Una disculpa
Summer no entendía muy bien que había pasado ese día y estaba molesta por que a pesar de todo sus pendientes no podía sacarse de la cabeza la forma en que el señor Poeck se portó con ella.
Recogió a sus hijos y los llevó a casa para su rutina diaria y eso la ayudo un poco, pero aún sentía algo extraño al recordar el modo en que él le habló.
Estaba limpiando un poco cuando llamaron a la puerta, por un segundo pensó que era Carmen con el cuadro que le envió el señor Poeck.
Eso quizás fue lo peor que el pudo decirle, después de todo ella lo pinto especialmente para él y por alguna razón pensó en su pueblo natal para pintarlo.
Abrió la puerta y se encontró a la agente Raina ahi, eso la sorprendió.
―Hola Ailen. ―saludó ella.
Summer la miró, no lleva la típica ropa de trabajo, de hecho se miraba muy distinta con esta ropa más casual y el cabello rojizo suelto y salvaje, llevaba bolsas en las manos.
―Hola, agente Raina. ―Summer sonrio. ―Yo no esperaba verla.
―Sí lo se, hoy es mi día libre y pensé por que no venir a verlos. ―explicó. ―¿Me dejas entrar?
Summer se dio cuenta que no lo invitó a pasar. ―Por supuesto. ―se hizo a un lado para dejar que entrara.
―Gracias. ―la mujer entró y en seguida Chris y Alaine corrieron a saludara, ella los abrazó y Summer tomó las bolsas que estaban un poco pesadas.
―He traído comida. ―anunció señalando las bolsas que Summer dejó en la mesa.
―Gracias tía Rai. ―Alaine sonrió.
Los niños volvieron a sus asuntos después de intercambiar un par se palabras con la agente y entonces la agente vino a la cocina donde estaba Summer.
―Son unos niños increíbles. ―Summer le agradeció con una sonrisa mientras la mujer frente a ella comenzaba a ayudarla a sacar las cosas de las bolsas.
―Lamento si te he asustado al venir así. ―Raina hablo en voz baja mientras Summer terminaba de sacar las cosas de las bolsas.
―No ha sido nada. ―trató de quitarle importancia. ―Admito que no esperaba esta visita, y que al verte yo ya me miraba haciendo maletas de nuevo.
―No hay razón para ello. ―Raina tomo un sorbo de un refresco que abrió mientras Summer buscaba platos. ―Al menos todavía no.
Summer sabia lo que significa eso.
―¿Tú has oído algo sobre... ―bajo la voz. ―Nick?
Raina negó con la cabeza. ―Nada.
De algún modo eso era un alivio, sabia que tener pistas era buen, pues si capturaban a Nick ella sería libre de usar su antigua identidad, incluso volver con Sofía y los Stomen, pero no tener noticias a veces la aliviaba más, ya que si él no estaba cerca sus hijos estaban a salvo, ella no podría pensar en que haría si ellos se vieran en algún tipo de peligro por su culpa.
―Pero quizás deba decirte de una vez que no he venido solo por que si. ―comentó la agente. ―Sé que ayer no estuviste en tu oficina, como nos dijiste. ―Bajo la voz y se inclinó más para decir. ―Estuviste con un hombre en su departamento.
Summer se congelo ante aquello, su cabeza comenzó a palpitar y solo pudo hacer una pregunta. ―¿Me siguieron?
Raina rondo los ojos como si aquello fuera lo más obvio.
―Por supuesto que si, eres un testigo muy importante y eres parte del problema, lógicamente siempre tendremos un ojo sobre ti.
Summer abrió la boca.
―¿Pero como me siguieron si Albert y tú estaban con los niños?
―¿Y realmente piensas que nosotros pasamos las veinticuatro horas pegados a tu trasero? ―la mujer la miró divertida.
―Por supuesto que no. ―Bueno ella pensaba que se turnaban o algo así, pero no lo admitiría.
―Llevas algo de razón al pensar eso, pero la verdad es que solo estamos vigilando un cuarenta por ciento de las veces.
Summer se sorprendió.
―Pero no me malinterpretes, tú y los niños están siendo vigilados veinticuatro siete, pero no siempre somos nosotros o no siempre lo notan. Creo que a estas alturas ya llamaría la atención de tus vecinos o las personas en tu trabajo si notaran que siempre te siguen las mismas personas. ―ella bebió otro sorbo. ―De modo que siempre tienes diferentes agentes detrás de ti y los niños, puedes conocerlos de antes o quizás no, pero siempre tenemos un ojo sobre ti.
Summer se estremeció un poco.
―Pero que no lo notaras demuestra que hacen su trabajo muy bien. ―Summer no dijo nada. ―pero volviendo al punto, sabemos que fuiste con este hombre a su departamento. ―ella estaba inclinada de nuevo. ―Cuando recibimos el informe, surgieron varias cuestiones y Albert bueno él sugirió que quizás tu podrías... ―ella dudo.
Summer estaba sirviendo la cena y la miró.
―Albert penso que quizás tú no has querido decirnos ayer que estas teniendo una aventura con alguien por qué te sentiste muy inquieta por los niños y...
Summer parpadeó. ―Yo no estoy teniendo una aventura.
―Mira, no tiene nada de malo que tu quieras buscar a alguien, eres joven, estás sola y tienes tus... necesidades. ―la mujer frente a ella estaba comenzando a sonrojarse. ―Así que Albert pensó que te haría bien una charla de chicas. ―ella tomó una de las bolsas y le mostró un bote de helado. ―Yo no soy muy buena para esto, pero pensé que podrías sentirte mejor hablandolo conmigo que con él.
Eso de algún modo la hizo sonreír.
―Entendemos que podrías no querer decirle a nadie sobre esto por qué quizas solo es algo "sexual" ―Summer se sonrojó ahora. ―Y que por los niños no quieras hablarlo, pero nosotros debemos saber ese tipo de cosas, podremos buscar una niñera de la agencia para cuando tu quieras ir a "desahogarte" y...
―Yo no hago eso. ―ella bajo la voz. ―No tengo una aventura con nadie.
―Ailen, no tienes que sentirte mal, nadie te juzga, podrías hacer tu vida de nuevo y...
―¿Y cómo podría? ―su voz subió un tono y miró a sus hijos en la sala jugando. ―Yo ni siquiera podría decirle mi verdadero nombre. No podría prometerle nada, por qué en cualquier momento yo puedo irme de la cuidad sin darle ninguna explicación y nadie merece algo así.