Red S.O.S

CAPÍTULO 5

Con mucho cuidado de no hacer ruido subió velozmente las escaleras, aferrándose a la idea de que Cáliz se encontraba perfectamente en el cuarto del conserje, y que todo esto era sólo una broma del director por haberse metido en el pabellón sin su permiso.

 

Corrió por el pasillo del segundo piso hasta el final, en el suelo frente al portal, habían químicos regados, un fuerte olor a azufre, cloro, gasolina, entre otras cosas lo mareó. Pero él continuó con precaución y antes de tomar el pomo de la puerta, le llegó otro mensaje.

 

-A la deriva la puerta no debes abrir, envía un mensaje antes deinterferir.

Team #1 El Evangelio.

 

-Odio estos acertijos sin gracia- pensó Héctor escribiendo al móvil de Cáliz.

 

¿Qué debo hacer para entrar?

-Hec

¿Quieres entrar?

-Trascendental Meditation #3

 

Sin morir sería mejor, gracias *pone los ojos en blanco.

-Hec

 

Que inteligente, para poder entrar necesitas abrir la puerta.

-Trascendental Meditation #3

 

No creo que perdieran su tiempo secuestrando a una adolescente despistada sólo para decirme "abre la puerta estúpido"

-Hec

 

La mucha astucia puede ser tu perdición. Ahora tu decides el destino de tu amiga.

-Trascendental Meditation #3

 

Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta. Cáliz estaba delirando, no estaba del todo consciente y encima, se encontraba atada a una silla.

Héctor sintió pisadas en las escaleras y se asustó, con unas tijeras del conserje aflojó los nudos de la silla y tomó rápidamente a Cáliz en sus brazos, junto con su móvil adulterado que mostraba otro mensaje:

 

5...,4..., 3..., 2..., 1. El tiempo acabó.

-Trascendental Meditation #3

 

Un hombre enmascarado apareció frente a las escaleras con unas cuerdas y cerillas, su aspecto era como el de un ladrón vestido de verde oscuro, y se acercaba con rapidez al salón del conserje.

 

-La muerte no es mala -comenzó a decir -sólo es la ausencia de la vida -desenredó las sogas y Héctor lo miraba aterrado, sin ninguna escapatoria. Las cuatro paredes de ésa habitación parecían encogerse más a medida de que aquel hombre de mascara mórbida se acercaba para arrebatarles la vida, lo único que le quedaba era luchar o morir.

-¿Qué es todo esto? ¿Por qué vas a matarnos? ¿Perteneces al viernes 13 o qué?

El sujeto se echó a reír bruscamente, su risa retumbó en todo el colegio. Héctor no perdió tiempo y dejó su miedo a un lado, ahora solo eran él y su instinto de defensa propia.

 

Una fuerte patada en la entrepierna del sujeto fue suficiente como para entretenerlo diez segundos en el suelo, la sangre le retumbaba en los oídos y Cáliz en sus brazos le hacían ir más lento, pero logró bajar las escaleras, sintiendo al hombre enmascarado pisándole los talones.

 

-¡Te voy a quitar los dedos del pie, uno por uno y luego voy acortarte cada nervio del cuerpo hasta que te canses de pedir piedad!

 

-¡Si es que me alcanzas, infeliz! -contestó éste, con el corazón en la boca.

 

Finalmente bajó las escaleras y corrió hasta la salida, pero ésta estaba cerrada y con personas mirando a través de cada ventana, las personas eran siniestras y gritaban atrocidades. Héctor cada vez perdía las esperanzas al ver que no había salida alguna de aquel espantoso lugar antes llamado "escuela", el hombre enmascarado había cesado de perseguirlos corriendo, así que bajaba las escaleras con mayor tranquilidad ya que parecía ser un hombre de muy avanzada edad.

Héctor corrió hasta la zona más oscura del colegio, el gimnasio. Y su móvil empezó a vibrar, era una llamada, un número desconocido.

 

-¿Hola? -dijo éste asustado

-¡Héctor gracias a Dios que sigues vivo! ¿en dónde estás?

-¿Quién habla? ¿Qué quieres?

-Soy Abdías, el pastor Abdías, Héctor, debes salir de allí con tu amiga rápidamente antes de que te... -Héctor lo interrumpió

-De que me ¿maten? ¿descuarticen en pedacitos? ¿me prendan fuego o me quiten los dedos del pie estando consciente? ¡Claro que debo salir de aquí lo más pronto posible! Pero adivina que... NO HAY SALIDA

-¡Si la hay, hijo! Debes ir al gimnasio.

-Estoy aquí

-Bien, allí hay un sótano al cual debes ir.

-¿¡Sótano!? Todo aquí es plano ecepto...

-Ecepto la enorme canasta en donde guardan los balones en el baño del profesor, si allí. Hay un dispositivo que te pedirá una clave, coloca nuestra clave y una puerta se abrirá, ven rápido Héctor, te estoy esperando para largarnos de éste infierno. -y colgó.



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En el texto hay: juvenil, homicidios, leyendas

Editado: 28.08.2018

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