Reencuentro De Almas Gemelas

Capítulo 7 Noche de Luna Llena

Pasarón tres largos días, los jóvenes apenas se comunicaron vía WhatsApp para tratar temas puntuales de trabajo.

Carlos, Mario, David y Fernando estaban enfrascados en el trabajo, componiendo nuevos temas musicales, grabando y organizando el próximo lanzamiento de su nuevo disco y la posterior gira que correspondía.

Elisa por otro lado estaba absorta en el trabajo, organizando el cierre anual de los impuestos y además enfocada en los requisitos que pedía el posgrado con la intención de arrancar lo más pronto posible. Elisa salía tarde de la oficina todos los días de la semana y sus únicos compañeros cada atardecer eran las preciosas guacamayas que en el cielo crepuscular parecían flotar majestuosamente. Elisa colocaba en el balcón de su oficina, diversas frutas picadas en unos coloridos platos que había comprado para ellas con el propósito de alimentar a sus preciosas amigas y disfrutar de su maravillosa compañía que alegraban su corazón.

El viernes de aquella semana por la noche ambos, cada uno sumergido en los quehaceres de su mundo llegaron agotados de sus respectivas labores y actividades y entonces…

Aquella noche de viernes, Elisa soñó nuevamente con que era María Teresa y esa noche intimaba con su esposo. Se entregaba a él sin recato sintiendo su corazón enamorado, entregando su cuerpo al placer sublime de esa entrega carnal y del espíritu que es tan propia y adecuada entre esposos, alcanzando el clímax sumergida en esos ojos color entre café y miel que la llevaban a la cima del placer. La luz de la luna llena reverberaba en el espejo de su cuarto creando el clima propicio para entregarse a los caprichos de la carne haciendo culto al alma al entregarse al placer de amarse.

En aquel momento de mágica intimidad aquellos ojos diáfanos condenados al mundo de los sueños o quizá pasado, se le hicieron muy familiares y cercanos a su vida actual, visualizando en breve a los de Carlos, entonces de la impresión se levantó.

Al ver su móvil que reposaba en su mesa de noche se dio cuenta que eran las 4:00 am, quiso conciliar el sueño nuevamente, pero le fue imposible, entonces decidió dar una vuelta por el amplio y acogedor departamento familiar, todos en ese momento dormían por lo que la oscuridad reinaba. Entonces se asomó por el balcón y fue testigo de una preciosa luna llena que como una joya se erigía como protagonista indiscutible del cielo nocturno. Entonces pensó impactada: «Dios mío, este sueño me persigue y a la vez es tan maravilloso que me hace sentir renovada…, y al final termine soñando contigo Carlos…, ¿qué estarás haciendo en este momento?, y ¿qué habrá sido en realidad lo que sucedió aquel día en que visitamos la Casa Natal del Libertador?, bueno lo más seguro es que en estos momentos estés durmiendo Carlos y como eres un hombre con novia, quizá sueñas con ella o ¿quién sabe?».

***

Entretanto, Carlos aquella noche de viernes llegó agotado de trabajar en el estudio después de haber ensayado y grabado nuevos temas musicales con los muchachos de la banda, temas destinados a su nueva producción musical. Angélica estaba de viaje en Miami desde hacía dos días en unas sesiones de modelaje para una reconocida marca de ropa étnica propiedad de venezolanos llamada Epifanía, por lo que la soledad reinaba en el recinto de aquel pequeño y bien equipado departamento.

Al entrar en casa, prendió la luz, se quitó los zapatos y se puso cómodo en el sofá de la pequeña y acogedora sala equipada con muebles a la moda. Por un instante repasó en su memoria los acontecimientos vividos durante el transcurso de la semana y se detuvo especialmente en aquel fenómeno paranormal que había vivido junto a Elisa el día martes en la Casa Natal del Libertador. Pensó una y otra vez en el evento y trajo a su mente múltiples veces la hermosa imagen de Elisa. No pudo hacer más que comparaciones con Angélica.

Angélica y Carlos tenían viviendo dos años juntos, pero Carlos reconocía que no había sido fácil convivir con ella. Angélica era muy materialista, y si bien había estudiado TSU en Comercio Exterior nunca había ejercido, su belleza le había proporcionado los medios económicos para vivir con holgura, pero, el problema radicaba en que gastaba dinero desmedidamente, si bien ganaba muy bien con su trabajo, dinero que entraba de una vez salía en toda clase de gastos intrascendentes y caprichosos. Esta grave situación había hecho mella en la relación, pues no era infrecuente que Carlos en muchos casos a la hora de pagar con la cuenta mancomunada se sorprendiese malamente con el hecho de que ella ya había dispuesto del dinero dejando la cuenta con saldo negativo, poniéndolo en graves aprietos. Por un instante se la imaginó como madre de sus hijos y saltaron las alarmas, pues no era maternal para nada y era una mujer que estaba obsesionada con mantenerse bella y estar en la línea con su figura, tanto así, que a veces le parecía que ella era incapaz de disfrutar la comida y compartir la mesa con ella a veces se hacía muy desagradable.

Ante aquel panorama, se planteó con seriedad: «La verdad, no sé a dónde iré a llegar con Angélica, es una mujer bellísima, es buena persona, pero no sé qué clase de futuro nos pueda aguardar, me gustaría quizá una mujer más tranquila, una muchacha familiar y comedida en sus gastos… ¡Hum!», enseguida trajo a su mente a Elisa, aquellos ojos verdes de mirada cristalina, esa forma de ser cariñosa, además se veía una mujer preparada y organizada en sus finanzas.

La trajo a su mente y la observó de pies a cabeza, y pensó: «Es bella Elisa, y además es soltera, y siento que aquel suceso tan extraño que nos ocurrió pueda ser una señal que ahora mismo no logro comprender, pero ¿qué me sucede soy novio de Angélica?». En ese momento su mente superpuso la imagen de Angélica en la de Elisa y Carlos por un instante se llevó las manos a la cabeza en señal de impotencia y confusión, luego tomó el móvil y vio en el directorio de WhatsApp la imagen de aquellas dos mujeres que en ese instante eran las dueñas de sus pensamientos, por un instante se quedó inmóvil y en ese momento le llegó un mensaje de WhatsApp de Angélica que decía:




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