Enfrentamiento
Thiago había recibido un mensaje de Azul informándole que ya estaba en el hotel y que todo estaba bien.
Él agradeció ese gesto por que con tipos como Nick las cosas podrían ser muy peligrosas, la mayoría de la a veces se la pasaba preocupado por ella, era una mujer muy importante en su vida y realmente deseaba ayudarla, hacer lo que fuera necesario para que ella saliera de ahí a salvo y sobre todo que pudiera reunirse de nuevo con su hija.
Thiago desea conocer a esa niña, después de escuchar las historias de Azul sobre ella y saber lo mucho que se parecía a su amiga él desea verla.
Por eso se esforzaba en su búsqueda y usaba cada contacto, cada momento libre para enfocarse en eso.
Unos golpes en la puerta lo hicieron quitar la vista de unos papeles que tenia frente a él sobre un caso, debía atender su trabajo.
―Señor Poe. ―la voz de Carmen sonó al otro lado.
―Adelante. ―Respondió y su secretaria asomó la cabeza.
―Le han enviado estos papeles. ―ella entro dejando la puerta abierta, mientras se acercaba a dejar los papeles para que los revisa.
Thiago lo tomó y comenzó a leer para saber de qué se trataban.
―Puede retirarse Carmen. ―pidió y ella asintio mientras la miraba irse algo afuera llamó su atención y la de su secretaria también.
―¿Ailen? ―la escucho decir en un surruro.
Al escuchar el nombre de la mujer Thiago cuadro los hombros sin pretenderlo y se inclinó para ver un poco más.
Estaba frente al escritorio de Carmen, llevaba unos pantalones negros y una blusa amarilla, el cabello en una cola alta, no podia ver mucho y Carmen salió cerrando la puerta.
¿Que hacia ella ahí?
Es amiga de Carmen, él miro la hora, era hora de almuerzo quizás iban a comer juntas.
¿Y si ella estaba ahí por otra cosa?
Él no podía quedarse con la duda tomó los papeles y se puso de pie.
―No puedes hacer eso. ―escucho que decía Carmen.
Su secretaria estaba corriendo por el pasillo detrás de la señora Franco.
Al demonio la discreción, se fue detrás de ellas, siguiéndoles los pasos a una distancia considerable.
Cuando noto a donde se dirigía la señora Franco sintió como la furia subía por su cuerpo.
Ella ni siquiera tocó, mientras la secretaria de Luna trató de evitar que entrara.
Entro en la oficina, Carmen trató de disculparse con su compañera y ambas notaron su presencia y se quedaron en silencio mientras él no se detenía y entró en la oficina.
―¡No quiero nada que venga de usted! ―Gritó la mujer rubia mientras le lanzaba un ramo de flores a Mason.
Thiago ni siquiera había notado que ella las llevaba, Mason estaba con otro de sus compañeros quien se hizo a un lado mientras las flores caían al piso.
―¡No estoy en interesa! ¡Así que ahórrese todo esto y déjeme en paz! ―ella se volvió y se congelo cuando vio a Thiago de pie en la puerta.
Mason también lo notó.
―¡¿Qué mierdas haces aquí?! ―le gritó.
El otro hombre salió de la oficina sin disimular siquiera que estaba huyendo de la escena.
―¿La ha molestado? ―le preguntó a ella, ignorado totalmente a Luna.
La rubia lo vio y luego a Luna, que estaba furioso, ella al final solo miró las flores.
―Creí decirte que te mantuvieras lejos de ella. ―miró al tipo con odio.
―Este no es asunto tuyo.
―Señora Franco, vaya con Carmen y quédese en mi oficina.
Su secretaria apareció de seguro estaba escuchando todo desde la puerta, de hecho vio por el rabillo del ojo que no era la única, ya varios curiosos estaban ahí.
―Yo no...
―Haga lo que le pido. ―sentenció dejando ver que no quería réplicas.
Su secretaria tomó a la mujer rubia por los hombros y la hizo caminar fuera de la oficina.
―¡Lárgate! ―le gritó Luna.
Thiago respiro hondo y metió sus manos en sus bolsillo.
―No te preocupes a mí tampoco me complace estar aquí. ―Le sostuvo la mirada. ―Pero creo que debes saber que no estaba bromeando, no te metas con ella, esta casada y si su marido se entera que...
―¿Qué marido? ―Luna se inclinó al frente. ―Por que ella no tiene.
―Esta casada. ―Thiago estaba empezando a perder la calma.
Luna soltó una risita que hizo que Thiago apretara los puños ¿si lo golpeaba se metería en problemas con sus jefes?
―Supongo que te ha mentido, seguro que no encontró una mejor forma de evitarte, o es que tus fuentes ya no son tan buenas como crees. ―seguía sonriendo. ―Ella no está casada, bueno lo estuvo, pero ya no, su esposo murió hace dos años en un accidente de auto.
Thiago no se movio, no sabía eso, bueno no es como que él realmente se hubiera interesado en preguntarle, todo había sido una suposición, ella tenia una alianza de bodas en su dedo y se referían a ella como señora, como iba a saber que su esposo estaba muerto.
―¿No lo sabias? ―Luna seguía detrás de su escritorio. ―Supongo que ahora que lo sabes no debes preocuparte por qué un marido celoso se moleste conmigo por pretenderla, por qué ellas es libre y puedo...
―Tú no harás nada. ―gruñó Thiago. ―Creo que te ha dejado muy claro que no desea verte y que no quiere ningún trato contigo.
―Ella...
―Ella no te quiere cerca así que aléjate o atente a las consecuencias.
―¡No se por qué la defiendes! ―Thiago estaba por irse cuando él habló y se detuvo. ―Solo vas a usarla como lo haces con todas las mujeres, le pediste que se queda en tu oficina para follartela como lo hiciste con esa rubia que salió esta mañana de tu oficina.
Thiago se tensó ante eso, sabia que los había visto.
―¿Así que te gustan las rubias? ―Mason no esperaba el golpe o quizás si, pero de igual forma Thiago llegó a él y lo tumbó en la silla cuando su mano chocó contra el rostro de Luna.
―¡Hijo de puta! ―Thiago dijo furioso.
―¿Qué es lo que te molesta? ¿Qué tenga el ojo puesto en una de tus amantes? ¿O que ahora yo sepa lo que haces? ―Luna estaba sangrando pero aún así habló. ―Creo que los jefes estarían muy interesados en saber que traer mujeres en horarios no laborales a tu oficina y te encierras con ellas, supongo que se sentirían decepcionados de su abogado estrella.