Amigos
Azul paso todo el día enfocada en su trabajo, tuvo muchas reuniones, Nick la llevó a comer con unos tipos que eran sus socios.
Tener días muy ocupados la mantenían estable, por qué evitaba pensar en su hija y su mejor amiga.
Después del almuerzo decidió ir a ver su tienda y luego podría visitar a Thaigo, si Nick sospecha que hay algo entre ellos y lo aprueban, no vería nada de malo en que ellos sw frencuente más seguido.
Así que después de despedirse de Nick se va con dos guardias a su lado, Sebastián le promete que le llamara si algo sucede.
Al llegar a la tienda nadie esperaba, pero la encarga esta encantada de recibirla, los guardias se quedan fuera mientras Sebastián la sigue como una sombra, la chica le dio un recorrido para que viera que todo se encontraba en orden.
La tienda está en una calle muy importante de la cuidad, los escaparates al frente están perfectamente limpios y permitian ver el interior de la tienda, los maniquís lucian las prendas de ropa y accesorios creados por las mujeres, todo lucia hermoso desde el frente.
Al centro se encontraban unas mesas que mostraban los diferentes productos, a la izquierda los estantes están llenos de productos de belleza y cuidado de la piel, a la derecha estaban todo los productos textiles, los altavoces llenaban el ambiente con música suave dándole un toque elegante y relajante, las luces se encontraban en un tono suave.
Le gustaba este lugar, le gustaba ver lo que había creado, esto era suyo.
Paso a la trastienda revisando todo el inventario, era fácil perderse en este trabajo, revisando cada papel.
Unos golpes en la puerta la hicieron alzar la vista de los papeles, una sonrisa se dibuja en sus labios.
―Hola. ―saludó.
―Hola. ―Thiago estaba ahí. ―Sabía que te encontraría aquí.
Thiago estaba vestido con unos pantalones azules, una camisa blanca, sin corbata y las mangas subidas hasta los codos, dándole un aire informal y lo hacía lucir muy guapo.
Azul vio la hora y se di cuenta que su cita con él se le había olvidado y eso explicaba por qué estaba aquí.
―Se que debía ir a verte pero...
―Ni siquiera lo menciones, entiendo. ―le sonrió y se acercó más a la mesa donde ella estaba. ―Imagine que tenias mucho trabajo y pensé en venir a traer esto.
Le ofreció un folder, Azul lo tomó.
―Eres muy amable al venir hasta aquí por esto. ―le hizo una señal para que se sentara frente a ella en una de las sillas.
El espacio donde estaban no era muy amplio, pero la presencia de Thiago siempre se imponía y Azul sentía que se encontraba ahora en una caja en lugar de una habitación.
Esa sensación era algo que caracterizaba a Thiago desde que lo conoció y por alguna razón le gustaba.
―Si no has podido pasar por la oficina, la oficina viene a ti. ―ella abrió el folder para ver los papeles.
―Por este tipo de cosas es que eres uno de los mejores en tu trabajo. ―le dijo.
Él no respondió solo se tocó la barbilla con su mano mientras esperaba que revisara los papeles.
Vio todos los papeles y cada uno la desanimada más y más, aunque Thiago ya le había dicho todo esto.
Su amiga no había dejado ninguna pista, era como si no hubiera existido, sabia que encontrarla sería complicado pero esto parecía demasiado.
―Lamento no tenerte buenas noticias. ―Thiago hablo al ver como su rostro se iba transformando en una mueca.
―No te preocupes sé que esto podría tardar. ―estiró su mano para tocar la que él. ―Pero tengo toda mi confianza en ti, se que puedes con esto, has podido con cosas mucho más difíciles.
Thiago alzó una ceja.
―Me asombra tu capacidad de confiar en mí. ―el comentario hizo que Azul alzara su vista para encontrarse con los ojos de Thiago.
―Es extraño pero desde que te conocí algo especial me pasó y se que podría confiar en ti siempre.
―Y significo mucho para mí que lo hicieras cuando nadie más lo hacía, a veces siento que ni Danielle lo hacia ya.
―Tu hermana te ama y siempre tuvo fe en que harías lo correcto. ―él iba a replicar pero ella no lo dejó. ―No puedes culparla por no estar ahí, cuando tú la alejaste.
―No quería que viera en lo que me había convertido. ―Azul lo sabia y tomó la mano de él entre la suya y le dio un apretón.
―Lo superarte y has demostrado de lo que estás hecho, eso me hace sentir orgullosa.
Una pequeña sonrisa bailo en los labios de él.
―¿Quieres ir algún lado? ―le pregunto él.
Azul lo pensó, ya era algo tarde.
―Supongo que algo de comida no me hará mal.
Thiago estuvo de acuerdo con eso, dejó que ella terminara, incluso lo ayudo, Sebastián había estado en la puerta en todo momento.
Cuando terminaron Azul llamó a la encargada y le dijo que todo estaba bien y le alegraba saber eso, esperaba que la tienda siguiera funcionando del mismo modo.
Thiago la lleva a uno de sus lugares favoritos en la ciudad a comer y le encanta, por qué no era como los lugares donde iba con Nick.
Era simple, la música era alegre y hacia que quisieras cantar, no necesitaban reservación.
―Gracias por traerme aquí. ―hablo mientras tomaba asiento.
―Siempre has sido una chica de gustos simples.
Ella sonrió, Sebastián estaba a unos metros manteniendo la vista en ella y en Thiago.
Thaigo le habló sobre su hermana y los planes que tenía, pronto se casaría, Azul sabia que no podría asistir a esa boda, pero aún así disfruto de escuchar a Thiago hablar de eso.
Él la hacía reír y disfrutaba de su compañía, por esta razón Nick pensaba que existía algo entre ellos, y Azul no pensaba sacarlo de su error explicandole que lo único que sentían el uno por el otro era una increible amistad, no sería creíble bajo los ojos de él y mientras más pensaba Nick que ellos salían, más tiempo tendría Azul para estar con él.
Azul estaba riendo y Thiago había abandonado ese aire serio para quedarse recostado contra el asiento mientras comía.