Sube monstruo
Brooklyn
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Seguía en silencio a la pelirroja mientras ambas corríamos por el bosque hasta el punto donde dijo que debían estar las dagas enterradas en la corteza de un árbol. Tenía mis dudas, pero viendo la actitud poco hostil de Liz algo dentro de mi hizo que confiara en ella y las alarmas de mi sistema se apagaron. Quería ayudar a Angelic yo realmente la quiero no importa si está o no con mi hermano ella seguirá siendo mi hermana mayor por siempre. Mis padres a pesar de mis protestas y lloriqueos no me llevaron con ellos porque sería peligroso. Pero agradecía que no me hayan dejado a cargo de una niñera molesta que ni siquiera me presta atención.
– es aquí, en ese árbol están las dagas – con su mirada Liz me guio hasta donde estaban enterradas dos dagas, pero eran demasiado altas para que logre alcanzarlas.
– está muy alto, no llego – me queje acercándome al árbol que tampoco tenía ramas bajas para que pudiera escalarlo o al menos subir un poco para tomar las armas. A mis espaldas escuche las pisadas de la pelirroja acercarse y antes de que pueda preguntar algo ella me responde.
– súbete a mis hombros – deje de mirar hacia arriba para verla a ella, de seguro estaba bromeando conmigo. – sube monstruo no tenemos mucho tiempo – haciendo caso omiso de su insulto me subí sobre sus hombros usando el árbol para no caerme. Liz comenzó a levantarse conmigo en sus hombros y gracias a eso pude sacar las dagas que se encontraban muy bien enterradas en la corteza. Con algo de fuerza sobre humana logre sacar las dos dagas que con mucho cuidado de no tocar a Liz las tire a un costado. Esta bajo de forma lenta y me baje de sus hombros para tomar las dagas y verla para saber a dónde debíamos correr ahora.
Liz se transformó en loba aullándole a la luna durante un corto tiempo, con su enorme cabeza me indicó que me subiera a su lomo. Ella se agacho y yo con algo de miedo y sumo cuidado de no tocarla con las dagas me monte en ella. Aferrándome a su pelaje la carrera comenzó siendo un viaje agitado y con el viento frio chocando contra mi cara. En los costados pude ver a lobos normales corriendo alado de nosotras mientras aullaban todos juntos a la luna. Supongo que es normal que los lobos acompañen a los licántropos son casi como su familia ¿no?
Luego de al menos cinco minutos de carrera siendo acompañadas por los lobos ellos frenan de golpe dejándonos solas mientras Liz no se detiene. Mire hacia atrás viendo como aquellos animales se alejaban corriendo hacia el lado contrario.
¿Eso debería ser una señal o es que entramos en territorio de otra manada?
La loba se detiene frente a un lugar donde corre un rio y tiene un pequeño acantilado con rocas. Liz vuelve a su estado humano acercándose peligrosamente hacia ese acantilado, veía como olfateaba algo mientras que con la mirada buscaba. Aferrando las dagas a mi pecho vi aparecer una mano aferrándose a las rocas y luego salió otra aferrándose a las rocas. Quise gritar, pero mi voz quedo atorada en mi garganta al ver emerger la cabeza de Angelic toda mojada por aquel acantilado. La pelirroja fue en su ayuda dándole una mano para que terminara de subir dejando ver un vestido rojo empapado y todo su cuerpo temblaba.
Felicidad me invadió al ver a Angelic bien y viva tenia algunos rasguños, pero supongo que es por la caída o por escalar. Corriendo hacia ella la abrace sin usar mucha fuerza y teniendo cuidado por las dagas. Ella correspondió mi abrazo con mucha fuerza y besando repetidas veces mi cabeza. Separándonos le entregue lo que le pertenece y ella acariciando mi mejilla con amor me sonrió.
– gracias a las dos, pero ahora deben irse – sus ojos azules viajaron de mi a la loba mientras ella se alejaba indicándonos que debíamos huir. Pero yo no quería huir, quiero ayudarla.
– vamos debo ponerte a salvo sino Angelic me matara – el brazo de Liz sobre mi hombro me enojo como ella podía dejar irse tan tranquila a Angelic.
– ¿eres tonta? ¿Cómo puedes dejar que se valla, así como así? – aparte su mano de mi hombro mirándola con enojo los adultos me hacían enfadar y mucho por cosas como estas. Si crecer es comenzar a tener ideas tontas no quiero hacerlo, prefiero seguir siendo así de pequeña y que los adultos piensen que no me doy cuenta de las cosas.
– escucha pequeña fiera te llevare a casa y vendré a ayudar a Angelic esta manada no te conoce y a la primera que te vean tu cabeza será lo primero que vuele por los aires – sus palabras fueron duras pero acertadas yo no sabía nada acerca de quienes tenían a Angelic o si quiera fue solo Haider y Liz quienes la secuestraron. Desde que nací mis padres me enseñaron a temerle a los lobos puesto que son nuestros enemigos naturales. Pero habían excepciones como las de ahora.
Subiéndome al lobo de la loba esta comenzó a correr de nuevo hacia mi casa, pero esta vez tomando un atajo. Algo que no debió hacer puesto que desde lejos pudimos ver ambas como muchas personas venían avanzando hacia nosotras con antorchas. La loba giro tomando otro rumbo rodeando desde lejos a los lobos y hasta incluso valius llegue a percibir. Liz aumento la velocidad llegando antes de lo previsto a mi casa y frenando algo de golpe se agacho para dejar bajarme. Camine dos pasos antes de darme vuelta y correr de nuevo hacia ella hundiendo mis manos en su suave pelaje conformando lo que sería un abrazo.
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Editado: 23.08.2019