pena robar ese oxigeno —respondió tímida, casi arrepentida diría yo—. Ah, yo… lo siento, no fue eso lo que preguntó.
—No, es perfecto —replicó Jenks impresionado—. Todos tenemos una perspectiva única de como vemos la vida y fue un honor conocer algo de la suya, gracias, Allena.
Jenks sonrió y mostró respeto por su opinión. A mí solo me dejó intrigado y con ganas de saber de donde aprendió a pensar eso, aunque sonaba muy a Allena.
Cuando el almuerzo empezó le envié un mensaje a Melanie para buscarla en su aula, pero dijo que todavía seguía en clase y bajaría en unos minutos así que me quedé charlando con mis amigos.
— ¿Qué fue lo que sucedió entre ustedes? —Susurró Zack junto a mí—. Creí que serían la pareja estrella de la clase, pero no los he visto hablar en todo lo que va de la mañana.
—Nada.
—Deberíamos saludar a las chicas. —Me miró jocoso y me jaló con él hacia ellas—. Hey, Alya, lindo tatuaje…
Me quedé quieto en silencio mirando como ellos hablaban y de reojo veía que Allena guardaba sus cosas en la mochila. Esperaba no ser el único incómodo ahí, pero parecía que sí lo era y honestamente, eso me… molestaba un poco.
—Ustedes dos —dijo en alto Emily—, ¿qué les ocurre? Han actuado raro toda la mañana.
— ¡Al fin alguien lo dijo!
¡Esperaba que nadie lo dijera!
Allena me miró por un milisegundo, ni siquiera un segundo completo, y luego llevó su vista a Emily.
—No ocurre nada —respondió relajada.
—Creí que ustedes… —vaciló Emily—. ¿No pasó algo malo? ¿Están bien? Yo creí que…
De nuevo volteó Allena a mirarme y parecía que quería que la apoyara a responder o seguro ella lo haría por mí al modo Allena Ramsey.
—No pasó nada… exactamente nada —arrastré las palabras viendo a Allena—, solo nos dimos cuenta que queríamos cosas diferentes.
¿Cosas diferentes? Debí haberme vuelto loco, pero acababa decir la excusa del divorcio de mis padres para decir que Allena y yo no teníamos nada.
—Justo eso. —Asintió leve y sonriendo incómoda—. Como personas civilizadas que somos, decidimos no tener nada.
— ¿Decidimos? —Reclamé en voz baja.
Sentí la mano suave de alguien en mi hombro y antes de que yo volteara vi que los ojos de la pelirroja en frente mío se fueron a la persona que puso su mano en mí.
#14342 en Novela romántica
#2454 en Joven Adulto
romance adolescente romance escolar, enemies to lovers, romance adolescente drama
Editado: 02.02.2025