Recuerdos
El corazón se le salía del pecho mientras todo en su mundo parecía girar.
Mason estaba frente a ella, era imposible no reconocerlo.
Su boca se abrió mientras lo miraba, estaba más grande, el pelo estaba peinado de forma diferente y un poco de barba asomaba en su barbilla, pero no tenia dudas, era él.
El ex novio de su mejor amiga y alguien que ella consideró un amigo por un tiempo.
―Lo siento. ―murmuró él. ―No estaba prestando atención, ha sido mi culpa.
No encontraba su voz para decir cualquier cosa, solo estaba ahí congelada, sin mover un musculo.
―¿Se encuentra bien? ―su voz la regreso del pasado y cuando él enfocó sus ojos en ella y la miró el miedo la invadió. ―¿Nos conocemos?
Debía reaccionar antes de que todo se fuera al demonio.
―¡No! ―su tono salió mucha más alta de lo que esperaba. ―No creo que nos conozcamos, yo nunca lo he visto.
Debía irse, no se quedaría ahí esperando que él notara como todo su cuerpo comenzaba a temblar.
―Disculpe de nuevo por esto, no estaba prestando atención. ―se disculpó Mason pero no dejaba de verla.
―No se preocupes estoy bien. Debo irme. ―Summer se puso en marcha por el pasillo trato de caminar despacio pero solo estuvo fuera de la vista y se escondió.
Se detuvo detrás de una pared, se recostó y sacó el aire que tenia retenido, su corazón latía con demasiada fuerza.
Era Mason, como es que de todas las personas en el mundo se tenia que venir a encontrar con él.
Muchas emociones estaban moviéndose dentro de ella así como los pensamientos que iban a toda velocidad.
¿Qué estaba haciendo el aquí? ¿Sé creyó esa mentira? ¿La reconoció?
Ellos no se habían visto en varios años, el no cambió mucho y fue fácil reconocerlo, pero ella era una mujer totalmente diferente, era imposible que él la descubriera.
¿Entonces por qué pregunto si se conocían?
Summer maldijo y decidió que pensaría en eso luego, debía buscar a su hijos y actuar normal, no como una loca paranoica.
Respiro profundo tres veces para calmarse y se puso en marcha a buscar a sus hijos.
Estaban en la cafeteria, Carmen estaba con ellos sentada en una mesa, les había comprado un jugo a cada uno y galletas.
―¡Mami! ―Chris grito emocionado de verla.
Le sonrió a su hijo mientras llega a donde estaban.
―Gracias por cuidarlos, Carmen. ―tocó el hombro de su amiga que le sonrió.
―No ha sido nada, tus hijos son muy lindos. ―Alaine estaba comiendo sus galletas, mientras Chris jugaba con un auto que llevaba, siempre tenia algún autito en los bolsillos. ―¿Cómo te ha ido? ¿Le ha gustado?
Su amiga lucia muy curiosa y ella sonrió mientras tomaba asiento delante de ellos en la mesa.
―Le ha gustado y me felicito por el trabajo y lo más importante es que me pago lo acordado sin ningún problema.
Carmen sonrió. ―Yo sabia que tu podrías con este trabajo eres la mejor.
―Gracias. ―miró a sus hijos. ―Gracias de nuevo por verlos y lamento quitarte tu tiempo y no te quiero entretener más.
Carmen hizo un gesto para quitarle importancia.
―No te preocupes, que hoy no tenemos mucho trabajo. ―Miro a la puerta por donde se entraba a cafetería. ―Además si surge algo diré que estaba en mi hora de comer. ―se metió una galleta a la boca.
Summer vio a sus hijos, Chris seguía jugando, era ruidoso mientras imitaba los sonidos de los autos, Alaine estaba cantando una canción en pequeños susurros y hacia unos pequeños movimientos de baile.
Carmen y ella se quedaron unos minutos más hablando hasta que Summer decidió que debían irse.
Caminaron con Carmen de regreso a su oficina.
Una chica estaba sentada en una silla, viendo una revista de bodas, al ver a Carmen se puso de pie.
―Carmen. ―saludó con entusiasmo.
―Señorita Dani. ―saludó Carmen y le sonrió, la mujer abrazo a Carmen con demasiada familiaridad.
La chica debía tener la edad Summer, era delgada, con piel blanca y el cabello negro, lo llevaba en dos trezas, iba vestida con un vestido azul muy elegante que contrastaba a la perfección con su piel.
―¿Lleva esperando mucho? ―le pregunto Carmen.
―No, acabo de llegar pero la puerta de su oficina está cerrada y se como es mi hermano y no quiero molestar.
Summer que había tratado de no prestar atención al intercambio no pudo evitar notar esa pequeña parte de la conversación, la chica dijo "hermano".
Alaine estaba a su lado y Chris estaba sus brazos, usándo su brazo como pista de carreras.
―¿Se le ofrece algo mientras espera? ―Carmen ofrecio y la chica negó pero le dio una mirada a Summer que Carmen notó. ―Oh lo siento, señorita Dani ella Ailen una amiga mía.
Al notar que la llamaban Summer se giró para ver directamente a la chica, tenia unos ojos azules muy brillantes, la chica parecía una muñeca, era hermosa, sabia que conocía esos ojos de algún lugar, ella había visto rasgos.
―Un gusto. ―la mujer le ofreció la mano.
―Ailen ella es Danielle Poeck es la hermana del señor Thiago.
Por eso el parecido.
―Un gusto. ―extendió su mano para tomar la de Danielle.
―¿Son tuyos? ―preguntó la chica viendo a los niños.
Summer sonrió.
―Sí. ―Carmen le aviso que llamaría al señor Poeck para ver si podría recibirla mientras Summer le presentaba a su hijos. ―Él es Christopher.
El niño solo movió la mano un poco tímido.
―Es tan bello. ―murmuró Danielle.
―Gracias. ―Summer sonrio. ―Y ella es Halia. ―la niña de cabello rubio alzó su mano y la sacudió en un saludo.
―Hola. ―murmuró.
―¡Ay eres una muñequita! ―Danielle se puso a la altura de Alaine. ―¡Qué hermosa eres!
Su hija le sonrió.
―Me gustan tus zapatos. ―comentó su hija viendo los zapatos de tacón de la chica, la verdad eran demasiado hermoso.
―Gracias.
―Son preciosos tus hijos, Ailen. ―Danielle le dijo con una sonrisa.