Redención

Capítulo 32

El plan
 


Thiago se limpió las manos en su pantalón, estaba tan nervioso por lo que estaban por hacer.

―Todos están en sus puesto. ―anunció el agente Albert.

Thiago se giró para verlo, estaba vestido completamente de negro y lleva puesto su equipo, llevaba un comunicador puesto en su oreja.

―¿Recuerdan lo que deben hacer? ―preguntó mirando a Mason y Thiago.

Ambos asintieron.

Mason estaba vestido en un elegante esmoquin negro, lleva el cabello peinado hacia atrás lo que le daba más elegancia a su aspecto.

―Bien, creo que es hora de comenzar. ―Albert señalo a Mason. ―Tu vienes conmigo. ―Luego miro a Thiago. ―Raina y tu van juntos, ella vendrá en un momento.

Thiago asintió y Albert comenzó a caminar para salir.

―Sé que no somos amigos ni nada parecido. ―Mason comenzó a decirle. ―Pero aún así, espero verte con vida cuando todo esto termine.

―También espero verte al terminar esto. ―Thiago le palmeó la espalda mientras hablaba.

Mason sonrió un poco antes de irse y dejarlo solo en la habitación.

Thiago dejó salir el aire, estaba tan cansado, apenas durmió algo de solo pensar lo que les esperaba y luego se puso de pie desde muy temprano para ir a ver a los agentes y repasar el plan varias veces hasta estar seguro de que todo estuviera cubierto.

Y ahora estaba solo esperando a que la agente Raina estuviera lista para irse.

No podía dejar de pensar en Azul y lo que estaría pasando a manos de ese lunático, necesitaba ayudarla, sacarla de ahí antes de que algo pudiera pasarle. Thiago sabía que le debía esto, sacarla de ahí y llevarla a casa junto a su hija.

Casi no podia creer que Halia fuera la hija de Azul, se parecían tanto, la niña trasmitía la misma energía que su madre, era tan dulce y amable con esa sonrisa pícara que Azul solía usar que veces cuando quería conseguir algo.

―¿Listo? ―le preguntó una voz sacándolo de sus pensamientos.

Se giró y entonces la vio. Raina estaba ahí vestida con el vestido de novia y se parecía tanto a Summer con el maquillaje y la peluca que por un segundo Thiago solo pudo imaginarla así, a Summer en su vestido de novia sonriéndole. Entonces alguien más pasó a su lado y llegó junto a Summer la tomó en sus brazos y la besó, era Teo vestido como un novio.

―¿Me has escuchado? ―la Agente Raina le tocó el hombro para hacerlo despertar de ese extraño sueño.

Sacudió la cabeza.

―Si lo siento. ―se disculpo.

―Todo saldrá bien. ―murmuró ella. ―Sacaremos a Azul de ese lugar.

Thiago la vio de nuevo, más de cerca podía ver que apesar del maquillaje y los lentes de contacto, ella no tenía esa característica forma de ser de Summer.

―Confío en que así será. ―respondió Thiago y ella asintió.

―Bien es hora de irnos. ―le indicó y Thiago la siguió hasta el lobby donde ya los esperaba un auto.

Era un auto sencillo, no querían llamar la atención de nadie, pero tampoco querían que Nick pensara que estaban tramando algo.

El viaje duró un poco más de lo que esperaba ya que el lugar a donde se dirigían estaba a las afueras de la cuidad.

Azul no mentía cuando decía que no conocía la ubicación del lugar apesar de vivir ahí estos años, era fácil ver como podrían jugar con su mente tomando diferentes caminos para que ella nunca recordara como llegar.

"Esta ahí" penso Thiago mientras seguían una carretera improvisada que llegaron a un claro. "La ratonera de Nick Graham, donde se ha estado escondiendo todos este tiempo".

Thiago miró la mansión, que dejaba ver su elegancia desde fuera, pero también podía ver a los hombre que resguardaban el lugar.

Hombres altos y musculosos con armas, vestidos de negro, algunos incluso llevaban lentes oscuros.

―Hemos llegado. ―anunció el conductor que los había estado esperando fuera del hotel para traerlos hasta este lugar.

La agente Raina quien se había colocado un velo blanco sobre el rostro desde antes de salir del hotel, asintió.

Los hombres de la puerta se movieron para dejar entrar el auto, el tipo era de los suyos pues solo con verlo lo dejaron pasar.

Entraron a un lugar rodeado de verdes arbustos y una fuente al centro, justo frente a las puertas de la mansión que se alzaba elegante y majestuosa.

El hombre rodeó la fuente y se detuvo justo frente a las puestas bellamente talladas.

Las puertas se abrieron y aparecieron dos hombres vestidos de negro, uno a  cada lado del auto.

Raina soltó un suspiro audible, no es que ella estuviera nerviosa, pero Summer si lo estaría y ella debía interpretar a la perfección su papel, no podían dejar ningún indicio que hiciera sospechar a alguien.

―Bienvenidos. ―habló uno de los hombres cuando salieron del auto. ―El señor lo espera, los llevaré a donde él está.

Thiago asintió y tomó la mano de Raina para ayudarla a caminar con el vestido, ella lo dejó y caminó despacio, como si cada paso fuera difícil.

―Lo están haciendo muy bien. ―escuchó Thiago que le decía el agente Albert desde su comunicador en su oído. ―Ya estamos adentro y seguimos sus movimientos. ―les indico.

Thiago miró a todos lados esperando ver algún rostro conocido, alguien del equipo de las fuerzas especiales, pero no vio a nadie fuera de su puesto.

―Tranquilo, todo estará bien. ―susurró Raina a su lado, ella debió notar lo que estaba buscando.

Thiago bajó la mirada y siguió caminando hasta que estuvieron dentro de la mansión, las puertas habían sido abiertas por una mujer de edad algo avanzada que lucia el uniforme de gala de una mujer de servicio.

El recibidor era tan elegante como lo imagino, una mesa redonda de cristal estaba al centro con un florero de color azul y flores que llevaban el ambiente con un color fresco y sutil de jazmines.

El techo era alto y de este colgaba una lámpara de cristal, donde los pequeños cristales que colgaban brillaban a la luz de sol que entraba por las ventanas. Al centro una escalera se dividía en dos dando paso a un segundo nivel y a dos diferentes pasillos.



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En el texto hay: romantico, drama, amisad

Editado: 08.07.2023

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