Red: Ella

Capítulo 16.

Completamente sola

Había pasado una semana desde aquello con Eliam e Ian en clase de Connors, y la última de castigo con Eliam, desde entonces ambos implícitamente se declararon la guerra por decirlo así, Ian no lo soportaba y Eliam, aunque se mostraba indiferente ante él en realidad parecía que se irritaba cada que se acercaba o pasaba cerca suyo.

Así mismo el chico de Londres había buscado cualquier pretexto incluso los más absurdos para acercarse a mí, supongo que era verdad cuando dijo ese mismo día en la detención que haría lo que fuera para poder ser mi amigo…y la verdad es que lo estaba logrando.

Estábamos en una hora libre, Connors faltó y es un alivio porque no había terminado su tarea.

— ¡Allena! —Saludó alegre Emily que llegaba tarde.

—Hey —respondí apenas con fuerza—, tuviste suerte. Connors no vino.

—Ese anciano me cae mal —soltó sin tapujo. Me reí ligeramente—, siempre deja tareas cansadas… pero olvídate de eso y mira esto.

Me entregó su celular con unas fotografías en la pantalla, eran de unos pays.

—Ems… —su mirada me decía que dejara de quejarme por su regalo— Se ven ricos.

—Lo sé, hice el tercero el sábado...mi madre cree que quedó muy rico, pero debo mejorar la presentación —confesó apenada.

—Lo conseguirás Ems, eres muy buena.

Me regaló una sonrisa abierta, me recordaba a una niña pequeña feliz de ser halagada por un pastel de arena que hizo con mucho esfuerzo.

—¿Qué ha pasado con Eliam?

—¿Pasar con qué? —Fruncí me frente confundida.

—Me contaron que los vieron juntos muy seguido la semana que pasó… ¿están saliendo?

—Pfff —Solté una carcajada al aire—. Debes bromear, ¿El chico de Londres y yo? ¿Saliendo?

Continué riendo, pero la expresión de Emily no cambió, estaba quieta y me veía fijo, así fue como supe que lo decía en serio.

—Oh lo dices en serio… lamento desilusionarte, él y yo no somos nada —admití bajando la vista mientras jugaba con la esquina de mi libreta sobre el pupitre.

¿Por qué me sentí extraña al decirle que él y yo no tenemos algo? Fue como una pequeña opresión en el pecho, como si quisiera… lo contrario.

—Pero él… no entiendo, siempre te habla y él es tan atento contigo —recargó su rostro sobre su mano alzada en mi pupitre—, creí que habría un avance entre ustedes.

—Emily… —Otra vez sentí esa opresión— Eliam no está interesado en mi y yo tampoco en él.

Esas últimas palabras las dije, pero no creí en ellas, se sintieron vacías y quedaron flotando en el aire, yendo hacia la nada.

—Lindos —esa voz ronca conocida me atrajo a mi realidad—. ¿Quién los hizo?

El celular de Emily seguía encendido sobre mi libreta, mostrando las imágenes de los pays que ella me había enseñado.

—Gracias, yo los hice —respondió orgullosa Ems—. Velos bien y dime cuál presentación se ve más rica y linda, necesito opiniones.

—De acuerdo, pero… ¿puedo preguntar por qué quieres opiniones? —Tomó el celular y fijó su atención a las fotografías— ¿Planeas hacerlos para algo en especial?

—Para el cumpleaños de Allena.

Frunció su labio inferior como si algo le disgustara en las palabras de Emily.

—El segundo…luce cool, creo que las frambuesas combinan con su cabello rojizo —sonrió jocoso.

Su opinión y su sonrisita me tomaron por sorpresa.

—¡Es cierto! No lo había pensado —mencionó asombrada.

La atención de Emily se centró en su celular cuando él se lo devolvió, pero la nuestra se quedó uno sobre el otro. Me aclaré la garganta para cortar esa vista fija, y calmar mis nervios que empezaron a elevarse.

—Oye Eliam —levantó la vista Emily—, conozco a una chica que está interesada en ti… ¿sales con alguien?

¡Emily! ¿Estaba preguntando eso por lo que hablamos hace un momento?

—Que… repentino —aclaró su garganta el rubio.

¿Qué fue eso? Eliam se había puesto nervioso ¿o había creído mal?

—¿Eso es un si? —Insistió Emily.

—Oh…no, no salgo con nadie por el momento.

—¿Y no estás interesado en alguien? —Sonrió pícara— Quizás haya alguna chica por ahí… o algún chico.

—¡Ems! —Susurré regañándola.

Eliam comenzó a reírse. Su risa se oía linda, tanto así que me quedé viéndolo unos segundos.

—Está bien Allena —dijo al terminar de reír.

¿Por qué de pronto me llamó por mi nombre? Él no suele hacerlo... ¿Será por qué está Emily aquí?

—No soy gay Emily —afirmó sonriendo—, pero tampoco hay una chica…

De pronto empecé a sentirme incómoda y fuera de lugar.

—Aunque creo que si hubiera estaría muy interesado en ella —continuó diciendo y llevó sus ojos pardos hacia mi—, demasiado interesado diría yo.

Entreabrí mis labios dejando entrar una suave bocanada de aire porque me había quedado sin aliento, extrañamente Eliam tenía esa facilidad recién obtenida de poder quitarme el aliento sin que se diera cuenta.

—Entonces… ¿Te puedo presentar a la chica? Es linda.

De pronto una sensación de preocupación empezó a cambiar los latidos de mi corazón, se volvieron más intensos, tanto que dolía.

¿Y si Emily tenía razón?

Ya no sabía ni lo que estaba pensando, pero algo me inquietaba, no quería oír la respuesta de Eliam por alguna razón que aún no descubría.

—Si, seguro —respondió el rubio a la ligera.

Y fue ahí cuando la descubrí, dolió oírlo, dolió creer que quizás él se interesaría en alguien, supongo que sin notarlo dejé entrar al chico de Londres más allá de la línea de amistad.




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