Capítulo 21

Nueva manada
Demian
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Angelic se fue corriendo no pude detenerla porque estaba reteniendo a Liz que estaba como una desquiciada gritándole a la Luna. Ver que a mi lado no estaba Liz, sino que la Luna llamo a Angelic y encima de todo nos bendijera delante de mi novia fue la gota que hizo que la cordura de mi pareja se fuera para ser remplazada por la ira. La pelirroja golpea de manera fuerte en mi estómago haciendo que la suelte y tocando mi estómago note como ella se alejaba de mí. Su llanto era desgarrador ya nadie estaba murmurando y Liz cayó al suelo de rodillas golpeando la tierra con furia mientras continuaba gritando insultos contra Angelic. Nadie quería pronunciar palabras a excepción de mi madre que note como mi padre cubrió su boca para no meter más leña al fuego. Y no poco más lejos de ellos note con Bailey batallaba con Alec para que este la dejara hablar y defender a Angelic de los insultos de la pelirroja. Hasta que sus insultos se cortaron de golpe y esos ojos verdes me miraron con mucha tristeza reflejando su alma completamente rota.

– ¿siempre será así? ¿tu jamás me pertenecerás por más que yo me esfuerce? – escuchar a Liz tan rota hizo que mi corazón se encogiera en mi pecho. Sus manos secaron su rostro que estaba manchado de maquillaje negro y su cabello estaba revuelto por tanto que se había movido. – me canse Demian ya no quiero sentirme desplazada por esa maldita cazadora – ella se levando del suelo y comenzó a correr en dirección a la frontera con su manada.

Me aleje de todos sin querer escuchar a nadie, camine en silencio a la casa reflexionando con lo que acababa de pasar. Angelic es mi mate, siempre quise que eso pasara, pero viendo cómo se dieron las cosas hubiera preferido que jamás la Luna revelara que mi mate es mi hermanastra. La Luna me hablaba, pero yo había decidido ignorarla no quería escuchar de nuevo que todo cambiaria y que Liz comprendería. Yo mismo no comprendía todo lo que había pasado no entiendo como la diosa Luna pudo romperle el corazón de esa manera a Liz. Al llegar cerca de la casa note las luces encendidas en la habitación de Angelic, no le preste mucha atención solo entre en la casa entrando desganado en la puerta de la cocina y caminando desganado subí las escaleras.

– ¿porque lo hiciste? – escuche al pasar cerca de la puerta de la habitación de Angelic, a pesar de sus lágrimas escuche claramente sus siguientes palabras. – dime... dime, si yo amo a Carter ¿porque me uniste a Demian? – contuve mi rabia y mi lobo interno no dejaba de gruñir, no estaba enojado con Angelic sé que para ella es tan difícil como para mí o quizá es peor ella se quería casar con ricitos de oro. Levante mi puño cerrado para tocar su puerta, pero los sollozos detrás de esa puerta me detuvieron, me dolía tanto que ella estuviera sufriendo. Mi lobo interno quería correr hacia Angelic y secar sus lágrimas para dejar besos por todo su rostro demostrándole que siempre estaré aquí para ella. Dejando de lado todo razonamiento lógico tomo el pomo de la puerta girándola para abrirlo.

– Marcus no quiero nada puedes irte – escuche su vos quebrada mientras sorbía por la nariz. Aun así, no le respondí y terminé de abrir la puerta dando un paso hacia adentro con la cabeza agachada. Su llanto seso eleve mi mirada para ver esos ojos azules que tanto me gustan pero que ahora eran dos pozos de tristeza.

– ¿Angelic quería saber cómo estás? – pregunte rascando mi nuca sin apartar mi mirada de esos ojos azules. Ella seco sus lágrimas poniéndose en pie con ese hermoso vestido con el que la había visto en la ceremonia. Comenzó a caminar haciendo resonar sus pasos por la habitación, lagrimas continuaron cayendo por sus mejillas, pero una sonrisa triste se dibujó en su rostro.

– me siento perdida en una inmensa oscuridad... tu resultaste ser mi mate y mi boda con Carter no resultará porque siempre ella nos unirá de una forma o de otra – señalo la ventana mientras mordía cada palabra que salía de sus labios. Cada palabra que salía de su boca fue como una puñalada certera para mi corazón, no hace mucho tiempo ella misma me había dicho que estaría conmigo si no fuera por su boda con Carter. Mas lagrimas llenaron su vista, tomando sus mejillas acaricie de forma suave su rostro no quería verla tan mal, pero al igual que ella mis sentimientos se encontraban revueltos. Sin esperarlo ella me tomo de las mejillas plantando sus labios sobre los míos. Un segundo me tomo en reaccionar y corresponder a su beso permitiendo que nuestras lenguas atacaran la boca del otro profundizando el beso. De forma lenta nos separamos escuchando nuestras respiraciones aceleradas y mi lobo interno pedía más de ella, ya había encontrado a mi mate y no quería dejarla ir. Sus manos en mis hombros me empujaron hacia afuera sacándome de su habitación y luego de eso me cerró la puerta en la cara.

Quería tirar esa puerta de una patada y tomarla de la nuca para besarnos hasta que el aire nos impida seguir haciéndolo. Volver a sentir el perfume de su piel con mi piel, explorar su cuerpo de forma delicada siempre besando cada centímetro de su ser. Escuchar su voz jadeante y su risa mientras descansa su cabeza en mi pecho mientras le hago cosquillas sobre la desnuda piel de su espalda. Necesitaba sentirla conmigo para saber que todo esto es real y no un sueño, que la Luna en verdad revelo que mi pequeña es mi mate. Apoye mi mano en su puerta esperando que ella siguiera del otro lado y aun con el corazón confundido me deje llevar por la Luna.