Red S.O.S

CAPÍTULO 1

-Venga, que estúpido eres ¡deja de tenerle miedo a todo! -le gritaba una chica pálida desde el primer piso a su amigo que estaba escalando la pared de la escuela con una correa amarrada a su cinturón.

-¡¡Cáliz!! Recuérdame ¿por qué te ayudo a hacer esto? -el chico trató de no pensar en las alturas ni en que los descubrirían, pues sabía muy bien que a estas horas de la noche debían de estar en casa. Descansando.

-Necesito encontrar ésa Placa Madre.  Además, ¿sabes lo que haríamos con tanta información en nuestras manos?

-Mmm ¿meternos en problemas?

-Más que es... ¿¡Qué!? Noo mi querido Hec ¡conquistaríamos la Deep Web!

-Somos menores de edad, idiota.

-No seas tonto ¡allí no tenemos identidad!. ¡Sólo libertad! -gritaba desquiciadamente alzando la voz.

-Shh vale ya entendí ¡ya cállate o nos descubrirán las cámaras! -susurraba el chico abriendo la ventana del segundo piso -Espérame en la entrada del gimnasio -y desapareció en cuanto entró al despacho del director.

 

Cáliz estaba despreocupada, sabía que todo el plan estaba bajo control así que, salió disparada en dirección a la puerta del gimnasio. Después de tanto planear, lograron infiltrarse al establecimiento exitosamente, la placa madre que poseía información sumamente ilegal era propiedad del director; pero claro que Cáliz y Héctor no sabían nada al respecto salvo que contiene información que vale oro, y es por eso que les importa.

 

El césped que crujía debajo de los pies de Cáliz estaba húmedo por el frío de la noche, mientras que su abrigo de lana tapaba su rostro casi por completo. Tenía en sus manos un móvil adulterado, que le ayudaría a deshacerse de todas las cámaras, colocando en ellas capturas de pantalla de los pasillos. Su teléfono marcaba las 12 de la noche, la hora puntual en la que debían de estar las puertas del gimnasio abiertas, pero no se abrieron.

 

Así que Cáliz esperó en la oscuridad...

Mamá y papá se pondrían furiosos si supieran lo que estoy haciendo -pensó -haré ésto lo más rápido posible y me largaré a casa de Héc -concluyó.

 

Cáliz debía estar en casa de Héctor en una supuesta "pijamada" pero vamos, esto es mil veces mejor que estar tumbados en una cama viendo vídeos de Dross.

 

Sumida en sus propios pensamientos, Cál sintió pisadas repentinas muy indiscretas acompañada de voces roncas y masculinas hablando del otro lado de la escuela. Cálizo se puso en movimiento ferozmente y buscó un buen escondite antes de que pudiesen verla, los arbustos de claveles que se ubicaban a un lado de las puertas, eran perfectos.

El sujeto (aparentemente un hombre de avanzada edad) avanzó mientras hablaba con una silueta también masculina más pequeña junto a él, su acento inglés era claramente notable.

 

-Faltan únicamente tres minutos para que la Red salga a la luz, después todo será pan comido -le indicó.

-No lo logro entender, ¿por qué se llama S.O.S? aún no sabemos con qué nos encontraremos -respondió inocentemente el muchacho, descolgándose un bolso de los hombros.

-Exactamente hijo, nadie sabe con qué nos toparemos, pero muchos cuentan que la recompensa es tal, que la gente muere ingresando el primer día, arrepintiéndose de haber entrado. Sólo tienes que ser el primero en ganar, y el único en sobrevivir -le colocó la mano en el bolso -Ahora hijo, abre ésa puerta y cumple con tu entrenamiento, te estaré vigilando desde mi ascensor pero primero activaré la energía de las plantas. -dijo finalmente y ambos se sumergieron dentro de la oscura institución.

 

Cáliz tenía el corazón en la boca, sudaba excesivamente mientras marcaba el número de su mejor amigo.

-¿Qué te pasa? ¿Acaso no ves que estoy buscando el interruptor para activar ésta cosa prehistórica? -contestó él.

-Aa alguien aca ba de entrar. -tragó saliva con fuerza -¡debes retirarte lo más pronto posible!

-¡Shh! baja la voz, cálmate y dime que pasa. -dictó con preocupación.

-E es un hombre, creo que es el director con su hijo,  ambos vinieron y hablaron sobre una Red, una llamada S.O.S y usarán la computadora, de seguro la del despacho ¡sal de allí cuanto antes! -dijo limpiándose el sudor con el dorso de la mano.

-No creo, en éste sitio hay más de 189 equipos actualizados ¿por qué usarían éste cacharro de los años 90 que ni siquiera enciende sin electricidad? además, el director siempre se lleva su laptop a donde sea que fuese, no está aquí.

-¡Sal de ahí! -chilló la chica en el micrófono del móvil.

-Oh rayos, oí algo. Debo esconderme -colgó.



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En el texto hay: juvenil, homicidios, leyendas

Editado: 28.08.2018

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