Los aullidos a mi luna
Liz
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– no, no, no, no Cold – grite cayendo al suelo apretando su herida para que no se desangrara tan rápido, las lágrimas no tardaron en llenar mis ojos. Bajaron como cataratas por mis mejillas estrujando cada parte de mi pecho. – estarás bien lo prometo – acariciando su cabello lo veía a los ojos y su mirada demostraba mucho miedo. – estarás bien… ayuda por favor – grite con todas mis fuerzas viendo que Angelic estaba en la misma situación. Algunos lobos cargaron a Cold siendo seguidas por mi viendo como uno de los lobos de mi antigua manada se transformaba en lobo para llevar a Cold mas rápido decidí subir en su lomo para evitar que Cold cayera. Demian cargaba en su lomo a Angelic siendo seguidos por toda la manada, tiempo es lo que no nos sobraba en estos momentos.
Abrazaba al castaño, mientras mantenía apretada su herida con un trozo de ropa que alguien me había dado. Besaba su frente mientras mis lágrimas mojaban su hermoso rostro, con la poca fuerza que tenía el intento decirme algo.
Te amo
– yo también te amo Cold por favor no me dejes – implore susurrando en su oído al tiempo que oía mi corazón querer salirse de mi pecho. Sé que hice cosas muy malas en contra de Angelic, pero yo soy la que se merece el castigo no Cold.
Deteniéndonos cerca del hospital bajo rápido del lomo del lobo y otros hombres cargan a Cold con sumo cuidado para correr con el hacia el hospital. Entramos pidiendo a gritos dos camillas y de inmediato son llevados al quirófano dejándonos a todos en la sala de espera sin ninguna noticia.
Deslizándome en la blanca pared me derrumbe llorando mientras sentía el olor de su sangre por toda mi ropa y rostro. Escuchaba el llanto de muchas personas que habían venido por Angelic quien también había resultado baleada por mi tío. Lo que no entendía es por qué Cold se interpuso ese tiro era para mí yo debería estar en ese quirófano y no el. Yo soy la que merece morir y no alguien tan bueno como Cold. El me enseñó a ser buena, a quererme como soy a no cambiar porque a alguien no le guste, me enseñó a ser yo misma y todavía tiene muchas cosas que enseñarme. Ocultando mi cabeza entre mis rodillas comencé a llorar sintiendo que mi mundo nuevamente es destruido para que caiga en un agujero negro que absorbe toda mi vitalidad.
– Lizzy estoy aquí – unas manos tomaron las mías deshaciendo el abrazo que tenía sobre mis piernas. Viendo borroso por las lágrimas encontré a Lara viéndome con preocupación, su enorme vientre no le permitía agacharse demasiado, pero ella siendo terca lo hacía como podía. Apoyando mis manos en el suelo me levanté manchando algo de la pared con la sangre de Cold y comencé a llorar de nuevo cubriendo mi boca. Mi gemela me abraza ahuyentando mis miedos y refugiándome en su amor me permito llorar.
Otros brazos nos rodearon a ambas y permanecimos así unidos los cuatro Parker, todos intentando contenerme en un momento tan difícil. Estuve llorando en el hombro de mi gemela hasta que ya no tuve más lagrimas que derramar y permanecí hecha un ovillo en el incómodo asiento del hospital. La sala de espera estaba repleta de gente cubierta de sangre agradecía que hayamos venido al hospital que fundo el Valiu sino sería difícil estar todos aquí cubiertos de sangre. Estuvimos toda la noche esperando que noticia por ambos, pero las enfermeras salían a desechar batas y guantes cubiertos de sangre sin darnos ninguna información.
Me negué a moverme de mi sitio en toda la noche tampoco pude dormir y cuando no aguantaba más me ponía a llorar. Mucho, mucho miedo es lo que me estaba invadiendo sentir que estaba a punto de perder a alguien importante una segunda vez duele. Cerca de la madrugada salió el primer doctor con los cabellos algo alborotados y la frente sudorosa cubierto por sangre que se olía a Angelic. El señor Franttini se veía cansado, pero le dio el parte médico a la familia, no pude escuchar porque estaba inmersa en la preocupación por Cold.
La mamá de Cold se sentó a mi lado y estuvimos abrazadas un largo tiempo intentando darnos fuerzas mutuamente. Esperanzas por más mínima que fuera intentábamos mantenerla, hasta que el doctor salió.
– familia de Cold Rexha – de inmediato ambas nos ponemos de pie y vamos hacia el doctor que quitándose el tapa bocas nos mira sin ninguna expresión.
– dígame doctor que mi hijo está bien – escuche el ruego de la señora Rexha sonando casi como una súplica desesperada. El doctor la mira para luego verme a mí y soltando el aire que contenía comenzó a explicar.
– su herida fue muy grave, pero logramos sacarle la bala ahora está en la unidad de cuidados intensivos lo único que nos resta ahora es esperar a ver como evoluciona – sin pensarlo dos veces abrazo al doctor para luego abrazar a la mamá de Cold las esperanzas estaban creciendo. Solo le rogaba a la luna que nada malo le pase ahora porque aún seguimos en un punto crítico, pero no era tan malo si Cold estuviera aquí me escribiría que no pierda la fe.
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Editado: 23.08.2019