Redención

Capítulo 7

Nos adentramos al club y lejos de estar tranquilo estaba lleno de ruido, música, gente bailando, tomando, fumando y de más, era lo de esperarse más siendo fin de semana.

Un día así hace un año atrás fue donde todo comenzó, en donde aprendí a querer de verdad, a saber como se siente el amor pero a la vez como se sufre por él.

—Vamos a la barra. —Holden se llevo casi arrastrando a Ray, mientras que Daven y yo caminamos a empujones detrás de ellos sin decir alguna palabra.

Debo admitir que aun rondaba la duda en mi cabeza sobre si decidí lo correcto en no meterme en todo este asunto del profesor Greese, la chica sopa y Daven. Hasta ahora mi teoría era que Daven se metió con la chica sopa que tiene algo con Greese, pero lo que seguía sin encajar era que no había sido el profesor quien golpeo a Daven sino otro chico, otro que tampoco conocía —creo que necesitaba hacer más amigos —y bueno lo más ilógico de todo, ¿porqué un profesor estaría contento de que golpearan a un alumno? ¿Tal vez se metió con él también?

Si, así era como yo dejaba pasar las cosas.

Muy mal Zoey.

Algo no se sentía bien, yo me sentía culpable aunque no hubiera participado en nada pero el saberlo me hacía cómplice ¿cierto?

—¿Podrías ya dejar de hacer muecas? —La voz de Daven me hizo voltear a verlo, hace unos cuantos minutos Holden se llevo a Ray a la pista en donde estaban dando un espectáculo, ellos si que sabían bailar. Yo me quede con Daven quien pensé que me dejaría aquí sola en la barra al primer minuto, al parecer no.

—¿Qué?

—Haz estado haciendo eso desde que llegamos y tu cara parece que duele. —Pico mi mejilla, su falta de vergüenza al tocarme me asombro y no supe que contestarle solo me quede mirándolo.

Seguramente estaba haciendo bizcos.

—¿Qué? —preguntó

—N-no es nada. —Tomé un sorbo de mi coca-cola el miró mi vaso y frunció el ceño.

—¿Por qué vienes a un club sino vas a beber?

—Estoy bebiendo. —Alcé mi vaso, él resoplo.

—Sabes a lo que me refiero. —Rodé los ojos, ¿qué le importaba? Quería decirle eso, pero de nuevo mi madre me educo bien como para ser grosera. ¡Hurra por mi!

—Algunas personas no estamos hechas para beber. —Fue lo único que conteste.

—Bien.

—Bien.

—¿Acaso te hice algo?

—¿De que hablas?

—He visto como me miras, y no que sea algo bueno, me miras como si no quisieras estar en el mismo lugar que yo.

Puse atención en él cuando lo escuche decir eso, en su mano se encontraba un vaso con un tipo de bebida alcohólica que no conocía, ¿era demasiado obvia?

—No es eso.

—¿Entonces qué es? —No se si eran imaginaciones mías pero parecía que de verdad le importaba el hecho de que me comportaba extraña con él. ¿Por qué le importaría eso a él? Apenas si lo conocía.

Espero a que yo contestara y no dejo de verme directo a los ojos, en su rostro cruzaban diferentes colores gracias a la iluminación del club. No podía negarlo lo hacían parece más atractivo.

—Mira, no tengo ningún problema contigo, es solo que este lugar no me trae buenos recuerdos. —Él asintió. Creo que esta era la conversación más larga que hemos tenido.

—¿Problemas amorosos eh? —resoplé.

—Si. —Le conteste desganada.

—Entiendo. Yo solía venir a ver a una chica aquí pero de pronto un día dejo de hacerlo y eventualmente también yo.

—¿Te gustaba? —No sabía porque me interesaba saber eso pero el no parecía de los chicos que persiguen a las chicas sino todo lo contrario.

—Demasiado.

Después de eso ya nadie dijo nada solo nos quedamos en silencio, yo en mis recuerdos y él en terminar su bebida alrededor de muchas personas sudorosas y tambaleantes.

Daven solo se dedico a terminar su bebida, lo que me sorprendió es que en ningún momento me abandono, no hizo el ademán de irse aún cuando una linda chica se acerco a él para pedirle bailar. Él solo le respondió que no porque ya estaba cansado.

Lo cual era una completa mentira porque acabábamos de llegar así ya casi una hora y él no se había levantado de ese asiento en toda la noche.

Yo no sabía que pensar respecto a ello. A lo mejor solo trataba de ser amable porque lo había ayudado hace unos días.

Las luces se veían más brillantes y visualice a Holden aún bailando con Ray, estaban muy cariñosos y cuando se besaron aparte la mirada. Ahora entendía cuando me decía que era asqueroso verme a mi y a Elliot besarnos frente a ella.

Agh.

Elliot y yo...

Elliot.

Una cabellera que conocía bastante bien se movió entre las personas, pueden llamarme loca porque se supone que él se fue pero estaba segura que era el. Era Elliot.

Sin querer perderle el rastro prácticamente salte del asiento en el cual estaba, mis ojos fijos en su espalda, —o lo que alcanzaba a ver de ella —escuchaba la voz de Daven llamandome pero no me importo en lo más mínimo tenía que seguirlo no podía perderlo de vista.

Porque muy en el fondo a pesar de que le tenía cierto resentimiento por dejarme aún lo quería, lo suficiente como para perdonarlo.

Si soy una tonta pero era mi decisión y eso era lo que quería, Elliot Russel fue el primer novio que he tenido y creo que no pude encontrar a mejor persona.

Obviando el hecho de que se fue para cumplir el capricho de su padre antes de preocuparse por una vez por él mismo. ¡Pero vamos! Nadie es perfecto.

Lo seguí hasta fuera del club, una suave brisa soplo mis cabello sueltos hacia atrás, no alcanzaba a ver a nadie, di unos pasos más al frente pero nada.

Tal vez ya estaba enloqueciendo. A lo mejor la coca-cola ya se había caducado y eso me afecto. Antes de seguir con mis estúpidas ideas de justificación una sombra se movió más allá del otro lado de la calle.

—¡Elliot!

Grité pero no se volteo así que obligue a mis piernas a moverse rápido empezando a correr, escuche el sonido de una bocina y las luces delanteras de un coche.




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