Después de varios años intentando cambiar parte de mi pasado —ese pasado que me ha atormentado durante tanto tiempo— creo que las decisiones que tomé en mi vida no fueron las correctas. Las personas que más aprecio están sufriendo a causa de mis errores, y temo que, si no encuentro una solución, todo lo que construí se convertirá en polvo. Tal vez debería pensar en cómo empezó todo.
Algunos recuerdos son borrosos, pero sé que aún están ahí. Fue antes de comenzar esta vida tan problemática que llevo ahora.
1926
Era 16 de febrero de 1926. Recuerdo que ese día comenzó todo. Por entonces, los recursos económicos de mi familia eran escasos. Había salido de Sicilia y dejado atrás a los míos para buscar un futuro mejor en Roma. Eran años complicados: la falta de dinero era algo común y la vida se llevaba de forma muy ajustada, intentando mantener la tranquilidad del día a día. Decidí trabajar como taxista y ganarme la vida honradamente para ayudar a mi familia y construir un futuro. Pero mis planes cambiarían con lo que estaba a punto de pasar.
Al anochecer, esperaba a mis últimos clientes antes de regresar a casa a descansar, cuando de pronto subieron dos hombres con trajes largos, salpicados con manchas de sangre. Uno de ellos estaba herido y parecía estar en las últimas.
—Eh, tú… llévanos al punto más apartado de la ciudad, rápido.
—Lo siento, señor, pero no puedo. Mi taxímetro me impide…
El tipo sacó un arma y me apuntó directo a la cabeza. No pude hacer más; no quería meterme en líos, pero ya no tenía opción. Encendí el vehículo y aceleré hasta el lugar más alejado de la ciudad. Al mirar por el retrovisor, vi que nos estaban disparando.
Al llegar al punto indicado, el hombre me ordenó dirigirme a una ubicación específica. ¿Una casa? Estaba perdida en medio de la nada. Pensé en ello, pero todas mis dudas desaparecieron al recordar el tipo de personas que llevaba conmigo. Llegué a pensar que ese sería mi final. Cuando bajó, el primer sujeto me pidió ayuda para trasladar a su compañero herido a la vivienda. Después, me entregó un sobre con dinero.
—Quiero que todo lo que viste hoy desaparezca de tu memoria. Recuerda: no has visto nada.
—Pero… ¿qué ha sido esto? ¿Y por qué hay una casa aquí, en medio de la nada?
—Basta de preguntas, chaval. Ahí tienes tu dinero. Ahora esfúmate: esto no es asunto tuyo.
Fue una noche terrible. Volví a mi vehículo y regresé a casa. Al revisar el sobre, exclamé:
—¡Joder!
Dentro había más dinero del que ganaba en una semana de trabajo. Al ver semejante cantidad conseguida con un solo viaje, pensé en lo mucho que podría lograr si regresaba a aquel lugar en busca de más “trabajos”. Era arriesgado, claro, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera para seguir viendo todo ese dinero en mis manos. Sin darme cuenta, la codicia comenzaba a apoderarse de mí… y eso, tarde o temprano, se paga caro.
Mi nombre es Tony Pievani y este es el inicio de mi Redención.
#513 en Thriller
#377 en Detective
#292 en Novela negra
#recuerdos, #mafia #italia #soledad, #reconstrucciónpersonal
Editado: 21.09.2025