Red Hood

Capítulo 22

Una enemiga 
Angelic

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Acaricié la cabeza de Duque que me vía con ojos tristes, sorbí por la nariz secando las nuevas lagrimas que me caían por las mejillas. Carter no había dejado de llamarme, pero yo no quise contestar escuchar su voz en los audios de Whats App tampoco me animo demasiado. En estos momentos me siento profundamente perdida por que mis sentimientos por Demian volvieron a surgir con la Luna y el lazo que nos unía hacia que mis sentimientos hacia él se vuelvan más cerca. Mi cabeza daba mil y una vueltas porque yo amo a Carter es imposible no hacerlo si hemos estado juntos cinco años y estamos a nada de casarnos.

– Angelic cariño – suaves golpes en la puerta de mi habitación hicieron que me sobresaltara. Secando mis lágrimas rápido me acosté en la cama junto a Duque sin responder al llamado de mi madre. No quería hablar con nadie ni tampoco que me pasaran llamadas de Carter, lo estuve ignorando todo el día.

La puerta se abrió mientras los pasos resonaban por mi habitación hasta que el borde de la cama descendió ante el peso de una persona. Acaricio mi pierna mientras yo cubría mi boca con mi mano para no sollozar.

– hija necesitas hablar sacar esos sentimientos que te están matando por dentro – mi madre continúo acariciando mi pierna esperando con paciencia a que yo respondiera o que simplemente me lance a llorar encima de ella. Suspiré y me senté en la cama con las piernas cruzadas jugando con mis dedos Duque apoyo su cabeza sobre mis manos.

– no sé qué hacer mamá me siento muy confundida se supe que en seis meses me case y ahora resulta que ese matrimonio no funcionara jamás solo lastimare a Carter... – mire a mi madre con los ojos totalmente nublados por las lágrimas – anoche bese a Demian y se siente diferente sentir su corazón cerca de mi corazón es como tocar la paz con la palma de mis manos. Creo que jamás deje de estar enamorada de Demian y la Luna lo sabe todos lo sabían menos yo – un par de lágrimas rodaron por mis mejillas y mi progenitora las seco con sus dedos para luego abrasarme.

– mi niña hay algo que jamás te conté y ahora veo que necesitas saberlo – nos separamos y ella tomo mis manos entre las suyas – mi matrimonio con tu papá Steven fue sin amor verdadero hija la Luna jamás nos bendijo nunca me sentí plena estando a su lado. Lo único bueno que salió de ese matrimonio fuiste tú cariño aun así huy lejos de tu padre de mi familia y todo lo que suponía un peligro para ti – acaricio mis mejillas con mucho cuidado y suavidad mientras su mirada se empañaba – cuando conocí a John el mundo entero cambio para mí y durante el festival de la Luna roja fuimos bendecidos al besar a John sentí que nuestros corazones no podrían separarse. – una lagrima cayo por su mejilla, esto me resulto muy raro y me acomode en la cama apoyando mi cabeza en su regazo. Cuando era niña y estaba asustada mi mamá se sentaba en mi cama y me dejaba apoyar mi cabeza en su regazo mientras ella acariciaba mis cabellos cantando canciones para que me duerma. – tu sabrás que hacer llegado el momento – cerré mis ojos ante las suaves caricias de mi mamá, hasta que en su regazo me dormí.

🏹🏹🏹

Mirando por la ventana veía al bosque con la esperanza de que el me de las fuerzas para enfrentar lo que viene. Duque permanecía a mi lado en todo momento siguiéndome hasta cuando iba al baño. Rasgaba la puerta cuando lo dejaba afuera y me esperaba hasta que saliera para seguir acompañándome.En el trabajo había pedido dos días por enfermedad, aunque trabajo desde casa no podía concentrarme en otra cosa que no sea en lo que debo decirle a Carter. 

– ¿Angi quieres hablar? – a mis espaldas escuche el susurro de Bailey, desde la mañana habían intentado que saliera de la habitación, pero yo me negaba. No me inmute ante su pregunta ni hable, pero negué con la cabeza viendo que en el patio comenzaba a haber mucho movimiento – los chicos van a jugar a un partido de fútbol en el patio del fondo y querían saber también ¿si quieres jugar? – mire por encima de mi hombro viendo la camiseta blanca que tenía Bailey puesta y un short deportivo de color negro. Las medias blancas hasta las rodillas y zapatos con tacos de fútbol, una sonrisa surco mis labios recordando mi época como jugadora.

– gracias, pero no tengo ánimos Bai-Bai – gire viendo como la sonrisa de mi amiga decaía y se cruza de brazos suspirando.

– enserio no quería hacer esto, pero no me dejar otra opción – la mire sin comprender y ella de los bolsillos de su short saco un silbato el cual hizo sonar. – agárrenla ahora – mi puerta se abrió dejándome ver a tres chicos que conocía muy bien. Se movieron tan rápido que no me dieron tiempo de atacarlos para que no me atrapara, cosa que Benjamín me está cargando en su hombro mientras que Marcus ata mis manos para que no pellizque la espalda de Ben.

– me las pagaran – siseo con los dientes apretados mientras ellos se ríen caminando escaleras abajo. Pasamos la cocina donde no había nadie continuaron su camino mientras yo los insultaba de mil y una formas. Cuando el silbato volvió a sonar Ben me arrojo en el suelo dejándome ver el cielo celeste con sus pocas nubes blancas. Me siento viendo a mis padres sentados en la terraza de la cocina tomando té y comiendo galletas mientras un grupo de locos corren a mi alrededor con un balón.




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