Capítulo 15

La pintura
 

Thiago terminó la llamada y sonrió un poco, su hermana acaba de llamarlo para contarle sobre cómo estaba pasándola en su luna de miel.

Ella estaba muy feliz, llamaba todos los días para darle un reporte, Thiago siempre rezaba por que a su hermana no se le saliera información extra sobre sus días con Leo, él realmente no quería oír esa cosas.

Y hasta ahora las llamadas iban bien, ella solo le decía a donde fueron el día anterior que vieron, le decía que ellos estaban bien y luego terminaba preguntándole como estaba él, Thiago siempre respondía con un "bien, trabajando" y luego Daniella le preguntaba si sabia algo de la Señora Franco, a lo cual Thiago rondaba los ojos y le repetía lo mismo "No se nada de ella", eso era verdad en toda la semana no la había visto, ni escuchado mencionar fuera de sus conversaciones con su hermana.

Thiago ni siquiera se atrevía a preguntarle a su secretaria por ella, no es que no lo deseara, es solo que desde el dia de la boda él no estaba seguro de que estaba pasando.

Trataba de no pensar en ella y lo estaba consiguiendo debido a la cantidad de trabajo que él mismo estaba aceptado para no tener tiempo libre y pensar en aquella mujer de ojos cafés.

Tampoco ayudaba que su mejor amiga estuviera a kilómetros de él, sabia que podría llamar a Azul y decirle que estaba pasando, ella lo escucharía, se pondría un poco loca como Daniella con el tema, pero ella en definitiva sería más neutral que su hermana.

Pero la razón de por qué él no llamaba a Azul era que no sabia que decirle, no sabia por donde comenzar con aquello, él al fin aceptó que aquella mujer le parecía guapa, lo atraía pero, eso no quería decir nada, muchas mujeres le habían atraído ante, la diferencia era que ella tenia hijos, ella era una viuda, no podría tratarla como a las otras chicas por las que sintió atracción, no podía solo invitarla a cenar, llevarla a algún lado y follar hasta que ambos estuvieran saciados y quedar un par de veces más para ello hasta que aquello terminara y nunca se vieran de nuevo.

Él podía apostar todo lo que tenia a que la señora Franco era una mujer de un solo hombre, ella no aceptaría un juego de ese modo, Thiago sabia que la mejor forma de sacar eso de su sistema era evitando verla, hablar de ella o siquiera pensar en ella, la mujer se iría de su mente de ese modo.

Y a veces funcionaba, otras simplemente la imaginaba durante sus juntas y terminaba dándose cuenta que pasó unos minutos fantaseando con su cabello o sus ojos mientras su jefe hablaba de algo importante.

Por eso trata de no pensar en ella debía mantenerse enfocado, por eso la noche que se dio cuenta de aquello fue a su casa y descolgó aquel cuadro que aquella mujer le regaló, estaba decidido a no verlo más, pero solo unas horas después lo colgó de nuevo para imaginarla sosteniendo el pincel, cubierta de pintura, perdida en los trazos. Thiago llevaba toda la semana descolgando y colgado el cuadro, cambiadolo de lugar para no verlo mas, pero aquella mañana decidió que era demasiado.

La señora Franco debía salir de su mente, él tenia muchas cosas en que enfocarse para andar detrás de una mujer que apenas conocía y ahora estaba ahí en su oficina el cuadro descansaba sobre el sillón de espaldas a él, para que no pudiera verlo, su intensión era dárselo a Carmen para que lo devolviera y así ya no tendría nada que se le recordara.

Tomo la pintura y por unos segundos se quedo admirandola y de nuevo su mente se llenó de las imágenes de aquella castaña pintando esto para él.

Thiago sacudió la cabeza, no podía seguir  con aquello, tomó la pintura y salió de su oficina, su secretaria estaba tecleando algunas cosas en la computadora y se detuvo para verlo.

―¿Se le ofrece algo señor? ―preguntó ella viéndolo.

―Si yo... ―no sabia como decirlo tenia la pintura a sus espaldas. ―Necesito que le devuelvas a la señora Franco esto. ―alzó la pintura.

Su secretaria parpadeó varias veces viendo de la pintura a él.

―¿Quiere que se la regrese a ella?

―Si yo no...

―Señor, no creo que...

―Carmen entrégala o puedes regalarla a alguien si quieres, no me interesa tenerla.

―Pero señor...

―Sí no la quieres yo puedo llevármela. ―Thiago gruñó por lo bajo al escuchar su voz. ―Algo así se vería hermoso en mi oficina.

―Luna no te metas en esto.

―Bueno si he escuchado bien, Ailen Franco te envió esto y tu le has dicho a Carmen que puede regalarlo, así que solo busco ahorrarle el trabajo a tu secretaria. ―él puso las manos en él cuadro. ―Me lo llevaré. ―Mason vio el cuadro y sonrió. ―Algo tan hermoso merece ser apreciado. ―tiró del cuadro. ―Así que voy a llevármelo si ya no lo quieres.

―Pues resulta. ―Thiago tiró del cuadro para su lado. ―Que he cambiado de opinión.

―Tu has dicho que querías regalarlo.

―He cambiado de opinión y prefiero que se quede conmigo que dárselo a alguien como tu.

Luna lo miró molesto.

―Ahora si me disculpas tengo cosas que atender.

El tipo lo miró con furia pero metió las manos en sus bolsillos y camino lejos de ellos, Thiago esperó a que estuviera fuera de su vista para volverse a su secretaria que lo miraba con curiosidad.

Soltó el aire y se tomó el puente de la nariz con sus dedos.

―Carmen, yo...

―Espera que no mencione este insiste con Ailen. ―adivinó.

Thiago asintió.

―No se preocupe señor yo no le diré nada. ―él asintió de nuevo y se movió para irse pero la mujer habló de nuevo. ―Pero me gustaría saber ¿por qué quería regalar el cuadro?

Thiago de quedo quieto pensando en eso, que razón podría darle.

―Yo no tengo espacio. ―murmuró sin muchas ideas.

―Creí que lo tenia en su casa. ―comentó confundida.

―No he encontra un espacio adecuado, donde lo he puesto le daba mucha luz. ―mintió.

―Entiendo señor.

―Usted no que dirá nada a...

―Mis labios están cerrados señor. ―Carmen hizo un gesto con su dedos sobre sus labios, simulando cerrar sus labios.