Ya basta
Angelic
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Salí de la mansión de Marcus con el enojo hasta el tope muchas veces había escapado de casa y nunca había sido regañada por Steven, pero ahora que soy una adulta viene a enterarse. Cuando llegue a casa vamos a tener una seria charla de padre e hija donde no puede llamar a mi madre para asustarla siempre volvía a casa sana y salva. Un poco borracha, pero nada fuera de lo común para una chica joven.
– espera ahí irresponsable – escuche el grito de Demian detrás de mí, no frene el paso continué caminando por la calle fría intentando calmarme. – Angelic espera – frene girando para ver a Demian corriendo detrás de mí al igual que Bailey, Alec y Carter. Ver esa escena me trajo recuerdos de cuando vivía en el pueblo era una joven adolescente de dieciséis años la cual estaba atormentada por los lobos. Algo en mi tembló quebrando cada fibra de enojo en mi ser para dar paso a la inseguridad que venía aguardando en mi durante estos cinco años. – ¿porque escapaste? – Demian freno estando a un metro de distancia de mí. Note como las lágrimas se acumulaban en mis ojos y soltando el aire que contenía en mis pulmones. Una lágrima descendió por mi mejilla siendo cubierta por la mala iluminación de la calle, el eco lejano de la música de la mansión era lo único que no permitía el silencio.
– escape por que estando en las fiestas siento que soy una Black y no una Miller detesto tener que ser perfecta Demian. No fui criada así mi familia son tú y mis padres los extraño tanto. Pero estando en casa no me siento cómoda ya no sé qué hacer con mi vida al sentir la presión de Steven que quiere que herede su empresa cuando yo estoy recién graduada de periodismo quiere que sea la nueva líder del grupo de cazadores. – comencé a llorar abrazando mis brazos de una forma protectora. Un cuerpo impacto contra el mío, Bailey apretó su agarre y froto mi espalda. Luego se unió Carter seguido de Alec y por ultimo Demian. Estuvimos así por unos minutos lo cual no fue nada incomodo, pero los focos de un auto nos iluminaron y nos separamos los focos se apagaron y del auto descendieron dos personas. Una figura masculina del piloto y una figura femenina del asiento del copiloto.
– Angelic – la figura femenina grito y la reconocí como mi mamá. Ella se acercó corriendo hacia mi abrazándome y cubriendo mi rostro de besos. La otra figura se unió al abrazo y al instante me di cuenta que era mi papá. – ¿Dónde estabas? – mi madre se separó de mi tomándome fuerte de los brazos. Juro que si no fuera por mi padre mi madre me habría abofeteado la cara y eso me enojo un poco tengo veintidós años no quince. Ya no soy una niña a la cual deben cuidar, soy legalmente adulta hasta para beber.
– mamá tengo veintidós años puedo salir de fiesta no es la primera vez que me escapo de casa de Steven. Sabes lo aburrido que es vivir siendo una joven refinada y no poder escuchar la música que me gusta al volumen que se me antoje – me cruce de brazos rodando los ojos la situación de vivir junto a Steven la estaba tolerando solo por Winter.
– es por esa razón que abandone a tu padre cuando tenía dos meses de embarazo hija – la mandíbula se me callo jamás me habían hablado de lo que paso entre mis padres biológicos su pasado para mí es un misterio más grande que el código Da Vinci. De parte de mamá sabía que papá estaba loco por querer internarme en la academia desde bebe y por parte de papá que mamá había huido dejando la sentencia de divorcio sobre el escritorio de mi padre. Como verán mis padres se odian, pero ambos tienen algo en común y eso es una joven fiestera de veintidós años sin modales.
– ahora entiendes por qué me escapé para ir de fiesta – mis piernas me fallaron y caí de rodillas al suelo como una torpe borracha. Carter se acercó a ayudarme porque no podía ponerme en pie el alcohol estaba surtiendo efecto en mi sistema.
– borracha – me grito Bailey a mis espaldas causando una débil risa en mi novio y mi padre que intentaba parecer serio.
– solo llévenme a casa yo tratare con mi padre donde tendremos una charla acerca de los llamados a horas indebidas de la noche cuando su primogénita tiene ya veintidós años – quería irme de una vez porque estaba segura que dentro de pocos minutos comenzaría a ver a Winnie Pooh y Christopher Robin por la calle.
Mis padres me montaron en su auto y Carter como buen novio me saco el teléfono al ver que intentaba escribirle a Steven. Al principio me moleste, pero cuando leyó el mensaje en voz alta mis padres prácticamente le aplaudieron por haberme quitado el aparato. En el mensaje le dediqué unas dulces palabras a mi progenitor.
Querido papá sé que me amas, pero donde vuelvas a llamar a mi mamá para recriminarle porque me escapé no volveré a pisar tu mansión en la vida.
Pd: odio ser una Red Hood, y no me gusta dirigir a un séquito de cazadoras papá no es para mí eso.
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Editado: 23.08.2019