Redención

Capítulo 40

Fotografías 

 

Tienes un paquete. ―le informó Azul cuando llegó a casa con los niños.


Alaine saludo a su madre, Chris le dio una brazo a tu tía Azul, para después subir ambos a su habitación para quitarse el uniforme.

―¿Un paquete? ―la miro sin entender.

―Sí, un paquete. ―Azul le mostró la caja que estaba en la mesa de la salita.

―No recuerdo haber pedido nada.

―Quizás sea alguna noticia sobre tus pinturas. ―Azul se levantó y dejó la laptop donde estaba trabajando para ir a ver la caja.

―Evangeline. ―murmuró. ―No creo que sea algo así, apenas hace unos días comenzamos a subir las fotos.

―Sí, pero ya has tenido muchos comentarios y reacciones. ―Azul puntualizó. ―Tu arte esta gustando, no dudo que alguien ya esté interesado.

―No lo creo. ―miró la caja. ―Además cuando te invitan a esa cosas, envían cartas o e-mail en todo caso, no creo que envíen cajas.

―Bueno, vamos a seguir discutiendo sobre esto o vas a ver que hay dentro de la caja.

Soltó un bufido y tomó la caja, una nota venia pegada.

―¿No has visto la nota? ―le preguntó a Azul.

―No, lo siento pero he estado ocupada con mi trabajo estoy a nada de lanzar la línea de ropa para niños.

Summer leyó la nota.

―Oh, es de la persona que compró la casa. ―Azul se acercó más. ―Al parecer decidiero demoler la casa y esto todavía ahí y decidió enviármelo.

―¿Crees que son cosas de tu padre?

―No creo. Según Thiago, la casa ya no tenia nada. ―miró la caja no era muy grande. ―Papá vendio todo lo que pudo para su vicio  así que no había cosaa se valor, y cuando murió nadie cuidaba de la casa así que alguien entró y robo todo los muebles, la casa estaba vacía.

―Entonces. ¿qué es esto? ―Azul miró la caja extrañada.

Summer tomo la nota y leyó.

―Al parecer esto estaba escondido, debajo de una tabla suelta en el piso.

―Bueno, entonces ábrelo y veamos qué contiene.

Azul fue por unas tijeras y la ayudo a abrir la caja, dentro venia una especie de cofre de madera, se llevó las manos a la boca al ver el nombre ya casi borrado por los años guardado bajo el piso.

―Era de mi mamá. ―Summer intento abrirla. ―Creo que necesitamos una llave.

―No creo que encontremos esa llave, así que debemos buscar otro modo de abrirla.

Summer asintió y le escribió a Thiago para saber si él tenia idea de como abrirla.

El respondió que llegaría cuando saliera de una reunión.

No había nada más en la caja, así que dejaron el pequeño cofre y se pusieron a hacer sus labores diarias.

Cuando Thiago llegó las ayudó a abrirlo con una herramienta, los seguros ya estaban algo vencidos debido al tiempo así que no se necesitó mucha presión, la tapa se abrió.

Adentro estaban varias cartas, fotos y notas. Por la letra Summer supo que eran cosas que su padre le escribió a su madre en su época de novios, de hecho la mayoría de cartas eran de su padre y otras de unas amigas de su madre. Fotos de su madre de niña con su abuelos.

―Supongo que guardo estas cosas antes de que nacieras y tú padre no sabia que ella la tenía escondidas. ―sugirió Azul.

―Creo que alguien más sabia de esto. ―comentó Thiago, quien sostenía las cartas. ―Estas son después de tu nacimiento y no están abiertas y las metieron en el cofre.

Él se las mostró y luego comenzó a pasar una por una leyendo los nombres.

―Tal vez mi abuela, ella se quedo en la habitación de mi madre cuando se mudó, quizás mamá no la escondió, debió ser ella quien...

―Su. ―Thiago llamó y por alguna razón su voz sonó extraña así que se giró para verlo, él estaba sostenido una carta el resto se habían caído de sus manos y estaban regadas en el suelo. ―Esta carta es de mi madre, para la tuya.

Azul soltó un sonido ahogado mientras Summer se movió para acercarse a Thiago.

―¿Qué?

―Esta carta la envió mi madre. ―se la mostró. ―Es su nombre y su letra.

La carta estaba abierta.

―¿Ellas se conocían? ―preguntó Azul.

―Eso puede ser posible, recuerdo que mencionaste que tu madre vivió en el mismo pueblo y que se mudó cuando se casó con tu padre.

Thiago asintió. Summer tomó la carta y saco el contenido de esta, el papel estaba ya gastado y la letra comenzaba a borrarse. Junto a la carta venía una foto.

Summer comenzó a leer en voz alta.

―Belisa, he ido a revelar las fotos que hemos tomado en mi visita a casa de mis padres y entre ellas encontré esta, pensé que te gustaría tenerla. ―Thiago tomó la foto y soltó un pequeño jadeo, mientras Summer seguía leyendo. ―Te ves hermosa con un bebé en brazos, espero que el día que tengas un hijo te veas tan bien como lo haces sosteniendo a mi pequeño Thiago.

Azul soltó una exclamación mientras Summer se ponía de rodillas para mirar a Thiago que aún sostenía la foto en sus dedos.

―Tu madre, era hermosa.

Summer miró la foto, su madre estaba más joven que en las fotos de su boda que había visto Summer, estaba sosteniendo en sus brazos a un bebé regordete.

―Ella te conoció. 

―Era un bebé.

Azul recogió las cartas del suelo y comenzó a buscar, habían tres cartas más entre estas. Al leerlas descubrieron que de hecho ellas estudiaron juntas y fue de ese modo que se conocieron.

La madre de tía se disculpaba en una carta por no ir a la boda de Belisa, al parecer Thiago había enfermado y se quedó con él y no pudo viajar para la boda.

La siguiente no estaba abierta, dudaron en abrirla pero decidieron que no estaban violando ninguna ley, además era de sus madres. En esta la madre de Thiago estaba triste pues se había enterado de la muerte de Belisa y no sabia que otro modo usar para despedirse de ella, así que envió la carta. Al parecer no asistió al funeral por qué estaba embarazada de Danielle y debía mantener reposo, ella esperaba algún día conocer a la hija de su amiga.

―Esta es la última. ―anuncio. ―Es de unos años después de la última.



#4331 en Novela romántica
#1204 en Chick lit

En el texto hay: romantico, drama, amisad

Editado: 08.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.